Capítulo 8. Estás muerta imbécil

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El Averno

Es el nombre del club donde Ashley tendría su primera pelea desde que nos mudamos a Nueva York.

Ashley La Furia Mary. —Como era conocida en el ring—. Descubrió su amor por el boxeo cuando tenía 11 años. Una mañana, cuando estábamos en el colegio, le rompió la nariz a Iván —Un niño de nuestra clase de deportes—. Él, le arrancó un pierna a la Barbie Malibú de Emma. La rubia no paraba de llorar por lo que Ashley tomo a Iván del cuello de su camisa deportiva y estrelló sus nudillos en el tabique del culpable, obviamente Iván lloro por el dolor de su nariz, Emma continuaba llorando por su muñeca sin pierna y Ashley lloraba porque se rompió un dedo cuando golpeó a Iván. Desde ese entonces nos hicimos más unidas y Ashley comenzó a practicar Boxeo de manera profesional, con saco de arenas y no con narices de personas.

Ahora era temida en el ring, todos la conocían y sabían que era una bestia cuando estaba peleando. —Nosotras siempre pensamos que desahoga el abandono de su madre de esa manera—.  Son cuatro años desde que Ashley no pierde una pelea. Es por eso que Emma y yo tenemos cuatro años invirtiendo dinero el nuestra boxeadora favorita.

—Documentos. —El hombre que custodia la entrada nos habla. Rápidamente mostramos lo que nos pide y es así que nos deja pasar.

El local huele a humo de cigarrillo, alcohol y sudor. Muchos universitarios —Y muchos que no lo son—. Vienen a este lugar a disfrutar de la peleas —Legales, supuestamente—. Y a ingerir alcohol hasta perder la conciencia. —Fue lo que menciono el entrenador de Ashley cuando le dijo que había conseguido su primera pelea.

—No es un lugar muy higiénico. —Grita Emma, para ser escuchada. La música está un poco alta.

—En este lugar se rompen los dientes, y las personas disfrutan. Creo que les importa muy poco las normas sanitarias. —Dice un divertido Luck. Que desde que entramos no a dejado de ver la puerta por la que Ashley se fue.

—Vamos a buscar un lugar. —Grito, mirando a las chicas—. Esto cada vez está más lleno, y quiero ver de cerca a Ashley.

Todos asienten.

Nos abrimos camino entre la gente. —Bueno los chicos lo hacen. Marcus lleva a Emma de la mano, detrás de ella va Corina, Logan me tiene sujeta de la cintura y Luck va detrás. Nuestros escudos humanos.

Cerca del ring, encontramos una mesa que acaba de ser desocupada por una pareja. Tomamos asiento mientras Luck se encarga de ir a pedir los tragos.

—Megan ¿una gaseosa. Estás bromeando?. —Corina me mira indignada—. Esta noche es para divertirnos.

—No me gustan las bebidas alcohólicas. —Me encojo de hombros—. Su sabor es horrible.

—A mi no me gustan las matemáticas y aún así debo cursar la materia.

—La vida no es justa —Agrega Marcus.

—Ángel si quieres puedes beber hasta vomitar —Susurra Logan en mi odio—. Yo cuidare de ti.

—Mi héroe. —Comento sarcásticamente, riendo mirando su expresión divertida—. Estaré bien con la gaseosa.

Luego de unos minutos Luck llega con una cerveza en su mano y un moreno como de dos metros, sin camisa con una pajarita en el cuello y en su manos derecha la bandeja con los demás tragos.

—El servicio lo traen directo. Me gusta este lugar. —Dice el rubio quien toma asiento a mi lado.

—Solo cuando un chico guapo como tú es quien los pide, el resto debe ir por lo suyo. —Dice el moreno quien le hace ojitos a Luck—. Si quieres algo más Dios del trueno solo puedes buscarme, o mejor llámame —Le entrega una servilleta con un número de teléfono escrito—. Te daré trato especial.

Te EncontréWhere stories live. Discover now