- Gracias, Magnus. - Exclama aliviada. - Gracias por lo que has hecho por mi pequeña. Sabia que nunca la abandonarías.
- ¿Cómo esta Vanir? - Pregunto mientras la alejo de mi cuerpo con discreción.
- Esta algo aturdida. Necesita ver a un medico con urgencia.
- El medico del palacio podrá ayudarla. - Propongo con un atisbo de preocupación.
El viaje de regreso al palacio es silencioso. Francis no menciona nada y se lo agradezco. Él sabe que Gerald es mi hermano mayor y también sabe lo injusto que mi padre fue con él y su madre.
Recuerdo como fue humillada en la plaza, donde le arrojaron un par de quinels para que se fuera de Mirellfolw y así evitar que me relacionará con mi hermano. Recuerdo escuchar a padre referirse a Gerald como "sucio aldeano" cuando realmente era su hijo.
Yo intentaba tener un vinculo con él, estar en su vida de alguna forma pero siempre el título y las clases sociales suponían una enorme brecha entre nosotros, hasta que un día Gerald entendió lo que mi padre luchaba por enseñarme a mi.
Él era un plebeyo, hijo de una pobre mujer de los barrios más marginados de Mirellfolw, mientras yo era el príncipe heredero a la corona de Lacrontte, hijo de los reyes de la nación.Pero nunca pude verlo así y juro que lo intenté. Siempre nos vi como madera del mismo roble, salvo que uno fuimos destinados a convertirnos en cosas diferentes.
Al llegar al palacio Gadea acompaña a su hija al interior, mientras Gerald es trasladado al calabozo.
Soy consciente de que Francis quiere refutar la orden dada, pero antes que pueda hacerlo voy tras las mujeres Etheldret.- Quiero que te quedes conmigo y me cuides. - Pide Vanir a medida que el medico limpia su herida.
- No puedo hacer eso. - Digo casi autómata. - Necesito descansar.
- Por favor quédate. En ocasiones una mujer quiere que la consientan.
- Pues yo no soy un hombre de mimar, así que acostúmbrate.
- Bien. - Dice entristecida, haciendo un mohín para convencerme.
No lo logrará ni aunque me manipule como quiera hacerlo. ¿Yo mimar a una mujer? Nunca, jamás y mucho menos a ella.
- ¿Puedo quedarme en el palacio esta noche? - No sé si se lo pregunta a su madre o a mi. - No soy capaz de volver a casa. El me rapto en el umbral.
- No va hacerte daño. - Le aseguro. - Ahora esta encerrado y fuertemente custodiado.
- Por favor, Magnus. - Interviene Gadea. - Fue un suceso traumático para ella. Permítele pasar la noche y prometo que por la mañana yo vendré a recogerla.
Dudo en aceptar tal propuesta por temor a lo que pueda suceder si cedo. Esta claro que no voy a volver con Vanir, pero tampoco la quiero cerca.
- Esta bien. - Digo finalmente. - Mandaré a que le preparen una habitación.
Salgo del recinto y le pido a los doncellas lo acordado, con la regla de que por ningún motivo toquen mi antigua habitación. Ese lugar nunca será habitado por alguien más.
- ¿Ya podemos hablar? - Pregunta Francis cuando bajo a la primera planta.
- ¿Qué vas a decirme que no sepa ya?
- Es mejor erradicar este problema de raíz.
- Él no es un problema. - Replico molesto
- Esta obsesionado con tu vida. Busca tu atención a como de lugar. Si eso no es un problema entonces no sé que es.
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El corazón del Rey. [Rey 3]
General FictionLas huellas de un pasado doloroso persiguen al rey Magnus Lacrontte, quien ha levantado murallas para no volver a ser lastimado o traicionado, pero aún así el destino siempre encuentra una manera de burlarse de él, dejándolo en la posición menos ven...
Capítulo 23.
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