Parte 8

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Hermione y Ron están horrorizados.

–¡No puedes romper con Ginny dos días antes de navidad! –Hermione está muy enojada, pone una taza frente a Harry con tanta fuerza que salpica café sobre la mesa.

–¿Qué estabas pensando? –agrega Ron– ¡Mamá va a enloquecer! ¡Ya ha tejido los suéteres de navidad!

–¡Y a mí me dijo que espera que anuncien la fecha del matrimonio!

–Ay, por favor... –protesta Harry– ¡Hemos estado comprometidos por tres años, y saliendo llevábamos siete!

–Ese es el punto, Molly dijo que no hay mejor momento que el aniversario de los siente años. El siete es considerado un número de suerte en el mundo mágico, Harry. Molly tiene el corazón puesto en otra boda, ya está diseñando las invitaciones—

–Oh, no, –Ron dice con horror– ¿Ya está en la etapa de las invitaciones?

–Se pone peor, –Hermione dice con intriga– el otro día la atrapé haciendo una lista de posibles nombres para nietos.

Ron se hunde en el sillón, agarrando con fuerza su vaso de Whiskey de Fuego.

–Harry, –dice– hemos compartido muchas aventuras juntos y aunque nuestra amistad se puso a prueba muchas veces, aprecio el tiempo que pasamos juntos. Has sido un amigo tremendo y te extrañaremos mucho.

–No es para tanto. Es decir, Ginny no esta devastada ni nada, fue en realidad un mutuo—

–Eso no tiene importancia. Mamá ya tiene visiones de bodas y nietos. –Ron toma un trago de su bebida– Conozco a un tipo en Norfolk que hace pasaportes falsos baratos. Te daré su contacto.

Harry mira a Hermione.

–¿Puedes escucharlo? Por favor, dile que no es para tanto.

Hermione toma un trago de su cerveza de mantequilla y no dice nada.

***

Harry está sentado en la que solía ser la habitación de Ron, moviendo su pudín de navidad con la cuchara miserablemente. El pudín se ríe y huye; Harry suspira y mira la puerta para ver a Ron y a Hermione entrar.

–¿Ya acabó?

–Aun no. Mamá va por la quinta copa de Jerez.

–La buena noticia –dice Hermione ansiosamente– es que ha parado de gritar.

–Si, ahora está llorando sobre las tartas de frutas. No entiendo mucho, pero al parecer "Celeste" era uno de sus nombres favoritos para una niña.

Harry se siente indignado.

–¡Cierra la boca! Jamás le llamaría Celeste a una hija mía.

–Si, Percy también dijo que era un nombre horrible. Luego empezaron todos a pelear y George convirtió las orejas de Percy en nabos y Bill no paraba de reír, así que Percy lo llamó un imbécil de pelo largo--- –Ron se encoge al escuchar un golpe seco desde la planta baja, seguido de una risa y segundos después un furioso chillido.

–Bueno, todas las familias tienen discusiones en navidad, –dice Hermione con determinación, levantando una bolsita de dulces y pastelillos que lleva en la mano– no es razón para no disfrutar las festividades.

Harry alcanza un muñequito de jengibre y le muerde una pierna. El muñequito parece molesto.

–Aun tengo los datos del tipo de Norfolk –le dice Ron.

A pesar de todo, Harry no puede evitar sonreír.

***

Corriendo en el aire Donde viven las historias. Descúbrelo ahora