Cartas ➸ Fluttershy.

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Fluttershy todavía recordaba la primera carta que recibió.

Fue hace un mes, después de la clase de gimnasia, en la que no le fue muy bien y todo gracias a Sunset Shimmer.

Pero dejando eso de lado. La carta cayó a sus pies en cuanto abrió su casillero.

“Te odio”

Se alarmó un poco al leer esas palabras.

Esto no era para nada usual.

Ya tenía suficiente con las burlas que recibía cada día por parte de sus compañeros. ¿Ahora le enviaban cartas de odio?

Molesta, decidió tirar esa carta. Mientras menos le hiciera caso sería mejor. Esa persona no lograría su cometido.

Quién quiera que sea...

Dos días después, recibió otra carta.

“Odio que me hagas sentir así”

¿Cómo exactamente? ¿con... irá?

No entendía a lo que se refería.

También tiró la nota. Pero la duda de a qué se refería esa persona seguía en su cabeza.

Ésta vez, la tercera carta llegó al día siguiente.

“Desearía dejar de sentir esto por ti”

Ahora más que nunca no entendía de que hablaba.

Esa persona tenía que ser más especifica al escribir esas cartas, que bien podrían ser notas por lo cortas que eras.

Para su sorpresa, la cuarta carta llegó el mismo día que la anterior.

"¿Porqué no puedo dejar de pensar en ti?"

¿... Eh?

Esto comenzaba asustarla.

¿Tanto la odiaba que no podía dejar de pensar en ella?

Así no era como funcionaba el odio... según ella.

“¿Porqué me haces esto?”

¡Ni siquiera sabía quién era!

¿¡Cómo iba a saber que le estaba haciendo!?

Se quemó la cabeza (no literalmente) intentando pensar con quien había hablado últimamente. Solo estaba su familia, maestros y compañeros que la molestaban... no sería fácil.

“Me gustas”

Espera... ¿¡QUÉ!?

¿¡Esa persona la odiaba o la amaba!? ¡que se decida que ambos no puede ser!

Era la primera vez que alguien se le declaraba a Fluttershy... y fue por una carta.

¿Romántico? Quizá si su primera carta no habría sido un "te odio".

No sabía que sucedía, ni qué hacer.

Hasta que un día se dispuso a encarar a esa persona en el momento que deje la próxima carta en su casillero.

Pero, ese día no le llegó ninguna carta... ¿coincidencia? Tal vez.

¿O habria sido muy obvia a la hora de espiar su propio casillero?

Quién sabe.

Al día siguiente si hubo una carta.

“Algún día tendré el valor de decirte lo que siento por ti de frente... pero por ahora no puedo hacerlo”

¿Porqué? Era la pregunta que se hacía luego de leer aquello.

¿Quién? Que alguien gustase de ella seguía siendo una "noticia sorpresiva" y la pregunta acerca de quien era esa persona era la más común y frecuente en su cabeza.

Y no le importaba que esa persona no quisiera revelar su identidad. Ella misma lo averiguaría.