Capítulo 30

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Dedicado a Roussy09

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Dedicado a Roussy09

***

Lo que estaba a punto de hacer era una locura, una estupidez descomunal. Me avergonzaba el simple hecho de pensarlo. No obstante, luego de un tedioso debate mental, había votado a favor de hacerlo.

El problema era que necesitaba hablar con alguien al respecto, y no tenía demasiadas opciones para escoger con quién saciar mis dudas sobre... sexo.

Si Beth hubiera estado conmigo no sería nada incómodo para mí, pero eso no era posible, por desgracia. La única otra chica con la que tenía cercanía era Jojo, y estaba casi segura de que ella también era virgen —o al menos eso me parecía—. Por lo tanto, me quedaba una única persona para discutir un tema tan embarazoso para mí que no fuera mi novio: alguien que ya sabía en qué punto me encontraba.

Tragué en seco y entré al salón.

—Hola, ¿puedo... hablar contigo? —le pregunté a Nick.

Estaba tirado en un asiento viendo la tele.

—¿Bessie Boop? —dijo y se incorporó. Le extrañó verme allí—. Claro, dime qué te ocurre.

Lo miré y notó mi incomodidad, al parecer.

—Mejor vayamos fuera, ¿vale? —dijo y asentí.

Cuando salimos al jardín, comencé a sentir que se me cerró la garganta. ¿Qué había estado pensando? ¿Cómo iba a hablar de esos temas con un chico?

Nos sentamos en el suelo y comenzó a mirarme con una expresión divertida, esperando a que hablara. Me arrepentí de haberlo ido a buscar.

—Bessie Boop, vienes, me dices que necesitas hablar conmigo y después no dices una palabra. ¿Debería preocuparme? —Alzó una ceja y me observó con una sonrisa maliciosa—. Aunque creo por tu cara que sé de qué quieres hablar.

—¿Lo... sabes? —pregunté con nerviosismo.

—Pregunta de una vez y comprobaré si tengo razón o no.

—Vale... es que... es muy raro para mi hablar de esto contigo, pero no tengo más nadie.

—Y con «esto», ¿te refieres a qué? ¿A la menstruación? Lo siento, en eso no tengo experiencia.

Se me escapó una risa nerviosa al escucharlo. Por suerte, había pasado por esa charla hacía años.

—No —susurré—. No es eso.

—Bueno, el otro tema que suele incomodar a las chicas es el sexo, ¿acaso es eso? —Asentí, avergonzada y con las mejillas ardiendo—. Guau, jamás pensé que hablaría de algo así contigo.

—Tampoco yo —admití sin mirarlo a la cara.

—No te preocupes. En ese caso sí puedo ayudarte y, descuida, no me incomoda en lo absoluto que me hayas escogido para hablar de eso. Es una buena señal de que confías en mí y, claro, de que sabes que se me da genial.

La chica de las mil estrellas (Serendipia) © [✓]Where stories live. Discover now