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El pasado siempre regresa

Gael

El cansancio está presente en mi organismo, es tal que me cuesta abrir los ojos, aunque con mucho esfuerzo lo único que logro hacer es mover unos cuántos dedos. Es horrible sentirse atrapado, y no sólo lo digo por de verdad haberlo estado, sino también por quedar así.

Estaba caminando por los pasillos del internado cuando sucedió.

Todas las chicas me sonreían y yo, como el buen cabellero que soy, les devolvía el gesto y ellas suspiraban por mí. Aunque en el fondo, solo quiero que una persona haga esa acción por mí.

Al final del pasillo me topé con una hermosa chica de cabello rubio y ojos azules celestes. Ella se me quedó observando, pero no de la misma forma que las demás chicas de hace un rato. Y de repente, no pude moverme más, estaba paralizado por completo.

«¿Qué mierda?»

La chica sonrió de una forma maliciosa y cínica, para comenzar a acercarse.

—¿No te puedes mover? —preguntó juguetona—. Mejor para mí, así no tengo que hacer mucho esfuerzo.

—¡¿Qué mierda acabas de hacerme?! ¡¿Quién eres tú?! —comencé a gritarle y a tratar de removerme, pero era inútil no podía moverme.

—Acabo de paralizarte con mi maravilloso don, ¿no es increíble? —Su sonrisa maníaca ya me estaba perturbando—. Y soy Clara, Gael.

No sabía quién era ella, pero sí sabía que no me atrapó necesariamente para violarme como quisieran las demás chicas y eso era lo que más miedo me daba. Estaba a punto de entrar en pánico, no me gustaba sentirme vulnerable ante nadie, no obstante, la chica sacó una jeringa y en su contenido se hallaba algo de color turquesa. Ese maldito color.

—Creo que es hora de irnos, guapo. —Y sin contemplaciones me inyectó la rara sustancia.

La sensación que experimenté en el momento que ella me inyectó eso fue algo que jamás había sentido, ni siquiera los golpes más fuertes se comparaban a ese. Se sentía como si dentro de ti una llama comenzara a quemarte desde adentro, adormeciendo primero tus poderes, luego tus articulaciones y después todos tus sentidos, dejándote en completa oscuridad.

De esa forma Clara Ford me capturó y me sentí un imbécil por ni siquiera haberme defendido.

Por fin volví a sentir mis sentidos ir recuperándose poco a poco y poder mover mis músculos. Abrí los ojos para cegarme con la luz blanca del bombillo, tardé en acostumbrarme pero fue posible, así que inspeccioné el lugar en busca de alguna salida o pista que me dijera en dónde me encontraba.

La sala era de paredes y techo totalmente blanca, solo habían dos estantes con frascos cuales contenido me eran muy extraños e inusuales. Estaba acostado en una camilla, mis brazos y piernas estaban atadas a él. Justo a mi lado había una mesa que tenía implementos para hacer cirugías a criaturas mágicas. ¿Para qué necesitan eso? ¿Qué es lo que querían de mí? Me habían atrapado y secuestrado. No me imaginaba la preocupación por la que todos estarían pasando al no estar con ellos.

Por un momento me di la libertad de sentirme débil, soltar algunas lágrimas para desahogar el miedo, la incertidumbre, el pánico y las miles emociones combinadas que sentía. Las imágenes de todos buscándome, especialmente la de mi familia y el chico que últimamente me mueve el piso, me partieron el alma. El cansancio que sentía era como haber corrido por una semana entera sin descanso, no tenía ni un rasguño, pero no sabía si sentirme más tranquilo o preocupado por eso.

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⏰ Last updated: Apr 25, 2021 ⏰

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Híbridos #3Where stories live. Discover now