Capítulo Final

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Sonrío falsamente a un compañero de negocios de mi madre. Realmente esta fiesta de cumpleaños es de todo menos agradable.
Veo a Laia a lo lejos y me acerco a ella.

— ¿Has visto a la mujer esa? No me gusta nada la ropa que lleva.— me comenta.

— Ni a mí. Anda que ese otro de allá.

Laia se quedó ayer a dormir en mi casa. Hicimos una especie de fiesta de pijamas en la que le conté cómo me fue en la cita. Ella me contó que el yate era de su familia, al igual que el coche con el que me llevaron hasta la playa. Por eso me resultaba familiar. Parece ser que todo estaba planeado. Aprovechamos para celebrar mi cumple a las 00:00.

Mi madre adoptiva me informó de que hoy iba a hacer una fiesta. Y aquí estoy, a las diez de la mañana, muerta de sueño. Me he tenido que levantar a las ocho para poder arreglarme. Me he puesto un vestido elegante rojo que se ajusta a mi cintura, y he dejado mi cabello suelto con algo de volumen.

Tanto Laia como yo seríamos capaces de dormirnos ahora mismo. Es lo que tiene quedarse despiertas hasta las cuatro de la mañana.

—Irina me ha dicho que más tarde vendrá con Asier. Su madre se quedará en el hospital.

Sólo oír su nombre hace que mi corazón empiece a latir con fuerza.

—Podrás ver a tu novio...— empieza a decir Laia con una pícara sonrisa.

Noto cómo se me sonrojan las mejillas sin que pueda hacer nada para evitarlo. Empiezo a sonreír emocionada. Intento mirar hacia otro lado algo avergonzada. Además, la palabra "novio" provoca que una sensación de felicidad me invada. Suena demasiado bien.

Las siguientes horas pasan muy lentamente.
Ya queda media hora para que acabe la fiesta y yo me encuentro sentada en la mesa en la que acabamos de comer. Todos están alegremente charlando y conversando. Yo, al contrario, estoy sola, comiéndome el segundo plato de postre. Laia está ligando con un tío de la fiesta. Las cosas con Aitor no le están yendo muy bien ahora mismo. Quiere desahogarse con otros. Ella lleva puesto un vestido amarillo con unos tacones blancos.

Paro de comer por un momento para observar el regalo de cumpleaños que más me ha gustado. Agarro el abalorio del collar que cuelga de mi cuello mientras recuerdo la cita de ayer.

—¿Estás enamorada?

La voz de Mark me sobresalta. Últimamente no he podido hablar mucho con él. Nos hemos saludado antes cuando todos los invitados han llegado, pero después todo ha estado muy ajetreado. Además, no está al tanto de... ese pequeño detalle con el chiflado.
Supongo que el hecho de que ahora haya salido a la luz que es el hijo de los Suen le proporciona mucha importancia. Tiene que ir a eventos aburridos y asistir a cenas con gente desconocida. Ay amigo, este estilo de vida es totalmente diferente.

Al oír su pregunta empiezo a sonrojarme, (parece que hoy todo el mundo quiere que me sonroje) intentando ocultar mi cara agachándola.

—Venga, era broma... —frunce el ceño.—no me digas que es verdad.

Miro a todas partes menos a él. Reconocerlo en voz alta cuesta más de lo que parece.

—Es con ese chico, ¿verdad? Si es que ya sabía que había algo entre vosotros.

Ya, ya. Todo el mundo lo sabía menos yo, ¿no?

—Felicidades por tu noviazgo, Sheshe. — dice mientras coge una cuchara y se lleva a la boca un trozo del pastel que estaba comiendo yo.— Pensé que tardaríais más en dar el paso.

— ¿Cómo dices?— pregunto incrédula, también degustando el pastel.

— Oh vamos. Era obvio cómo os mirabais.—dice con la boca llena.

Beat you, but love youWhere stories live. Discover now