Capitulo #15

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Ahora camino por el corredor principal. Estoy tratando de recordar donde está la jodida cafetería y, para mi fortuna, no hay nadie a quien preguntarle.

Pienso en las cientas de veces que el profesor Abery me llamo la atención en mi última clase por no contestar a sus preguntas, pero fue inevitable no estar distraída; tengo que lidiar con el temor de que Louis Tomlinson pueda andar por ahí, contando mi secreto a quien se le cruce.

Por un momento, deseo no haberle contado nunca sobre mi hermano, pero luego recuerdo que lo de sostener mentiras no se me da bien y de todas formas, tarde o temprano le terminaría contando todo.

Los murmullos generales se intensifican a mi paso y me aseguro que estoy yendo por el lugar correcto. Cuando me encuentro con la puerta que da a la cafetería-y esta vez estoy segura de ello- ingreso y busco la mesa en la que se encuentran Lena y Zeeke.

-¿Problemas para llegar?-me dice Zeeke antes de llevar un poco de tortilla de papas a su boca. Frunzo los labios, enojada; creí haberle dicho a ambos que me esperaran en la puerta de mi clase para que este tipo de retrasos no ocurrieran.

Lena comprende mi silencio y suelta su tenedor para llevar su mano a su boca.

-¡Lo siento tanto Sky!-dice y estira su mano libre para posarla sobre mi muñeca-. Es todo esto de los exámenes, me fue mal en el de Historia y yo...yo supongo que estaba muy frustrada. Lo siento de verdad.

Suelto una risita ante sus exageradas disculpas. Zeeke me acompaña y Lena nos pone cara de pocos amigos.

-Los dos son unos idiotas-bromea y menea su cabeza. Se muerde el labio inferior para reprimir una sonrisa y toma su tenedor de nuevo para luego llenarse la boca con espagueti-. Pero los quiero de todas formas.

Me concentro en devorar mi estofado de carne con salsa, sin articular palabra hasta que tengo el estómago lleno y el plato casi vacío. En ocasiones, encuentro a Lena observando disimuladamente a Zeeke con los ojos brillosos y no lo comprendo: la mayoría del tiempo...todo el tiempo, está criticando sobre la homosexualidad del otro o haciendo comentarios despectivos sobre sus amigos. ¿Lena odia a Zeeke... pero quiere a Zeeke? No lo comprendo.

Las risas a mí alrededor me sacan de mi ensimismamiento. Ruego en mi cabeza que esta no sea otra descontrolada pelea en la que termino involucrada.

No.

Harry está buscando una bandeja de una pila y se acerca a los puestos de comida, agobiado por las risas a su alrededor. Algunos le lanzan bollos de pan a la espalda o se limitan a reírsele en la cara. Gira en dirección a las mesas y temo que alguno de los chicos de Fútbol Americano sea su próxima víctima, pero no. Harry luce inexpresivo, con los labios extendidos en una fina línea y los ojos visiblemente cansados.

No puedo evitar sentir lastima por el chico que me dejo un ojo morado, pero que al mismo tiempo me salvo de una mala experiencia. 

Lena ríe junto a los demás estudiantes y por un momento, me imagino a mí, embarrándole la cara con su propia pasta.

-¡Harry acosador Styles!-dice una porrista de melena oscura.

¿Acosador? Soy la única que puede llamarlo así después de traer mi carro hasta su casa sin avisarme pero, ¿Ellos? ¿Qué excusa tienen para llamarlo así? 

A final de cuentas, Harry tenía razón al demostrar tan poco interés en su propia fiesta. Ahora solo lo veo como una excusa para emborracharse una vez más, pero cuando en verdad se trata de Harry... ellos son esto. 

Burlas y risas. Bollos de pan y más burlas. Las personas son tan superficiales.

-Lena...-llamo a mi amiga, pero no me presta atención, sigue concentrada en todo ello-. ¡Lena!-digo con voz más alta. Esta da un respingo y se vuelve rápidamente-. ¿Porque le llaman así?

Me observa de manera comprensiva.

-Ay, Sky, que graciosa eres-dice y pone su mano sobre mi hombro, como si me compadeciera de algo-. Por ti, boba. ¿No recuerdas cuando te cargo en sus hombros y te saco a rastras de la fiesta? ¿O estabas demasiado embriagada?

Me vuelvo hacia Harry con gesto contrariado. No puedo creer que reciba más humillación gracias a mí. ¡A mí! Cuando debería estar intentando recompensarle lo que hizo por mí. 

Una sensación de reproche hacia mí misma me invade. Empeore las cosas, cuando parecía que no podían ser peores. 

Para cuando vuelvo a la realidad y me concentro en buscarlo con la mirada, el ya no está. Todos han vuelto a sus asuntos y parece que nada hubiese ocurrido. 

Lena me observa con una expresión que no logro descifrar. 

-¡Sky!-dice y agito la cabeza en respuesta. Pone los ojos en blanco-. Hace por lo menos diez horas que te estoy preguntando si iras conmigo y el otro idiota a conocer a mis amigos de los que tanto te hable. 

Observo a Zeeke, que juega con su teléfono, y de nuevo a Lena. 

-Eh... ah, sí, claro-respondo. Suspira, como si le hubiese costado un esfuerzo terrible obtener una respuesta por mi parte. 

Lena comienza a contarme sobre un tal David y sus danzantes bíceps. Asiento en cada ocasión pero mi mente esta en otra parte. 

No puedo evitar pensar en donde estará Harry en estos momentos. Lo imagino dirigiéndose al gimnasio, con el pelo lleno de migas y los puños ansiosos por tocar al saco de boxeo. No lo culpo, hasta a mí me gustaría uno de esos en este momento, de otra manera, tengo muchas ganas de pegarle a cada persona que se burló de él. 

-Regreso en un momento. 

Me paro de mi asiento, dejando a una Lena totalmente perpleja y camino con paso acelerado hacia la puerta de la cafetería. 

Mi primer instinto es el de ir a los vestidores, aunque lo más obvio sea que este entrenando. Me guío por mi cabeza y avanzo por el amplio corredor hacia la sala de calderas. 

Nunca encuentro mis clases, pero curiosamente puedo encontrar los jodidos vestidores. 

Un cartel verde me indica que estoy a cincuenta metros de aquella sala y en efecto, cuando sigo aquella distancia, me encuentro con la misma puerta que la noche de la pelea. 

El olor aquí dentro es el de siempre y predomina el silencio absoluto. 

Quizá Harry no esté aquí y esto sea una pérdida de tiempo. Quizá este en el gimnasio y ya. 

Mis pies me llevan hacia los casilleros. 

Trago duro, nerviosa; Harry esta de espaldas a mí-y a una distancia considerable- y parece estar vendándose las manos. Pienso en la posibilidad de acercarme tanto que el otro se asuste, por lo que me quedo donde estoy, intentando mover los labios. 

-¿Sky?-dice una voz a mi derecha. Me vuelvo rápidamente y descubro que se trata de Louis-. ¿Qué haces aquí? El vestidor de chicas está en el segundo piso. 

Harry se vuelve sorprendido y observa la situación interesado. 

-Yo, eh...- 

-¡Me hiciste un favor! Justo estaba buscándote, pensé que querrías que alguien te enseñe el instituto de una vez por todas-se planta delante de mí, bloqueando mi visión hacia Harry. Intento observar por encima de su hombro, pero es mucho más alto que yo. 

Sus ojos me insisten. 

-Está bien. 

Pone su mano sobre mi hombro y me dirige fuera de los vestidores.

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