Capítulo 3

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KAI ESTABA AHÍ. Estaba empapado y herido por todas partes. También noté la presencia de aquellos ojos rojizos en esa sucia piel.

No sé por qué en ese instante, sin apenas conocerlo, me puse a llorar.

Bajé por la puerta trasera y le dije:

- Kai, dime que esto no es culpa mía, porfavor. - Dije con el rostro lleno de lágrimas.

En ese mismo momento, Kai vino a abrazarme y sentí otra vez esa alta temperatura.

Nos dirijimos hacia mi habitación despacio ya que sabía que estaba malherido. Cogí el botiquín y...

- Kai, ¿eres un licántropo?

- Porfavor dime que si digo que sí, no saldrás corriendo ni querrás dejar de verme. Porque te necesito. - Dijo en voz baja y preocupado.

- ¿Lo eres? - volví a preguntar.

- Sí. - Afirmó mientras le ponía un algodón con alcohol en una herida de su frente. - Sé que nos conocemos desde hace poco, pero, esque cuando un hombre lobo siente amor, no lo puede controlar. Y puede llegar a herir, por eso huí. Pero me topé con varios más.

- ¿Por qué es tan extraño que yo te quiera? - dije.

- No lo es.

Sentí como Kai se sentía mejor después de decirle de una forma especial, que le quería.

Pasaron varios minutos. Y sin decir una sola palabra, nos mirábamos fíjamente.

De repente, sentí como Kai acercaba su cabeza cada vez más y más a la mía. Posó una de sus manos calientes en una de mis mejillas. Hasta que nos quedamos separados por unos dos centímetros. Yo reaccioné, y posé mis labios sobre los suyos. Le rodeé el cuello con mis manos. Noté como su lengua rozaba mis labios, cuando yo decidí rodear su lengua con la mía. Cada vez era más intenso y cerramos ese momento en un largo e inesperado beso. Al separarnos, Kai terminó con un corto beso, que fué el que me hizo reaccionar de ese momento.

Esa noche nos quedamos hablando hasta muy tarde, hasta que yo me quedé dormida en sus brazos.

Cuando desperté, ya no estaba pero encontré un posit pegado a mi espejo que decía: "Princesa, sé que te has levantado sin mí, pero me he ído por si aparecía tu madre. Hoy te recojo para acompañarte al insti. XOXO, bsos."

Esa mañana me dí cuenta de algo, estaba locamente enamorada de Kai.

A las 7:20 me duché, me arreglé y bajé a desayunar. Cuando había acabado, sonó mi teléfono. Era un mensaje de Kai que decía: "Princesa ya llegué, ¿sales?"

Abrí la puerta y ahí estaba Kai, con el pelo despeinado y con una sonrisa de oreja a oreja cuando dijo:

- ¿Sómos...? - Dijo sin terminar la frase con vergüenza.

- Sí, somos. - Afirmé.

Después de unos segundos, me rodeó con el brazo, me besó una mejilla y nos dirijimos al insti.

Un chico misterioso (KAI & TÚ)Where stories live. Discover now