Capitulo #34

147K 6.6K 600
                                    

Harry y Penny están observándome con esa desagradable sonrisa que me sugiere que tengo que saludar a la completa extraña que tengo en frente. Esta continúa con el brazo extendido cuando vacilo un instante, en el que hago un amago de rascarme el cuello. Pero, desde luego, no puedo mostrarme tan desconsiderada, por lo que acepto su mano dando un apretón.
-Mucho gusto, soy Skylar Jones.
"Donna" me observa a los ojos por unos segundos, solo hasta que Harry se adelanta para abrazarla.
Sus manos tocando su espalda y su cabeza apoyada sobre su musculoso hombro, son cosas que despiertan a mis celos de inmediato. Estábamos tan bien hace diez minutos y ahora solo tengo que fingir que estoy feliz de presenciar el reencuentro entre Harry y su vieja amiga, cuando en realidad pienso en las mil maneras de asesinarla mientras duerme. Yo solo quería saludar a Penny, pero parece que ella ya encontró otra distracción.
-Estoy tan feliz de verte de nuevo, Donnie -Harry dice, cuando se separan. La otra le regala una sonrisa de dentadura completa y de repente me imagino arrancando cada uno de sus dientes con un hilo y la puerta de entrada.
-Yo también, Hazza.
Esperen, ¿Acaso lo llamo Hazza?
No puedo evitar corregirla ante su error.
-Disculpa, es Harry, no Hazza-utilizo el tono de voz más amable que me permito, aunque no creo que vaya a durar por mucho tiempo más, pues ya de entrada no la soporto.
-Oh -primero mira a Harry y luego a mí-, en realidad, Hazza es un apodo que le di hace muchos años, cuando apenas éramos unos críos.
-Recuerdo ese momento. -Participa Harry, dirigiéndose a ella- Intentábamos montar unos caballos y el mío me pateo en la espinilla...-
-La palabra que soltaste fue tan mala para un par de niños como nosotros, que te dije 'Bocaza ' por un tiempo. Luego se me ocurrió Hazza. Hazza, bocaza.
Ambos ríen ante el recuerdo compartido, el recuerdo en el que no estuve presente. Verlos tan felices entre los dos solo ayuda a alimentar los celos que tengo. Siento que en cualquier momento me saldrá humo por las orejas.
-Bueno, no sé qué hacemos aquí parados, ¡entremos!-estuve tan sumida en la conexión entre Harry y la tal Donna, que había olvidado completamente que Penny también está aquí.
Entramos a la casa-Harry a la delantera, seguido por la invitada. Detrás de ella camino yo y al último, Penny -. La última prepara cuatro tazas para te mientras ella se luce contando sobre sus viajes a Bulgaria, Polonia, Turquía y Austria. No para de repetir cuan 'afortunada' fue en Polonia, cuando una comerciante rica le ofreció su mansión como paradero por unas noches. Durante todo el rato me entretengo desprendiendo hilos del viejo mantel de flores, en el que seguramente Harry desayuno almorzó y ceno miles de veces.
-Pase un buen rato en esa enorme casa, pero siempre preferiré al hogar acogedor y con olor a viejo. Me recuerda a mi casa-su mirada se pierde en un punto fijo por unos instantes, en los que comienzo a sospechar que hay alguna historia detrás de esos celestinos ojos llenos de melancolía.
Harry se aclara la garganta y el ruido áspero de su voz parece despertarla.
-En fin. -dice, entre un suspiro- Espero que Filadelfia sea tal como la recuerdo.
-Oh, te encantara la ciudad-asegura Penny, que llega cargando una bandeja con biscuits y te negro. Reparte una taza a cada uno con cuidado de no derramar el contenido sobre el mantel y luego deja el plato con comida a una distancia en la que todos podemos coger un biscuit-. Harry puede mostrártela, claro.
«Y tu puedes callarte», pienso.
Agarro la taza por el mango con fuerza, como si eso fuera a quitar la ira que llevo dentro. Desafortunadamente, la cerámica esta tan caliente que me quema las yemas de los dedos y me veo obligada a soltarla en el aire.
- ¡Lo siento!-todas las miradas se posan sobre mí, excepto la de la anciana, que observa el líquido derramado sobre el mantel como si fuera ácido sulfúrico.
Echo mi silla un poco más atrás, ya que él te hirviendo sigue extendiéndose por la mesa y está a punto de caer sobre mi regazo. Penny se apresura a coger la taza casi vacía.
-Ten cuidado hija-dice y juro que puedo notar un atisbo de enojo en su voz. Pone la taza sobre la bandeja y desaparece en la cocina.
-Lo siento, ella es muy obsesionada con sus reliquias milenarias. -Harry me sonríe. Me encuentro con su mano acariciando mi brazo en un gesto que me encanta- No te preocupes, te traerá más te.
Mantenemos conectadas las miradas por unos segundos.
-Esto me trae recuerdos de Turquía. -escuchar su voz en un momento tan especial con Harry es como recibir mil espinazos en la cabeza. Para peor, Harry se vuelve hacia ella, dejándome libre de su caricia- Me habían regalado un set de piezas para te muy delicadas, pero yo no tenía idea de que tan frágiles eran. Entonces estaba este chico, Aberyal, que insistía en que las estrenáramos juntos-se detiene para calmar su aguda risa que no para de irritarme - ¡Estaba tan nerviosa que todo el set resbalo de mis manos y se hizo trizas en el piso! Obviamente no hubo estreno, porque Aberyal se ofendió.
Harry ríe con ganas.
Para mí, hacer que ese tipo de risas salgan por su boca es tan difícil como intentar que se abra conmigo. Pero con ella es tan... ¿simple?
El solo pensamiento me deprime, mi estúpido uso de la razón ya está sugiriendo que Harry no me quiere, que la quiere a ella. Esta extraña se ha metido en su casa con sus ridículas anécdotas y para peor, Harry y Penny parecen adorarla.
- ¿Sky? -la voz de Harry me saca de mi ensimismamiento.
- ¿Qué? ¿Qué?
-Estaba preguntándote hace cuánto tiempo sales con Harry -Donna dice, con el tono que se utiliza para hablar con una persona con problemas para entender.
Me remuevo en mi silla, incomoda. Penny aparece nuevamente, cargando otra taza-solo que más ordinaria y cotidiana- que deja frente a mí con cuidado.
-Gracias y lo siento de nuevo. -insisto. Luego me vuelvo hacia la otra- Uno, dos meses.
De hecho, no me había puesto a pensar en todo eso. El tiempo corre tan rápido últimamente que cuando menos me dé cuenta, estaremos en Noviembre.
-Wow, no me lo creí de ti, Hazza -sonríe socarronamente a mi novio.
Bueno, decir "novio" no es algo precisamente acertado...ya que Harry solo me beso, pero jamás dijo las palabras que se utilizan para subir el escalón. El jamás me pregunto si quería ser su novia; obviamente si quiero, pero el hecho de que ni siquiera me lo haya propuesto me hace sentir mal.
-Han pasado muchas cosas en los años que faltaste, Donna. Sky es una de ellas-sus palabras me toman por sorpresa. Llevo mi mano hasta su brazo y acaricio su piel desnuda.
-Ya veo-sonríe la otra, con una sonrisa no del todo sincera-.
-Donna querida, ¿Quieres que te muestre tu habitación?-la anciana le da un sorbo a su te, hecho que me recuerda que tengo una taza también. Llevo la taza a mis labios, pero esta vez no me quemo ni de lejos. Es más, podría decir que él te esta tibio.
-Por supuesto, ¿Dónde es?-se para animadamente, mientras se limpia una mano con una servilleta de tela-De verdad no quiero que se preocupen mucho por eso.
-Oh, no es problema-su apergaminada mano en un gesto de poca importancia-. Puedes dormir en el cuarto de invitados o Harry puede hacerlo mientras tú duermes en su habitación.
-Oh no, no podría llegar de la nada y además quitarle la cama a mí querido Hazza -por fin dice algo inteligente-. El cuarto de invitados está bien.
Penny y ella desaparecen del comedor, dejándonos a Harry y a mí a solas.
-Que tarde tan...inesperada, ¿verdad?-se vuelve hacia mí, con una sonrisita estúpida en el rostro.
-Si-respondo cortante. Desvío la mirada a un viejo televisor apagado apropósito; no quiero que me lea la mirada, ya que eso delataría mis celos.
-Donna cambio muchísimo desde la última vez que la vi.
-Aja.
- ¿Que está mal?-sus cejas se hunden en un fruncir como de costumbre. Niego con la cabeza un par de veces, pero él no se rinde tan fácilmente-. Vamos, tus respuestas ya te mandan al frente.
Suspiro.
- ¿Tan obvia soy?-me tapo la cara con las manos, en un estúpido intento de ocultar lo avergonzada que me encuentro.
-Demasiado.
-Es que no sé qué pasa, -me vuelvo hacia la puerta del comedor para verificar que Donna no nos esté escuchando - la veo y solo puedo pensar en lo linda que es y todos los recuerdos que compartieron juntos. Desde luego que yo no los viví con ustedes por lo que me siento fuera de lugar y...-
-Skylar-me corta, con una sonrisa divertida en sus labios-, ¿Porque crees que cada chica que habla conmigo es superior a ti? Debes dejar de compararte. Digo; he compartido memorias con Donna y por supuesto que la aprecio mucho, ¡Pero eso no cambia el hecho de que te amé a ti!
- ¿E-enserio?-prácticamente ha dicho todo lo correcto. Sin embargo, no paro de atormentarme pensando en lo de la propuesta invisible.
Si tanto te quisiera, por lo menos se habría declarado y todo.
- ¡Por supuesto que sí!-oigo el chirrido de su silla y observo cuando su cuerpo rota para quedar frente a mí. Sus carnosas manos me toman por la cara y la calientan- Mira, sé que no soy...la persona más expresiva del mundo, pero eso no me vuelve un ser sin sentimientos. Puedo amar, admirar, puedo sentir Sky y eso es lo que no estas comprendiendo.
Hay un corto silencio en el que solo se escucha el ruido de las agujetas de un reloj moverse.
-No es que no confié en ti, es solo que...es tan difícil sacarte una sonrisa y luego viene ella y lo hace como algo natural...-
-No es eso, es que te estás haciendo la cabeza demasiado y no es así como funciona. -se separa de mi para acomodarse su rebelde cabello-No podemos funcionar si vas a pensar todo el tiempo que te dejare tirada.
-No Harry, no es lo que quise decir. -Está a punto de interrumpirme de nuevo, pero le tapo la boca con un dedo- Pero, ¿cómo quieres que confíe en la relación cuando ni siquiera existe?
- ¿A qué te refieres?-pregunta extrañado. Sus labios permanecen entreabiertos aun después de terminar la frase- ¿Cómo es que no existe?
-Tu...tu solo me besaste y ya, ni siquiera me preguntaste si quería ser tu novia.
Su semblante se ensombrece de repente y es justo en el momento en que comprendo lo malo de mis palabras.
-No quise decir eso...-
- ¿Entonces no quieres ser mi novia? ¿Es eso?- su boca está literalmente abierta en forma de O. No sé cómo debo de verme en estos momentos, pero lo más seguro es que este hecha un asco.
-No Harry, yo no...-
-Fueron tus palabras, Skylar.
Estoy a punto de justificarme, pero esta chica tan molesta aparece en el umbral de la puerta.
-Perdón por interrumpir pero Penny me dijo que tu ibas a enseñarme a abrir el grifo de la ducha.
Asiento levemente, sin poder creer lo que estoy escuchando. Prácticamente le está pidiendo que se bañen juntos, eso o mi mente está muy perturbada.
-Sí y yo debería irme-digo, antes que cualquiera de los dos. Me paro en seco.
-Sí, te vendrá bien te. -Harry me imita y comienza a caminar hacia la salida. Pasamos junto a Donna, cuando Harry se frena-La acompaño a la puerta y luego voy a ayudarte.
Esta asiente y desaparece.
-Utiliza estos días para pensar mejor, te hará bien-ladra cuando salimos al exterior. Le dedico el vulgar dedo del medio mientras maniobro para abrir la puerta de mi coche con la otra mano.
Idiota, es un maldito idiota.
Lo ha entendido todo mal, literalmente. Aunque mi poder para comunicarme con las personas sea tan débil, no puedo creer que Harry haya siquiera pensado que no quiero ser su novia, cuando probablemente lo quiero más que el a mí. El creyó que solo estoy con él por obligación y no decisión propia. Mal.
Conduzco unas cuadras a toda velocidad y antes de pasar junto al riachuelo que conduce a Fortescue, paro el auto junto a la acera bruscamente, generando un chirrido en los neumáticos delanteros. El conjunto de sentimientos que revolotea por mi pecho es tan potente, que mis manos toman el control y comienzan a golpearse contra el volante.
- ¡Idiota! ¡Malnacido! ¡Maldito!-farfullo entre dientes. En mi cabeza, el volante de cuero es la cabeza de Harry y mis manos son cuchillos; golpeo una y otra vez, hasta que la piel de las manos se torna rojiza y comienza a doler.
La ira acumulada no es cuestión de una única cosa, esta bronca es el resultado de todas sus mierdas en todas estas semanas: su indiferencia en los primeros días, sus hirientes palabras en la primera semana y por último, la manera en que ha sido tan cerrado con respecto a su vida, pues comprendo que la falta de una voz femenina lo haya perjudicado para siempre, pero tampoco podía pasar la vida sin decirme ni pío. El tenía toda la razón en decirme que me aleje del desde el comienzo...Es ahora cuando me doy cuenta y, es ahora cuando pago las consecuencias por haber sido tan estúpida.
Después de minutos de desahogo sobre mi coche, decido ponerlo en marcha para al menos, tener una cena normal con mis dos padres; son ya las siete, pero por suerte, Beth pone la mesa a las ocho. Conduzco bajo una estrellada noche, algo poco común para ser que nos encontremos al inicio del invierno. Sin embargo, no pienso en quejarme de eso también.
Intento recomponer la compostura en mí y, con mucha constancia, cuando me encuentro frente al porche de mi casa, puedo respirar con regularidad sin pensar en apuñalar a Harry.
Toco el timbre, esperando una cálida bienvenida por parte de mis padres, pero a cambio de eso, me encuentro frente a la preocupada cara de Robbie, que está más roja que un jitomate.
-Más vale que pases ya-su tono nervioso no anticipa nada bueno, pues el jamás pierde la tranquilidad por nada en el mundo. Su mano me agarra con fuerza por el hombro, obligándome a entrar a la casa.
- ¿Qué pasa?-le pregunto cuando la puerta está cerrada y ya ningún vecino chismoso puede escuchar de lo que hablamos.
-Tu madre quiere hablarte. -Esos relajados ojos de siempre solo expresan seriedad en estos momentos- Esta en la cocina.
Camino hasta allí, escoltada por Robbie por detrás.
Beth está sentada en la mesa, con las manos cruzadas sobre la madera y la mirada fija en mí.
- ¿Porque Robert esta tan nervioso hoy?-pregunto, como si el otro no estuviera detrás mío- Apenas he...-
-Siéntate, quiero preguntarte una cosa.
Generalmente no obedecería a lo que ella me diga, pero hoy su tono es tan imperativo que me siento obligada a hacerlo. Me deslizo hasta una silla frente a ella, sin apartar mis ojos de los suyos, que no expresan más que indignación.
-Skylar, me vas a decir porque visitaste a Stephen Mullins el otro día-repone, con un halo de impaciencia en la voz.
-No...No se de quien estás hablando...-
-Sí que sabes, lo sabes perfectamente-Robbie aparece por detrás de ella para a continuación, colocar sus manos sobre sus estrechos hombros.
Jamás había visto a mi madre tan enojada, no como ahora, que parece a punto de saltar sobre mí.
-Yo...no lo sé-estoy lo suficientemente pasmada como para responder otra cosa; lo único que puedo hacer es estar asustada por su cara de pocos amigos.
-Una ayuda: apareciste con unos estudios míos-remarca la palabra levantando la voz, al tiempo que se señala a ella misma con un dedo-, que por cierto no tenías mi consentimiento para tomarlos y llevarlos a analizar.
-Yo solo hice lo que te pedía ese tal Mullins en el mensaje de la contestadora-me atajo. Después de pelear con Harry, me encuentro repitiendo la historia con mi propia madre.
- ¡Pues no tenías porque!-su voz se eleva. Mi padre aparece al momento justo para recomponerla, con caricias en los hombros. Sin embargo, ella le quita las manos de encima de ella, como si de un bicho se tratase.
- ¡Claro que sí!-grito, fuera de mi yo normal- ¡Por supuesto que sí! ¡Has estado recibiendo sus mensajes todo el mes y no has sido capaz de decirme que te pasa! Tuve que hablar con tu puñetero doctor para enterarme de tu enfermedad... ¿Que no pensabas decirme?
-No, Sky eso no es así...-ahora es ella la víctima y yo la perra loca, pero no me importa. Ha sido ella quien empezó, desde hace mucho.
- ¡Claro que así es!-replicó con rabia- Te pregunte si estabas bien la otra noche, ¿lo recuerdas? Dijiste que todo estaba más que bien, cuando yo sabía que has pillado meningitis, lo sabía.
Lágrimas comienzan a brotar de sus ojos, empapando sus prominentes mejillas y convirtiéndola en otra persona; ella nunca había llorado así, y yo nunca había gritado de esta manera, ni siquiera con Harry.
-Ya se y lo siento... pero no puedo consentir que hayas hecho eso y tampoco perdonaré a Stephen por atreverse a contarte-su voz ahogada por sus propios sollozos. Verla de esta manera tan vulnerable me parte el alma, sobretodo sabiendo que soy la causante de todo.
-Mira, lo siento mama, pero tenías que contarme, sin importar que tan malo sea lo que vayas a decirme...Soy tu hija.
-Lo sé-se para en seco, provocando un grave sonido por parte de su silla y comienza a caminar hacia mí, con la cara distorcionada por las lágrimas. Mis brazos se extienden automáticamente para fundirnos en un abrazo, ignorando todo lo que ella ha hecho. Después de todo, es mi madre.
No pasan ni diez segundos en los que comienzo a sentir la tela de mi camiseta empapada de lágrimas provenientes de sus ojos. Cierro los ojos, antes de decir aquello que estuvo dando vueltas por mi cabeza en todo este tiempo.
- ¿Vas a morir?-mis palabras suenan tan ásperas e indiferentes en mi boca, pero tengo que lucir seria para obtener una respuesta seria.
- ¿Qué?-se separa de mí, horrorizada por lo que acaba de escuchar.
No repito nada, porque sé que ha escuchado perfectamente y solo está buscando ganar tiempo para formular una respuesta.
-Yo, no...¿Cómo se te ocurre creer eso?-sus ojos brillan bajo la lámpara con revestimiento de mimbre que ella misma ha comprado hace un par de años. Por ese entonces estábamos todos tan felices... ¿Quién creería que llegaríamos a esto? ¿A esta situación tan triste, tan confusa, tan desoladora? Hace unos años mi visión del futuro era clara y concisa, pero si hoy intento imaginar un futuro... no veo más que una ruta neblinosa, sin indicios de esperanza ni felicidad.
No puedo ver al sol después de la tormenta, ni a la luz al final del túnel.
-Lo siento-solo digo, negando con la cabeza. Nos abrazamos de nuevo, solo que esta vez siento su calidez maternal y espero que ella sienta el amor que intento emanar. Después de perder a un hermano, no puedo perder a una madre también.
Robbie no dice palabra en toda la conversación, solo permanece quieto en un rincón de la cocina, escuchando y previniendo cualquier descontrol. Al final, ella me promete hablar otro día sobre todo lo que yo quiera saber y yo acepto afirmando con la cabeza mientras bostezo, pues de una cosa a la otra hemos llegado a discutir hasta las diez de la noche.
Mientras subo las escaleras apesadumbrada mente, imagino la comodidad de mi colchón y la calidez de las sabanas. Sin embargo, me detengo a mitad de camino, ya que mi móvil no para de vibrar en el bolsillo de mi pantalón.
Es un mensaje de Lena.
Lena: Estoy participando en las apuestas para la pelea contra tu novio y Ryan Mitchells, ¿apuestas?'.
Yo: ¿Pelea? No tenía idea.
Lena: Pelea! Entre Harry y Mitchells, el jueves? En el gimnasio? No te suena?
Yo: Él y yo no estamos en las mejores.
Lena: Actualízame.
Yo: ugh, mañana. Larga historia.
Lena: ¿Entonces? ¿Apuestas o no?
Pienso un momento antes de volver a tomar el celular para contestar:
Yo: Mitchells. $50 a que le parte la cara.

-----------------------------

Me habia olvidado de decir esto, pero ¡Mil gracias por los 800k! Ya somos bastantes mas que 800k, pero vale agradecer de todas formas.

Me estuvieron preguntando porque actualizo tan poco ultimamente y la respuesta es simple: C O L E G I O. Si, yo también lo odio, por Matematica y porque me quita muchísimo tiempo para escribir :c Ademas, tengo colegio dobleescolaridad y paso aproximadamente 8 horas encerrada alli. Agreguenle que veo The Vampire Diaries (Muy obsesionada) y además leo mucho, así que poco tiempo me queda para escribir, ¡Como lo siento! Seguro en mi misma forma de escribir pueden darse cuenta, dado que estoy escribiendo con menos detalles.

En fin, ¡espero que esto mejore! Aún no me creo que estemos cerca del millón.

Pregunta del cap: ¿A quien le apuestan? e.e ¿Harry o Ryan Mitchells? Me parece que Sky esta enojada, porque escogió a Ryan (?

Saluditossss,

Maggie.

KeeperWhere stories live. Discover now