Híbridos #3

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Yuli

Camino con Lucía por el pasillo del internado en dirección a la cafetería, nuestro estómago habló y tenemos mucha hambre. Mientras le devuelvo el saludo a varias personas que me saludan, se podría decir que gracias a ser una Black soy popular, aunque jamás estaré a la altura de los verdaderos.

Aún recuerdo cómo terminé siendo parte de esta peculiar familia.

Desperté en medio del bosque, la lluvia mojaba mi vestido bañado en manchas de sangre. Mi respiración era cada vez más pausada, lenta y el latido de mi corazón era cada vez más y más lento.

—Ayúdenme... —susurré con la esperanza de que vinieran a ayudarme.

Cuando pensé que terminaría ahí, muerta, de repente escuché un aullido, se trataba de un lobo.

El miedo me invadió, estaba en ese estado por las mismas criaturas y ahora vendrían a terminar lo que empezaron. ¿Tan mala suerte tenía?

Intenté arrastrarme para esconderme, pero sorpresivamente, la criatura de pelaje negro como la noche me vió fijamente mientras me acorralaba. En sus ojos vi un hermoso gris con amarillo brillante, para luego caer en la inconsciencia.

Y al despertar, me encontraba en una de las muchas mansiones de la familia ante la atenta mirada de Skyler. Desde la primera vez que la vi me pareció una mujer increíblemente hermosa, y deseé tener esa belleza descomunal. Mi asombro creció al conocer a cada miembro de la familia, todos con grandiosos genes.

Yo era huérfana, estaba jugando con mis poderes en el bosque y fui atacada por dos grandes lobos que intentaron matarme, pero misteriosamente desaparecieron y, cuando creí que moriría, apareció Azael, salvándome. Nosotros tuvimos una conexión instantánea que muchos confundieron, creyendo que eramos mates o almas, pero solo estábamos destinados a ser los mejores amigos que somos hoy en día.

Pasaron tres meses, los suficientes para que Sky quedara encantada conmigo y le rogara a Lucifer, mi ahora papá, para que me adoptaran. Y como él nunca le puede negar nada a mi mamá, se lo concedió. De esa forma terminé siendo la primera maga elemental en llevar el apellido de unos demonios. Aunque jamás he presumido aquello, para mí es más que suficiente el haber encontrado una familia que me amara y cuidara, así dejando de estar sola.

Por esa razón soy capaz de dar hasta la vida por proteger a los que amo ye brindaron apoyo cuando más lo he necesitado. Aunque Azael me rogó que no me metiera en este asunto, me negué porque soy parte de la familia y prometí ayudarlos, así como ellos me brindaron ese apoyo alguna vez. Así que de mi cuenta corre que ellos no terminarán muertos.

Soy una chica que a simple vista aparenta ser fuerte, pero a veces siento que soy todo lo contrario. Después de la experiencia vivida en mi infancia, se me ha dificultado ser valiente y no tener miedo cuando se requiere, sí es muy patético. Por eso reacciono con temblor, temor a lo peligroso, ya sea para mí o para los que me importan.

Esta aventura es un desafío, no solo para ellos, sino también para mí misma.

—Apresurate, Yuli —dice Lucía interrumpiendo de manera abrupta mis pensamientos—. ¿No ves que quiero llegar rápido a comer?

—Tú solo piensas en comer. —Sonrío.

—Es que es lo mejor que hay —se justifica alzando la barbilla—. Además, en hora de almuerzo ¿a quién no le da hambre? Sería ridículo si eso no pasara, ¿no?