Engaño

Cap. 5

-¿Hace cuánto lo sabes?

Bajó la vista, incapaz de mirar al castaño a los ojos.

-Responde, ¿Hace cuánto lo sabes?

-Unos meses- Respondió en un susurro, casi inaudible. Sentía que estaba siendo juzgado por uno de los más grandes pecados.

-¿Por qué no me lo contaste antes?- El castaño secó una lágrima, sentándose junto a su amigo -¿Por que no confiaste y me contaste todo esto? También me incluye, al igual que a ti.

-Pensé que podría solucionarlo, que tendría la fuerza para verlo y fingir que nada pasó. Te veías tan feliz junto a JungKook que preferí mantenerte lejos de la situación mientras yo la arreglaba, pero veo que no lo conseguí- También secó sus lágrimas, que eran muchas menos.

TaeHyung también había descubierto la infidelidad de JungKook. Claro que para él fue un golpe mucho más grande, ya que su relación parecía ser perfecta y no había alejamiento de parte de JungKook, como si lo hacía YoonGi con JiMin.

Había visto a su novio y a su amigo escondidos en un callejón cercano a la casa de YoonGi, besándose de una manera salvaje. La imagen fue demasiado para él, por eso huyó del lugar lo más rápido que pudo, sin importarle si aquellos chicos lo habían visto.

Entonces comenzó a atar clavos. Esa era la razón por la que JungKook ya no quería tener contacto sexual con TaeHyung, también era la razón de aquellas madrugadas donde JungKook se amanecía en aquella aplicación de mensajería, o por qué tenía marcas en el cuello.

Se sintió miserable y enojado. Había depositado su confianza en esas dos personas y ellos lo traicionaron de la peor manera posible. ¿Cuánto tiempo llevaban haciendo eso? No lo sabía en absoluto, pero si sabía que aquellos chicos sabían fingir y ocultar sentimientos como expertos, porque nunca vio una interacción amorosa entre ellos cuando estaban los cuatro reunidos.

Entonces también se sintió como un bobo por no haberse dado cuenta, quizás tuvo que ser más cuidadoso y no haberse confiado tanto. JungKook y YoonGi llevaban tanto tiempo riéndose en su cara, burlándose de él. Y él no lo notaba.

Después de llorar toda la noche, se decidió a contarle a JiMin lo que pasaba, pero mayor fue su sorpresa al ver que JiMin solamente bajaba la vista y susurraba un casi inaudible "Ya lo sabía..."

JiMin le contó todo lo que sabía, como los había descubierto y como había empezado a sospecharlo. Le contó también todo lo que había sufrido esos meses y todos sus esfuerzos por recuperar el amor de YoonGi, aunque no lo había conseguido.

Ninguno parecía tener la fuerza de enfrentar a su pareja, gritarle y maldecirlo por todo el daño, ninguno tenía el ánimo suficiente como para salir a la calle y fingir que todo estaba bien en sus vidas. Ninguno quería sufrir más, querían detener todo y olvidar el dolor.

Y eso harían, por más que les costara.

-No quiero ver a JungKook - Habló TaeHyung luego de un silencio -No puedo mirarlo sin pensar en lo bobo que fui al no darme cuenta de toda la situación.

-Yo tampoco quiero ver a YoonGi- JiMin observaba un punto fijo en la mesa de centro -Con solo verlo me enojo conmigo mismo por aguantar toda esta mierda y no haber hecho algo antes.

-Haz sido infeliz durante estos últimos seis meses, no se como haz aguantado tanto.

-Pensaba que el problema era yo y que si cambiaba todo se solucionaría, pero ya ves que no sirvió. YoonGi ya no me ama como yo lo amo.

Ambos lloraban, abrazándose y consolándose entre sí, por que ambos sentían el mismo dolor.

Seokjin llegó a los minutos después, con máxima preocupación y seguido de un serio Namjoon. Los mayores se dedicaron a consolar a los más pequeños, a tranquilizarlos e incluso cocinarles algo. Namjoon aportaba datos curiosos que había descubierto hace poco, distrayendo a JiMin y TaeHyung de sus problemas, Seokjin de ves en cuándo decía algún chiste malo y se reía, contagiando con su risa a todos en la cocina.

-No está- Fue lo primero que dijo JungKook mientras entraba al departamento de YoonGi -TaeHyung desapareció, no está. Nadie sabe nada de él y ni siquiera dejó una nota. Simplemente se esfumó-YoonGi cerró la puerta y se dirigió al sofá, sentándose en el borde mientras observaba a JungKook moverse por todo el salón.

-JiMin tampoco está- Dijo, y los ojos curioso de JungKook se dirigieron a él, entonces lo vio fijamente. YoonGi tenía los ojos rojos y cristalizados, la nariz un poco roja y los labios hinchados y con pequeñas heridas -Se acabó, JungKook. Los chicos nos descubrieron.

-Eso es imposible, hemos sido muy cautelosos- JungKook seguía sin detener su caminar nervioso -Yo no he levantado sospechas, incluso lo he tratado de manera mucho más cariñosa, es impos-

-JiMin me lo dijo- Interrumpió YoonGi- TaeHyung nos vio en un callejón. JiMin ya lo sabía hace muchos meses, solo que no nos había encarado todavía- Rió amargamente, sin ánimos de hacerlo en realidad -Acabamos de perder a las personas que más queríamos, JungKook. Se acabó.

El mayor se sentó lentamente junto a él, y ambos comenzaron a llorar, como si no lo hubieran hecho en mucho tiempo.

-Perdí a TaeHyung...- Susurró entre lágrimas JungKook -Y todo por tú culpa.

-¿Disculpa?- Preguntó, secándose las lágrimas -Tu eras el que quería cada vez estar más tiempo junto a mi y te negabas a dejarme ir. También tienes la culpa.

-¡No lo entiendes!- Gritó con fuerza -¡Yo amaba a TaeHyung con todo mi corazón y ahora ya no está!

-¡¿Tú crees que yo no amaba a JiMin?!- Gritó de vuelta YoonGi -¡Era una de las personas que más amaba en el mundo y se fue. El me quiso y por mi estupidez lo perdí. Nunca debí haberme acostado contigo!

-¡Maldigo el momento en el cuál te dejé meterte entre mis sábanas, YoonGi. Maldigo el segundo exacto en el cuál te besé por primera vez y maldigo mi estupidez!

-¡Púdrete, JungKook. Húndete en tu maldita soledad por ser un imbécil!- YoonGi tenía los sentimientos revueltos -¡Maldigo el momento exacto en el que entraste a mi vida y te dejé hacer lo que quisieras!

Ambos se miraban, con sus ojos ardiendo en ira. Si, tenían motivos suficientes para odiarse de por vida, pero seguía existiendo entre ellos aquella química imparable que los hizo comenzar con los engaños.

Y que una vez más, los empujó a estar juntos.

Por que, aún con la ira a flor de pie, se besaron lo más rudamente que pudieron, desatando su ira a través de sus bocas y, posteriormente, sus cuerpos.