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5 años atrás. 

La penumba era tal que la noche parecía haberse tragado todo a su alrededor, excepto por las pocas luces de la ciudad a la lejanía y la Luna, el lugar estaba sumido en oscuridad. 

Varios hombres se acercaron hasta el puente abandonado y clausulado desde hacía un tiempo sin saber que en el antiguo puesto de vigilancia que daba paso hacia la vieja fábrica habría testigos de su fechoría.

— ¿Otra vez?  Desde que estamos aquí hemos visto como se deshacen de al menos cinco cuerpos —Dijo la voz masculina de un chico mientras le daba una calada al cigarrillo que tenía entre los dedos.

Desde allí, se podía ver perfectamente hacia el puente donde más de una vez las mafias de la ciudad iban a depositar cadáveres que días después eran encontrados muchos metros más lejos debido a la corriente del río.

Será mejor que nos quedemos aquí. Si llegan a saber que hay testigos nos ponen una puta bala en la sien —Respondió la voz de una chica que lo acompañaba mientras se miraba el brazo. Tenía un nuevo tratuaje que logró obtener gratis luego de robar algo para el tatuador.

Siguieron dando caladas a los cigarrillos mientras veían la luna a través de la oxidada ventana del puesto de vigilancia; lugar que el dúo había vuelto su hogar luego de que ambos escaparan de sus casas. 

Ambos chicos, se habían instalado en el viejo puente abandonado porque era un lugar muy poco frecuentado.

Lo que comían y vestían lo robaban.

Desde luego que ser testigo de aquello era la menor preocupación de la chica, después de todo, ya aquellos miserables estaban muertos y de alguna forma no eran su problema. Mientras no los vieran y ella pudiera seguir viviendo en su escondite, todo estaría bien.

— Mierda, creo que está vivo —Dijo el chico levantando un poco la voz, claramente nervioso.

Ella le tapó rápidamente la boca con su mano y miró alerta en la dirección contraria, nadie parecía haber escuchado a su amigo pero lo que había dicho era cierto.

Esta vez la gente de la "mafia" como ellos los habían apodado no traían un enorme saco negro inerte para lanzarlo inmediatamente al agua.

Había una persona, un hombre de pie en el borde.

Me estás jodiendo —Susurró la chica mientras veía como los hombres se tardaban más de lo normal. Empezó a sentir su corazón galopar en su pecho y una gota de sudor cayó a través de su cuello.

Una cosa era ver como se deshacían de cadáveres y otra muy distinta era ser testigos de un asesinato.

El cigarro que hacía unos segundos estaba fumando, se consumía en el suelo lentamente. 

El tiempo parecía haberse detenido para los dos chicos y el silencio era diabólico, sólo el latido frenético de sus corazones se levantaba levemente en el resumido espacio que compartían.

Esperaron y esperaron. 

Quizás sólo estaban charlando acerca de un nuevo plan, la gente de la mafia no acostumbraba a matar a nadie allí, y entonces...

¡Joder! —El chico se sobresaltó primero, había un arma apuntando el rostro del menudo hombre que definitivamente era un prisionero.

Vas a hacer que nos maten como sigas gritando —Le recriminó la chica mientras miraba aturdida la boquilla del arma que apuntaba el rostro del hombre.

seesaw → min yoongiWhere stories live. Discover now