Capítulo 41

187 30 0
                                    

ÉL:

— Hola — levanté la mirada y me tope con Emma en el marco de la puerta. Error mío al haber dejado la puerta abierta — ¿Todo en orden?

No, fue lo primero que pensé, pero tampoco sé cómo explicar mis sentimientos en este momento y no quiero que se preocupe, ella no tiene porqué pasar malos momentos por mi culpa. Pasé una noche espantosa, no pude dormir en un principio y cuando finalmente el sueño me ganaba, despertaba poco después. Fue bastante raro, jamás había sentido algo así.

— No lo sé — de acuerdo, eso no fue lo mejor que se me pudo ocurrir. Suspiré y y baje la cabeza evitando su mirada.

— ¿Puedo pasar? — Asentí sin pensarlo, me di cuenta que estaba perdiendo una gran oportunidad si me negaba y honestamente no quería quedarme con la duda. No suelo tener este tipo de conversaciones con ella... Con nadie en realidad pero necesitaba hablar sobre ello.

— ¿Eres feliz? — pregunté enseguida se sentó a mi lado. Ni siquiera me atrevía a mirarla pero sabía que mi pregunta le cayó de sorpresa.

— Por supuesto, soy la persona más feliz del mundo Alan...

Creo que la he cagado y en grande.

Suspiré intentando encontrar fuerza de voluntad en mi y seguí hablando.

— Lo siento, perdón, no quería cuestionar eso pero ¿No te preocupa Adriana?

— Claro que sí, al igual que me preocupas tú y Jorge y todos los que estén en esta casa porque... Porque los quiero, bastante, y eso es completamente normal Alan.

— ¿Estoy haciendo lo correcto? — pregunté después de unos segundos. Su respuesta fue tomar mis manos entre las suyas, ante tal acción sentí que mi corazón dio un brinco y levanté la mirada para observarla — ella no está bien y no quiero que pase malos momentos por mi culpa — está vez ella fue quién suspiro y respondió tranquilamente.

— Ella no nos va a hacer caso, jamás. Es muy ansiosa y se cuestiona mucho sobre sí misma pero cuando promete algo en voz alta es poco probable que se retracte. La primera noche que cenamos juntos, ¿Recuerdas cuando platicó de que se perdió en el supermercado? — Asentí — ella jamás va a cambiar de opinión y el resto de su vida va a decir que yo fui quien me perdí y no ella. Luego cuando tomó la decisión de mudarnos, no durmió en esos dos días Alan, ni un segundo, sabíamos que era una decisión muy precipitada pero después de decirlo, ella no se iba a retractar, también cuando insiste en que no pierde las cosas sino que olvida donde las dejo, igual a tu padre — está vez reí un poco aunque sentía una gran presión en el pecho y ella sonrió levemente al verme reír — Cuando dijo que sí quería venir hasta acá, no había tomado en cuenta que tendríamos que volar para llegar y no le importo afrontar uno de sus más grandes miedos.

>> En su mente ella se obliga actuar segura de sí misma y llega un punto en que su cerebro se lo cree y es cuando empieza a ser ella misma, sin filtros, burlona y risueña. Esa es su manera de adaptarse: afrontar las cosas abruptamente y no la cuestiono, le a funcionado bastante bien hasta ahora. Sabe perfectamente cuando detenerse y te diré algo que te dejará más tranquilo, no se va a detener, no en esto Alan. Lo hace por ti y por Jorge, porque al igual que tú ella busca su felicidad y su bienestar. Lo único que debemos hacer en todo este trayecto es caminar juntos. Es difícil para todos pero nadie se quedará atrás y nadie ira unos pasos por delante. Ni siquiera se han dado cuenta de ello pero es lo que han estado haciendo hasta ahora...

— No sé que decir — dije en un hilo de voz limpiando rápidamente la lágrima que rodó por mis mejillas — tienes razón, por supuesto que la tienes pero, creo que yo también debo empezar a convencerme de esto. Gracias — su respuesta fue sonreír gentilmente y aunque sonara extraño, sus palabras me tranquilizan, su presencia me tranquiliza y era algo que no había sentido hace mucho tiempo.

Otro tipo de amor.Where stories live. Discover now