34. Cuidado con lo que dices.

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Hay muchos tipos de relaciones, pero inexplicablemente, la de Helena y Carlos, que me pareció y me seguiría pareciendo frágil y estúpida, seguía siendo en la que perduraba el amor. Tanto Carlos, que ya estaba con otra al poco de desaparecer Helena, seguía pensando en ella constantemente e incluso, a veces, no podía evitar encontrarse pensando en lo mucho que la echaba de menos.

Helena, por el contrario, seguía echando de menos ser feliz. En Miami las cosas habían sido fáciles y divertidas, pero no había sentido esa felicidad que estaba buscando desde que se fue de España. Por eso echaba de menos a Carlos, porque con él siempre había sido feliz y sabía que era la persona que necesitaba. Al menos, eso fue así, hasta que conoció a Rodrigo.

Él estaba siendo una salida muy diferente a la que esperaba coger y sin embargo, había sido para ella una maravillosa salida. Por eso, cuando supo lo que en realidad era, todo su mundo se vino abajo. Ahora sabe que debe mantenerse alejada no solo de Rodrigo, que parece ser el jefecillo de todo aquel alboroto, sino también de Carlos, que se encuentra mezclado con esa gente y está bajo sus órdenes.

Desde su encontronazo con la realidad, Helena no ha querido salir apenas de casa y siente que si lo hace, puede toparse con él en cualquier lugar de la ciudad. Solo permite que si eso pasa, las palabras que volverán a salir de ella, no son maravillosas y por eso, prefiere mantenerse alejada, ya que sabe que todo lo malo que pueda decir, al final, se volverá en su contra.

En una situación parecida se encuentra Sara desde las palabras de Daniel. No tiene ganas de afrontar lo que sabe que le tocará tarde o temprano. Y por el contrario, él se encuentra fuera de casa casi todo el día, sin entrar apenas en ella. Es por eso, que Helena y él apenas coinciden.

Pero tres días después de todo aquello, ambas chicas, como si lo acabaran de decidir telepáticamente, se levantan de su cama y se preparan para salir. Y es que, tras muchas vueltas que le dan, terminan por darse cuenta de que nadie, y mucho menos un chico va a elegir si se quedan en casa o salen por ahí. No importa que se tropiecen con ellas, porque ellas pueden más.

¿Será eso verdad, o solo un arranque de valentía?

Tras estar listas en un rato, salen de casa todavía con esos resquicios de seguridad en ellas mismas y de no pensar en las personas que las han retenido en casa durante un par de días. Lanzan un suspiro profundo y cogiendo direcciones diferentes, van hacia el mismo lugar.

En ningún momento se plantean dudar y sus pasos llegan a sus destino, a diferentes tiempos, hacen que entren en el mismo bar mientras buscan a alguien en concreto. Sara, que llega antes que Helena, al no encontrar a quien busca, sale fuera y baja la calle mientras revisa su móvil con una concentración impecable. Justo entonces, Helena entra y al igual que la empollona, busca con la mirada a alguien concreto. Tras unos cuantos intentos fallidos, finalmente, se para tras unos segundos, para luego acercarse hasta él. Éste se encuentra sonriendo mientras habla con el chico que tiene a su derecha. No parece reparar en ella hasta que pasados unos segundos, levanta la mirada hasta encontrarse con la de ella.

— ¿Helena? Creíamos que hoy no saldrías. —Contesta con una leve sonrisa. Y es entonces, que todos los que están a la mesa con él, la observan y sonríen, entre ellos, Víctor y Carol.

— Está claro que he cambiado de parecer, ¿no? —Comenta ella y sonríe con suavidad. Los mira a todos, pero tras unos segundos, duda.— ¿Y Sara?

— También dijo que no salía, pero me ha parecido verla hace un par de minutos antes de que tú llegaras. —Comenta Carol con suavidad y se encoge de hombros.— Apenas sé de ella.

Helena duda ante las palabras que deja caer en el aire Carol. Y se pregunta porqué ella también ha estado retenida durante días sin explicación aparente. Así que, automáticamente, piensa en Dani. Sabe que entonces las cosas siguen igual o él, por motivos ajenos a ella, la ha rechazado. Piensa entonces también en las peleas ilegales e inevitablemente no puede evitar lamentarlo por ellos.

Bajo vigilancia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora