Los chicos Mendes, dan miedo

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Austin.

-¿Leche expirada? -pregunté, viendo la lista que tenía en las manos.

-Listo -contestó mi gemelo, alzando el cartón de leche ya vencido.

-¿Huevos podridos?

-Aqui está.

-¿Brillantina? ¿Plumas?-inquirí.

-Aquí lo tengo -contestó mi papá, enseñando el pequeño frasco y una bolsa enome llena de plumas-. También está por allá el excremento de perro, pero... ¿No creen que es mucho? -inquirió preocupado.

Yo me giré para verle la cara a Dez, pero a los segundos ambos nos encogimos de hombros.

-Se lo merece, lastimó a Dayrith. Tienes suerte de que no le cortaremos las bolas por andar de marico -contesté, cruzándome de brazos.

-Sin malas palabras -dijeron al unísono mi gemelo y mi papá.

-Pa, ¿Si sabes que estoy a punto de cumplir los dieciocho, no? -le dije, y luego le di un lepe a Dez-. Tú siempre de nenita también.

-¡Ay! -se quejó Dez, sobándose la cabeza.

Mi papá me miró mal.

-Nada, enfrente de mí no quiero oír ese vocabulario Austin Mendes, si no le diré a tu madre -kike me regañó.

Es que Shawn Mendes puede ser cualquier cosa, pero para regaños no sirve.

Mami si daba miedo, hablaba una sola vez, y luego si no le habíamos caso, no lo hacía si no que ya sentíamos el coñazo de su chola en la espalda.

Cuantas veces cuando era un niño no me había tirado ella la chola, manguera, espátula, sartén...

Bien, creo que no era un niño muy obediente en ese entonces.

Pero bueno, seguro aún no entienden que estábamos haciendo y porque lo hacíamos, así que lo explicaré.

Dayrith había comenzado a tener eso que se le llama queso, lamentablemente, ya incluso tenía novio; Stevenson se llamaba el carajo, llevaba con mi hermana alrededor de dos años saliendo, todo estaba bien, incluso Dez, mi padre y yo lo habíamos aceptado a regañadientes porque Dayrith lo quería, y bueno, mi mamá nos había amenazado con darnos unos buenos coñazos si no nos poníamos seriecitos en el asunto.

Pero, como esperábamos nosotros los Mendes, el tal Stevenson no fue lo suficiente (ningún tipo lo será) para nuestra querida Dayrith, y el muy mamaguevo la había estado engañando durante nosecuantotiempo, con su malaya mejor amiga.

Amigo ratón del queso, nojoda.

A pesar de que mi hermana era burde regia y poderosa en el instituto, en la casa era otro beta, lloraba en su habitación y se la pasaba molesta.

Así fue como los chicos, decidimos vengarnos de los mamertos que habían jodido a mi hermana.

Porque nadie de metía con las chicas de los Mendes y salían ilesos.

-Ta bien, pá. Mejor ayúdanos a llevar esto pal cuarto sin que mami lo note -le dije, señalando el poco de vainas que estaban en el piso.

Day había salido con Violetta, nuestra prima, para distraerse un rato, pero nuestra madre estaba en casa, y no sería sencillo ocultarle las cosas que teníamos.

Si ella o Day se enteraban, nos iban a cortar la cabeza.

Tanto la de arriba como la de abajo.

-Bien, pero será bastante complicado -contestó, rascándose la cabeza-. Pues a esta hora Margarita está viendo alguna de sus películas de terror en la sala y si es así, no sé quitará por nada del mundo.

¡Serás marico, Shawn! || Shawn Mendes (CANCELADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora