No existen imposibles al amar

1.8K 165 13
                                    

Les debo una enorme disculpa por tardar bastante en actualizar. En el lugar donde trabajo han pasado cosas porque #covid y pues se me ha juntado bastante cosas que lo único que quería cuando terminaba del trabajo era estar lejos de la compu y no tener que pensar.

Pero bueno, les agradezco el apoyo que le han dado a esta historia y por eso les traigo este capítulo un poco corto. Prometo que empezaré a traerlos más largos (agradezco sus comentarios y peticiones), pero quería sacar este cuanto antes para no dejarlos más tiempo sin capítulo. Espero les guste y tengan un pañuelo al lado que tal vez lo van a necesitar (? 

---------------------------------------------------------------------------------------

Hace algunos años había recorrido por primera vez esa carretera rodeada de árboles y al igual que esa vez, su corazón latía a mil por hora y se sentía un poco insegura, aunque el motivo hoy no era el mismo que aquella vez.

La última semana habían pasado juntas todo el tiempo que podían. Vieron películas en la habitación de la morena, caminaban por las calles de Squahamish, tuvieron una clase más de boliche, salieron a cenar casi todas las noches, llamadas hasta la media noche, Ellie leía mientras la castaña pintaba... incluso Aster la había convencido de ir a cenar a su casa un día, aunque aquello había sido un momento muy incómodo con los padres de la más alta, a diferencia del día que la castaña comió en casa de los Chu.

Ellie creía que aquellos habían sido los días más felices de su vida y Aster tenía un sentimiento similar. Se sentían viviendo como en un sueño del que no querían despertar, pero que desafortunadamente estaba llegando a su fin.

Aquel era el último día de las vacaciones de invierno. Ninguna de las dos había tocado el tema de lo que pasaría cuando las vacaciones se acabaran porque, aunque no quisieran aceptarlo, ambas tenían responsabilidades y un trabajo en sus respectivas ciudades, pero ninguna quería pensar que se tendrían que separar.

Aster detuvo el carro cuando llegaron a la parte del bosque que les daba la bienvenida. Ellie salió de los pensamientos en los que se vio sumida y se giró para observar a la chica que había robado su corazón.

-¿En qué estabas pensando?- Aster recibió la mirada con una sonrisa.

-En la primera vez que me trajiste aquí...-

-Creo que ese día fue cuando empecé a sospechar que las cartas eran tuyas y no de Munsky- confesó con sinceridad.

No espero a ver la reacción de Ellie, quien se sonrojó ligeramente, y se bajó del carro. La morena hizo lo mismo y la siguió a través del sendero hasta llegar al espacio de agua.

Ellie rodeó la cintura de la castaña con sus brazos y recargó su cabeza de lado en su espalda. Aster colocó sus manos sobre las ajenas y se quedaron en silencio un rato, disfrutando la cercanía.

-Voy a extrañar esto- dijo Aster. -Hoy es nuestro último día en Squahamish- casi se le quiebra la voz al decirlo y la contraria pudo notarlo.

Ellie soltó el abrazo y se colocó frente a ella.

-Pero no tiene que ser nuestro último día juntas- dijo en un tono algo suplicante. Por su mente no había pasado la posibilidad de regresar a su vida sin que la otra estuviera presente aunque no fuera físicamente y por un instante, al escucharla decir esas palabras, temió que ella si hubiese contemplado esa posibilidad.

-No te voy a dejar ir tan fácil, Ellie Chu- tomó ambas manos ajenas para darle seguridad, lo que hizo sonreír a la morena y la hizo sentir tranquila.

-¿Eso significa que tendremos una relación a distancia?- se atrevió a preguntar, atenta a su reacción.

-¿Tenemos una relación?- preguntó Aster con las mejillas sonrojadas.

Ninguna de las dos se había detenido a pensar en ponerle nombre a lo que habían comenzado, solo se dedicaron a disfrutarse una a la otra los días pasados. Y aunque para muchos una semana pareciera muy poco tiempo para formalizar una relación, el cariño que sentían la una por la otra en realidad había comenzado en la secundaria y se sentía como si los años anteriores hubiesen sido solo una pausa al amor que sentían por la otra.

-¿Quieres ser mi novia?- se atrevió a preguntar Ellie.

Aster guardó silencio, no porque no quisiera responder sino que aquella pregunta la dejó sin palabras.

La morena sonrió débilmente sintiendo como el tiempo pasaba y no recibía ninguna respuesta. Y aunque solo eran un par de segundos, ella lo sentía como una eternidad.

La más alta abrió ligeramente los labios para responder, pero no salió ningún sonido de su boca, así que en su lugar asintió efusivamente repetidas veces y mostró una gran sonrisa en su rostro antes de soltar las manos ajenas para rodear el cuerpo de la contraria con sus brazos.

-Si quiero ser tu novia- pudo responder finalmente después de instante.

Ellie rompió el abrazo solo para poder sostener el rostro, de quien ahora su novia, entre sus manos y cortar el espacio entre sus labios para sellar el momento con un beso profundo en el que demostraban el amor que se tenían la una por la otra.

Esa noche Aster se quedó a dormir en casa de los Chu, en verdad querían aprovechar el tiempo que les quedaba al máximo.

Cuando los rayos de sol se colaron por la ventana en la mañana, Ellie fue la primera en despertar. Una enorme sonrisa se instaló en su rostro cuando vio a la contraria a su lado y se aferró a ella con un abrazo deseando permanecer así por siempre.

Ese gesto hizo que Aster se despertara y con los ojos aún cerrados respondió el abrazo.

-Buenos días- dijo con voz adormilada. -¿Dormiste bien?-

Ellie asintió sin despegarse de ella.

-Quisiera poder dormir así todos los días y que al despertarme estés aquí-

-A mi también me gustaría eso, cariño- buscó los labios ajenos y le dio un corto beso. -Y no quiero arruinar el momento, pero ¿qué hora es?-

-Si no ha sonado tu alarma, aún no es hora de que te vayas- replicó la morena haciéndole un puchero.

-Tienes razón. Es que... no quiero hacer esperar a mi abuela- su abuela había insistido en que lo mejor era que emprendieran el viaje temprano porque no quería que les alcanzara la noche en la carretera.

-Disfruta el momento, Aster- Ellie acomodó su cabeza en el pecho ajeno. -No te voy a soltar hasta que te tengas que ir-

La castaña sonrió con ternura ante aquél gesto y no hizo por soltar el abrazo. Permanecieron así el tiempo que pasó hasta que la alarma del teléfono de Aster las interrumpió.

Aster dejó escapar un gran suspiro cuando llegaron a la puerta de la casa. Había llegado la hora de despedirse.

-No olvides avisarme cuando llegues a Sacramento- se adelantó a hablar Ellie.

Aster asintió. -Tú tampoco te olvides de avisarme cuando llegues-

Se hizo un silencio.

La castaña volvió a suspirar.

-Te voy a extrañar muchísimo- le confesó.

-Yo también- una sonrisa triste apareció en su rostro.

Juntaron sus labios en un beso de despedida, uno que ninguna de ellas quería terminar y en el que se demostraban todo el amor que se tenían. Cuando se separaron los ojos de ambas estaban comenzando a llenarse de lágrimas, pero las dos estaban haciendo un máximo esfuerzo por no dejarlas caer.

-Ya me tengo que ir- dijo la castaña casi en un susurro.

La otra chica asintió.

-Maneja con cuidado- fue lo último que dijo.

Aster se dio media vuelta y se dirigió a su auto mientras su novia la seguía con la mirada.

A pesar de que estaban tristes por tener que separarse, existía en ambas una confianza en que iban a superar la distancia.

Mientras la noche caía (The Half Of It)Where stories live. Discover now