[Finalizado] A través del Tiempo [Temporada 2]

[37] Lazos del Destino

—Es imposible que el señor Aspros estuviera con ella.

—Todo es posible en esta vida, Krista, no tienes que ser tan ingenua con eso—soltó las palabras de una manera tan malhumorada, de hecho, ya no podía controlar ese carácter "pesado" que había adquirido—. La verdad ya no quiero hablar de esas cosas, me duele la cabeza.

—Él te amaba mucho, Alhena, y esa noche hizo lo imposible para ir por ti. Shion y yo estuvimos con él.

—¿Acaso no entiendes que no quiero hablar de eso?

La forma en que se expresó dejó inquieta a la joven, la mirada enfurecida y esas mejillas rojas en la chica le confirmó que no estaba de humor para hablar algo que relacionara con Aspros de Géminis. Tal vez esa fue razón del porque últimamente entrenaba con espectros y tomó acciones que dejó a más de uno inquieto, especialmente porque puso muchas reglas y eso tal vez era la respuesta del porque Hypnos y Thanatos estaban igual de enojados. La joven Krista se llevó la mano hacia el pecho tratando de aminorar los latidos del corazón, aún podía recordar perfectamente esa mirada, más sus nervios le evocaron la sensación de peligro que corría a cada mirada de ese ser, a veces se preguntaba si él era consciente de que era la doncella de "Hades" y un juguete para saciar su curiosidad.

Lo peor de todo es que deliberadamente su vida humana dependía mucho de Hades y de Alhena.

—Tal vez deberías alojarte en esta habitación, es demasiado grande para mi sola—dijo Alhena colocándose la camisa, Krista se acercó para ayudarle abrocharse los botones—; la otra recamara no la uso, salvo para pasar el rato con la hija de Minos o alguno de los bebés, puedo ordenar que se amueble para ti.

—Estoy bien donde me has designado.

—Pero estas viviendo mucho tiempo en el Inframundo, y Radamanthys me dijo que un humano como tú morirá en poco tiempo—la miró a los ojos cuando sacó los pantalones, estiró la mano emanando un poco de esa energía oscura—. Estoy manejando el cosmos de Hades así que tu vida depende de esto, debes estar cerca de mí para que sigas viviendo.

Se inclinó para ponerse los pantalones, bastante incómodo para su gusto, pero soportó el trabajo a la vez que sus mejillas tomaban un color carmesí por culpa de los recuerdos. ¡Malditos sueños! Podía sentir perfectamente lo que vio y sintió en esos escenarios oníricos por lo que no fue consiente que casi se cae por querer caminar sin subirse bien los pantalones.

—Alhena, no te ves bien. ¿Tienes fiebre? —cuestionó Krista al tocarle la frente—, este lugar hace demasiado frio para que tengas las mejillas enrojecidas.

—Solo estoy agotada, tengo cosas que hacer—se abotonó el pantalón con mucha dificultad y se acercó a su cómoda, abrió los cajones y sacó unos aros de oro dentro de una cajita de cristal—. Hades me dijo que si alguna vez me sentía desfallecer o su cosmos no me abastecía como era debido, usara estos anillos—se giró sobre sus pies y tomó de la mano a la chica para ponérselo—; te lo daré, lo necesitas más que yo puesto que eres un ser vivo sin cosmos. Además, una vez me contó Deuteros que tienes el cuerpo débil y por ello no puedes cumplir tu deseo de ser una guerrera, de modo que accediste a unirte a las doncellas.

Krista observó la joya y no pudo negar que su cuerpo se llenó de alivio casi eliminando todo rasgo de cansancio y desgano; empero, su mirada se concentró en la chica, no sabía lo que pasaba, pero..., quería decirle lo que de verdad la asfixiaba y no tener que recurrir a un hombre como Hypnos, ¿y si sus sueños eran visiones del futuro? Tenía miedo de que ese ser apareciera en su descanso o que cada noche repitiera esa escena donde se separó de Deuteros y nunca pudo confesarle con la verdad, esa verdad que ahora mismo estaba escondido en su corazón y le atormentaba en tristeza.