Capítulo 4

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Narra Helena.

- Ey, contame ¿Qué pasó ayer? ¿Te tocó una psicóloga o un psicólogo? ¿Es lindo? ¿Cuántos años tiene? -me bombardeaba con sus preguntas Oriana.

- Primero que nada, buenos días Ori, segundo una pregunta a la vez -respondí mientras la saludaba y me sentaba a su lado. Adelante estaban Cami y Manu, que nos miraban esperando a que yo hablara respecto a mi sesión ayer con el psicólogo. No sabía qué decirles la verdad, porque me resultaba incómodo describirlo y que ellos no me dijeran que me gustaba o algo por el estilo. Así es señores, mis amigos pueden ser los mejores pero cuando se trata de chicos, siempre me cargan, ya que nunca me enamoré, nunca me llamó la atención tener algún novio o algo, me parece una pérdida de tiempo, el hecho de tener que estar casi todo el día juntos, salir, estar con la família de ambos, y lo peor, besarse, no es que me dé asco, pero tuve una mala experiencia respecto a mi primer beso. Lo recuerdo como si fuera ayer.

Inicio de flashback.

Fue hace unos 3 o 4 años, 4 para ser exacta, estaba en un boliche con mis amigos y vino un chico super lindo, ojos verdes, rubio, sonrisa perfecta y su vestimenta hacía que se viera aún más hermoso de lo que ya era. Yo por lo general en las fiestas no soy muy de ser, ¿Cómo decirlo sin sonar muy forra? ¿"Fácil"? Ésa debe ser la palabra, y es como que yo soy más de salir pero echar a cada tarado que está borracho y me quiere para una noche loca. Na yo no soy así, prefiero ir, tomar con mis amigos, pasarla bien, si tomamos de más y bueno nos vamos felices mientras nos reímos hasta de los grillos que cantan. Es verdad, cuando estámos con el alcohol en sangre de una manera exagerada, somos así, aunque de por sí ya nos reímos de todo, pero es como que el alcohol nos hace exagerar con las idioteces que hacemos. Pero retomando el tema. El idiota ése vino y me invitó a bailar, yo no iba a aceptar y mucho menos después de darme cuenta del estado en el que se encontraba. Y cuando por fin iba a rechazarlo, los chicos me empujaron a la pista y no me quedó de otra que bailar con él. Y mientras más bailábamos me reía con las cosas que me decía, era divertido a pesar de su estado, y luego nos fuimos alejando un poco de la gente hasta que llegó un momento que no estábamos en la pista, sino que estábamos mirándonos fijamente mientras yo estaba contra una pared. El chico que creo que me dijo que se llamaba Maximiliano, no perdió el tiempo y se fue acercando lentamente mientras cerraba sus ojos, yo hice lo mismo, siempre había pensado que mi primer beso iba a ser como en las películas, todo apasionado y éso, pero resultó ser de lo peor. Maxi tenía un estado horrible respecto a su ebriedad, y ése beso terminó siendo un terrible asco, porque de un momento a otro empezó a babear peor que un bebé, y me da náuseas el simple hecho de recordar éso. Y cuando me di cuenta de éso, quise correrlo pero él no quería y cada vez se ponía más pegado a mi, cosa me daba cada vez más asco. Y como los chicos se habían dado cuenta de lo que estaba pasando, estaban viniendo desde la otra punta del boliche, para venir a rescatarme, pero yo sé cuidarme sola, así que agarré y le mordí el labio, lo más fuerte que pude, hasta que se corrió, una vez que se corrió, le pegué un rodillazo en su parte íntima y después le di una piña en la cara, cosa que hizo que se cayera al piso mientras se agarraba en su zona íntima. Los chicos vinieron y empezamos a reírnos, y después nos fuimos.

Fin del flashback.

Desde entonces evito a los que están borrachos y si me beso con alguien procuro no volver a verlo, para que no se hagan la ilusión de que probablemente podríamos estar juntos y toda ésa cosa.

Pero mis amigos no querían entender que no me interesaba estar de novia, no quería perder el tiempo, aunque ya casi tengo 18 años, me falta poco para cumplirlos, pero de todas formas no quiero a nadie que me joda, es simple, pero ellos parecen tan inmaduros que no quieren aceptar que su amiga es una insensible, y no le interesa para nada lo que tenga que ver con el amor.

Enamorada de mi psicólogo©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora