Capitulo 2: La huida.

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   Alex abrió los ojos lentamente cegado por una intensa luz blanca, cuando su mente se aclaró, se vio acostado en una camilla, sintió una ligera molestia en su mano derecha y  bajo la mirada, tenía la mano canalizada y una bata de hospital puesta, de inmediato supo donde estaba, se sentía desconcertado, desorientado, sin saber cómo y porque estaba allí. Arrancó la jeringuilla y un ligero chorro de sangre mancho su bata, intento ponerse de pies, pero su cuerpo se tambaleo en mareos, se sujetó del tubo metálico que sostiene el suero, causando gran estruendo, se detuvo unos minutos y cuando sintió que sus sentidos se habían sincronizado, camino hacia la puerta. Dio varios pasos y quedó perplejo al ver su imagen en un espejo, rápidamente su mente fue recordando los últimos acontecimientos y sus ojos se abrieron de par en par, en un aullido soltó el nombre de Marcos,  se dirigió hacia la puerta, cerrada. Miro a su alrededor buscando algo que pudiese ser de ayuda, nada. Maldita sea dijo para sus adentros, entonces recordó aquella película que había visto con Marcos una tarde lluviosa, donde usaban una jeringa para abrir la puerta, sin pensarlo dos veces, la tomó. Se agacho frente a la puerta e introdujo la jeringa, moviéndola de un lado a otro, por fin la puerta cedió. El pasillo del hospital estaba iluminado con una tenue luz, miró a la derecha e izquierda en busca de alguien merodeando, pero el silencio era absoluto, camino pasillo a la derecha mirando las paredes en busca de un reloj. Cuando llegó al final del pasillo bajo unas escaleras, se preguntaba en que parte del hospital estaría Marcos, empezó acelerar el paso, buscaría una enfermera, eso le daría solución a todo. El hospital era más grande de lo que se imagino, todo el mundo parecía estar dormido, llegó a la zona de atención y miro el reloj 3:11 AM ahora el silencio tomaba sentido.

-Hey ¿¡Qué haces!? No puedes estar paseando por los pasillos. –Dijo un enfermero.

-Disculpa, necesito saber en qué cuarto se encuentra un paciente llamado Marcos- Dijo Alex- Necesito encontrarlo.

-El enfermero lo fulmino con la mirada- ¿Bromeas? Son las 3:30 de la madrugada, podrás encontrar al tal Marcos más tarde, ahora vete a la cama.

-No, usted no entiende, debe ayudarme, necesito saber cómo esta, si está bien, si necesita algo, tengo que estar a su lado -Exclaó Alex desesperado.

-Ahora te recuerdo, llegaste esta tarde junto con otro hombre.

-¡SÍ!, ese es Marcos, puedes llevarme donde el está, ¿por favor?

-Temo que eso es imposible, él fue trasladado a otro hospital, estaba realmente grave cuando llego, tuvimos que...

-¡DONDE!  ¿Dónde está?  –interrumpió Alex.

-Amigo, no creo que el haya sobrevivido. –Dijo el enfermero.

Alex palideció, su mundo se vino abajo y un intenso dolor en el pecho lo hizo caer de rodillas, no podía creer lo que acababa de escuchar, envejeció mil años en un segundo, su alma se hizo trizas en pedazos tan pequeños que era imposible volver a pegarlos, tenía un nudo en la garganta que quería soltar en alaridos, pero su dolor era mudo y profundo. Imágenes en recuerdos fueron pasando por su mente en bola de fuego, enredándose en la maleza de tristezas que cargaba su espíritu, todo lo que tenía se había desvanecido, su amor, sus promesas, sus recuerdos, sus sentires, se dilataban escapándose de su poderío. No podía asimilar el hecho de que su amado se había marchado, en medio de sollozos y un mar de lágrimas, el enfermero se posó a su lado y poniendo delicadamente su mano sobre el hombro, le susurro al odio, la esperanza es siempre nuestra mejor arma, con la respiración entre cortada y el cuerpo moribundo, se levantó.

-¿Sabes a cual hospital fue trasladado? – Dijo Alex.

-Sí, Hospital West Coast, creo. –Dudo el enfermero. Alex se dio media vuelta, -Hey! ¿A donde crees que vas a las 4:00 de la mañana?

- A buscarlo. –Dijo Alex.

-Estás loco, no puedes salir del recinto, me puedes meter en problemas. Además usted está bajo observación médica.

El enfermero se mantuvo alerta a cualquier movimiento de Alex, lentamente Alex se acerco a él y le susurro algunas palabras al odio, el enfermero lo miro incrédulo, casi soltando una risita, Alex se giró y cuando intento alejarse, el enfermero se aferró de su brazo tan fuerte como para quebrarlo, ambos se lanzaban miradas retadoras, y en un instante, en una décima de segundo, Alex golpeó tan fuerte al enfermero que cayó al suelo. Y como si el tiempo pasara en cámara lenta Alex corrió hacia la puerta de salida, su corazón latía al ritmo de sus pasos, rápidos pero a la vez lentos. No podía creer lo que acaba de hacer, cuando llego a la puerta principal un sentimiento de derrota lo invadió al darse cuenta que estaba cerrada, dos enfermeros más venían bajando las escaleras, mientras que el enfermero golpeado gritaba ¡AGARRENLO! Tapando su nariz ensangrentada. Alex corrió hacia las escaleras descendiendo tan rápido como podía, llegó al parqueadero, el estruendo de los zapatos de los tres enfermeros le causaba pánico, en la penumbra buscó un interruptor de luz, palpaba las paredes como demente, su mente se centraba en una sola cosa: escapar. Por un momento, pensó que era inútil lo que hacía, en la mañana podría irse y buscar a Marcos, pero entonces recordó las palabras del enfermero "usted está bajo observación médica" eso sonaba a tiempo, y tiempo era lo que no tenia, abandono la idea de buscar luz, perdía ventaja, podía sentir los enfermeros encima de él, no podía dejar que lo atraparan, porque ya no lo dejarían solo bajo observación, si no también, seguramente, lo enviarían a un manicomio. Al fondo del parqueadero pudo ver una titilante luz roja, EXIT. Corrió en esa dirección, sentía los enfermeros por todas partes, su cuerpo no podía asimilar tanta adrenalina, empujó con fuerzas la puerta y un ventarrón estremeció su cuerpo, sentía su cara humedecer, estaba lloviendo. Llovía con fuerzas, así como las fuerzas de su amor por Marcos, la lluvia revivió cada hilo electrizante de su alma, nunca se había sentido tan gratificante, tan vivo, volvió a sentirse joven y lunático, entonces soltó un bramido a la luna, a la noche, al amor.    

Si te vas, llévame contigo.Where stories live. Discover now