12. Nuevas historias.

Comenzar desde el principio
                                    

La incansable mirada de Carol lo observa todo atentamente. Duda mucho si acercarse hasta el chico que acaba de irse, pero finalmente, prefiere quedarse en su sitio, donde a su lado, se encuentra Sara, que lejos de estar atenta del partido, observa su móvil más atenta de lo normal.

        — La falta de Dani por el codazo que le ha dado al del otro equipo hace que casi se maten aquí en vivo y en directo a Víctor y Dani y tú solo miras tu móvil.

La rubia entonces despegó su mirada de la pantalla para posarla en su amiga, que lejos de parecer enfadada, está decepcionada o quizá un poco descolocada o desorientada. Su amiga lleva meses rara, distante y sobre todo, fría. Algo pasa, pero ella no lo sabe, porque la comunicación no es que sea demasiado grande. Sara se encoge de hombros y suspira profundamente como respuesta.

        — Entiendo. Sigues sin querer contarme lo que pasa.

        — Mira qué casualidad. ¿Cuándo piensas contarme tú lo de Víctor?

La pregunta de Sara, deja a Carol completamente descolocada, ahora sí. Y creo que en esta ocasión por no esperarse esa respuesta. Se supone que hablan del comportamiento extraño de Sara, no de ella misma, y mucho menos de aquel tema que aún la desconcertaba por completo. Aquel tema que no tiene ni respuesta, ni explicación para ella. Piena unos segundos, traga saliva y asiente.

        — No hay nada que contar. Después de lo del beso... solo quedamos dos veces, en las que no pasó nada, como estaba claro que no pasaría. No insistas en que me gusta. Y... no hemos hablado de ello, así que, todo va bien. Como siempre.

Sara entonces, tras asentir, decide creerla, ¿por qué habría de mentirla? Son amigas. Piensa unos segundos qué decir a continuación pero tras eso, guarda el móvil y vuelve a mirar a su amiga. Está claro lo que tiene que decirle, porque es lo que debía hacer de una puñetera vez y ella está convencida de ello. Puede verlo en los ojos de su amiga con claridad.

        — Tienes que hablar con él.

        — ¿De qué?

        — Es obvio, Carol. Nunca te he considerado tonta, así que... creo que sabes de qué.

La morena lo piensa unos segundos, desviando entonces su mirada en el campo de nuevo, donde Víctor discute con alguien más en el campo. No puede fijarse bien, pero le parece ver que es Raúl de quien se trata, ella suspira y es entonces que se larga del campo con los humos bastante cargados, mientras dos del banquillos que parecen realmente contentos, se colocan en los dos puestos que han quedado vacíos debido a las bajas del capitán y uno de los defensas del equipo. Aprovecha entonces Carol para levantarse y salir de las gradas como puede, intentando no caerse encima de alguien o acabar rebozada en coca-cola de algún idiota.

Una vez que consigue salir, ni siquiera piensa lo que va a decir, pero va tras él, que se imagina que se encontrará en los vestuarios. Suspira profundamente cuando corre hacia allí y le pilla justo en la puerta para entrar.

        — ¡Víctor! ¡Espera! —El chico se gira a observar a la chica que acaba de gritar y una vez que ella llega hasta su posición, lanza un suspiro cansado.— Creo que...

        — ¿Hablar? —Completa levemente dudoso. Él la mira con toda la atención posible y ella entonces simplemente asiente. Él la imita con una tranquilidad que ella no se espera, por los gritos que ha dado minutos atrás en el campo.— Está bien. Pero tendrá que ser dentro. Tengo prisa, necesito largarme de aquí.

Ni siquiera permite que ella ponga pega alguna, porque se cuela por la puerta nada más que termina de hablar. Carol resopla ligeramente molesta por su comportamiento, pero le sigue entrando en el vestuario y acto seguido, por la puerta que pone "masculino". Los hombres tienen terminantemente prohibida la entrada en los vestuarios femeninos, mientras que las mujeres en más de una ocasión han sido vistas entrando sin que el profesor haya puesto queja alguna. Muchos rumores dicen que es machista hasta la médula pero que tiene sus límites. ¿Quién sabe? Los rumores son solo eso, rumores.

Bajo vigilancia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora