Parte 2

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Harry mira con más atención.

Malfoy deja el Eeylops, anotó el detective original. No más testigos. Hay una entrevista con la esposa de Malfoy, Astoria Greengrass, quién reportó su desaparición cuando no regresó a casa en la noche. Una entrevista típica, piensa mientras lee la transcripción. Astoria parece en un "estado de angustia" que probó ser de poco uso. Sin embargo, la lee una y otra vez. Visita el pensadero una y otra vez hasta que lo ha memorizado, hasta que se lo graba los diálogos en la mente.

–¿Como puedo ayudarle?

–Estoy buscando un búho, la precisión me interesa más que la rapidez.

El vendedor, jugando su papel de un típico hombre de la post-guerra encontrándose con un mortífago. Palabras acartonadas, lenguaje corporal rígido que dice "Sé quien eres, pero soy muy educado para señalarlo."

Draco Malfoy también juega su papel. No puede ser muy grosero, o demandante, piensa Harry, mirándolo por décima vez cuando recibe el búho. Debe mostrar la adecuada cantidad de respeto; se nota en la educada neutralidad de su voz, en la manera en la que mantiene su lenguaje corporal leve y contenido. Sin llamar la atención, sin querer hacer señalamientos o gestos bruscos. "Yo también sé quién soy y estoy cansado de que lo señalen."

Harry ve el recuerdo de nuevo. Once veces en total, y no va a ninguna parte. Esta es la parte más difícil de resolver casos, piensa. Empezar. Buscar algo que nadie sabe lo que es. Es como tratar de encontrar un libro sin título o nombre de autor.

Libros...

Hermione.

Decide visitarla la noche siguiente.

***

–¿Quieres mi ayuda? –supone Hermione inmediatamente al verlo en su chimenea. Ron está afuera, en una misión nocturna. Sin embargo la cena se prepara en la cocina y Harry sabe que está invitado a quedarse sin necesidad de una palabra por parte de Hermione.

–Eres la bruja más lista que conozco.

–No empieces, –se ríe– oigo eso todo el tiempo de Ron cuando necesita que le ayude a rastrear un Objeto Oscuro o una poción.

Harry le dirige una sonrisa torcida y entra en la habitación, poniendo el archivo en la mesa de la cocina. Directo al grano y sin rodeos, supone. Se conocen demasiado bien como para danzar entre temas.

–Draco Malfoy.

Hermione se pone en alerta.

–¿Lo viste?

–De hecho, no. Ese es el problema.

Hermione frunce el seño por un segundo. Luego mira el archivo en la mesa y recuerda de repente.

–Oh, ¡Harry! –dice, luciendo exasperada– No te habrán asignado ese caso, ¿o sí?

Harry asiente mientras se sienta en una de las sillas.

–Es que, sinceramente... –exclama– uno pensaría que tendrían más sentido común. Como sea, si hablas con Holdsworth y le pides una transferencia de caso, estoy segura de que-

–¡Hey! Puedo ser objetivo, ¿sabes? –dice Harry sintiéndose ligeramente irritado– Es mi trabajo, después de todo. Resolver casos.

Hermione lo mira con las cejas levantadas, luego se gira para ocuparse con la tetera.

–¿Té?

–No me crees.

–Sí lo hago. ¿Té?

–Si, gracias. –responde con desconfianza– Escucha, Hermione-

–Te dije que te creía, ¿no es así? Ahora, dime ¿qué es eso con lo que necesitas ayuda? –Le pone una cucharada de azúcar a su taza y se gira hacia él. Derrotado, deja que ella le eche un vistazo al archivo. Hermione lo lee, luciendo cada vez más sorprendida.

Corriendo en el aire Donde viven las historias. Descúbrelo ahora