28. Yo aún te amo.

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Jungkook necesitaba abrazarlo y decirle cuanto lo había extrañado, que no había ni un día que no había pensado en él, pero el dolor en su quijada era un buen motivo para mantenerse alejado.

Su risa sarcástica contrastaba con aquella sonrisa dulce que siempre le había dedicado.

- Habla. ¿Cómo me encontraste?
Su voz golpeada había dejado de tener ese filtro de dulzura con el que siempre le había hablado.

- ¿Qué sucede cariño? ¿Alguien te tiene preso en este horrible lugar?

- Contesta lo que te pregunté.

La frustración empezaba a crecer.

- He tenido un intento de asesinato hace un par de días, dime qué no fuiste tú el que estuvo detrás de todo eso.

Podía escuchar la furia en sus palabras.

En la chaqueta de Jungkook estaban las fotos que le había dado el vagabundo, las busco, pero no estaban.

- Jimin, lo lamento, es que yo no te encontraba por ningún lado.

Él pareció encenderse y clavó de nuevo la navaja en la mesa haciendo una línea arrastrando la navaja.

- ¿Muerto? ¿Es así como me querías encontrar?

- ¿Qué? No, no...

- ¿Qué quieres...? ¿Por qué has venido...? Habla de una vez porque no tengo paciencia.

Jungkook sentía que algo estaba muy mal, observó la estancia y por el suelo a un lado de la cama vio las fotos tiradas hacia abajo.

No podía creer que algo así estuviera sucediendo.

- Ya te lo dije, vine por ti.

- No Jeon, habla claro. ¿A qué has venido? Tú y yo estamos divorciados y no tenemos nada en común.

Espera un momento.

La actitud tan ácida y la manera en que lo había golpeado le decían que no estaba allí de manera obligada cómo había pensado en primera estancia, ahora se alejó de él un par de pasos con precaución.

Eso no lo esperaba.

Recompuso su ropa y reacomodó sus ideas.

Jungkook era inteligente, aun cuando no entendía que sucedía supo que era mejor dejar de lado todas las emociones que lo embargaban al verlo de nuevo.

Allí estaba Jimin, tan cerca de él en un espacio cerrado, pero por alguna razón sentía que no lo encontraba en ese chico vestido de negro con una navaja en la mano.

- Quiero que vengas conmigo Jimin - le dijo más serio - ya he terminado mi carrera de abogado, he heredado la empresa de mi padre.

Jimin no contestó, solo lo miraba con sigilo.

- Insisto. ¿Qué es lo quieres Jeon? No estoy entendiendo.

Jungkook necesitaba decirle que lo amaba, contarle todo lo que había pasado en ese tiempo, quería decirle que aún recordaba esa noche en la montaña cuando habían dormidos abrazados, que ese recuerdo lo acompañó en todas las noches antes de dormir.

Qué solo con cerrar los ojos era capaz de recordar cada uno de sus besos.

Qué se arrepentía de haberlo dejado ir.

Yo aún te amo.Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz