4. Nuestra misión

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—¿Esa es tu casa? 

—Sí, gracias por traerme.

—De nada. —El chico toca la puerta de la casa de Allison y un hombre como de 30 años castaño de ojos verdes oscuros abre preocupado.

—Ally, te estoy buscando como loco —el señor la carga y ve que este todo bien y luego vuelve a respirar y mira al chico—. Gracias por traerla.

—No hay problema, aparte parece ser que seremos vecinos.

—¿Enserio?

—Sí, soy Thomas Robinson —le extiende la mano para estrecharla y el padre de Allison le responde.

– Un placer, Malcom Steel. Me encantaría seguir charlando pero tengo que alimentar a esta niña antes de que su madre llegue.

—Claro, hasta luego.

Mientras el niño se despedía del padre de la niña en otra parte, por no decir en el más allá estaban por ser enviados unos seres especiales a vigilar la relación de Ally con el demonio.

En un edificio blanco lleno de cristales y nubes se encontraban dos seres apunto de recibir su misión.

El buen camino al cielo y Dios. El nombre del edificio dejaba en que pensar.

En la recepción empezaron.

– Seremos asignados a una nueva misión. - dice el chico a la recepcionista - Somos Marco y... - intenta aguantar la risa - Magdalena.

Magdalena intento aguantar la ira recordando que es un ángel, ser de luz y amor no de oscuridad y odio.

—Okay, Marco y Magdalena —checa en su computadora—. Al parecer tienen una cita con... —de pronto se le abren los ojos impactada— El jefe, Dios los quiere en su oficina inmediatamente.

De pronto las demás personas del lugar, incluyendo a Magdalena y Marco se quedaron impactados, todos se congelaron durante un segundo antes de seguir con sus labores, pero Marco y Magdalena seguían en shock. La señora de recepción llamo a seguridad para que los escoltarán hasta la oficina de Dios.

Al llegar los guardias igual se pusieron algo nerviosos y se quedaron asiendo guardia en la puerta y Magdalena fue la que se decidió a tocar la puerta y estas se abrieron rápido y solas, cuando apenas entraron las puertas se volvieron a cerrar. Los chicos estaban impactados de lo grande que era la oficina de Dios el Tajmajal no era ni el baño.

—¿Cómo entra tanto? —Magdalena se limito a encogerse de hombros ante la pregunta de Marco.

—Jesús, levanta a tú padre pronto llegaran los asignados. —Marco y Magdalena oyeron esa voz a lo lejos y se dirigieron a lo que parecía ser una sala de espera, una no tan limpia como esperaban.

—Ya voy, Gabe.

Los chicos intentaron volver a donde se encontraban en un principio pero lo que encontraron fue a un señor como de 50 de piel blanca y cabello (lo que le queda) y barba del mismo color, dormido sobre una nube.

—Perdonen amigos, fue un juego de golf que resulto mal. Perdona, Rex —dijo el anciano mientras dormía removiéndose con terror y angustia.

—¿Será el conserje? —dijo Marco mirando extrañado al señor. 

—No estoy segura, no tiene alas.

Las alas son algo característico de los ángeles, solo en el mundo humano pueden esconderlas, pero en el cielo no se puede aunque quieran.

Magdalena lo toca con el pie y el señor de la barba se levanta de golpe.

—Perdón, pero no creo que sea apropiado dormir en horas de trabajo —dice Magdalena.

—¡Pap...! Llegaron a tiempo —un chico como de entre 20 y 30 aparece mirando avergonzado a quien parecer ser su padre y también se apena al ver a los ángeles—. Papá, ellos son los asignados para la misión niña y demonio.

El anciano recibe una transformación más profesional al chasquear los dedos.

– Ya hable con Lucy sobre su hijo pero no lo controla. Ustedes encarguense de que la niña y el demonio se alejen, lo más pronto posible así Hades no habrá sido más que un amigo imaginario para ella.

—Entendido, señor —responden ambos con firmeza.

—Se establecerán en la tierra, serán sus vecinos. Gabriel les dará sus archivos, ahí igual vendrán sus nombres y que son mientras están en cubierto —Gabe les da los archivos—. Pueden irse.

Los ángeles salen sin entender muy bien lo que sienten, no saben si es por la misión o por el nuevo poco conocimiento que tiene sobre Dios.

—¡Papá que te he dicho sobre la seriedad en el trabajo! ¡Le diré a mamá!

—¡NO! ¡Me comportaré, Jesús!

(...)

– Me imagine diferente a Dios. No estoy diciendo que no sea increíble pero... me lo imaginaba como el dios ficticio de marvel, Thor.

—Deja tu obsesión con el humano, Lena.

—¡Estoy segura de que debe ser un ángel en cubierto! —Marco rueda los ojos y Magdalena va en su nube de amor.

—Viviendo a lo importante, Lena. Tenemos que ir a nuestra casa temporal, mientras más rápido empecemos más rápido terminaremos.

– Tienes razón, vamos, según el informe ya tienen rodó preparado seremos sus vecinos, somos un joven... ¡¿Matrimonio?! - dice mientras lee el informe - Ugh. Bueno es trabajo, somos un joven matrimonio, los Parker. Tú eres Peter y yo Wen. ¿Qué clase de nombres...?

—¡Sí! ¡Seré Spiderman! —Lena rueda los ojos y Marco empieza a volar fuera del departamento.

—Ayuda, señor. ¡Spiderman no vuelva idiota! —Lena le grita a Marco antes de salir volando tras de él.

(...)

Lena y Marco están llegando con el camión de la mudanza a su nuevo destino.

—Entonces... ¿nuestro trabajo es separar a una niña de un demonio? 

—Y no de un demonio común según el informe, ¿acaso lo leíste, Marco?.

—Maso menos, mejor dime tu los detalles al rato con un té. Ahora hay que empezar con la mudanza, luego conocer a la familia de la niña, después a la niña y finalmente la salvamos. Nos tomará menos de un mes y luego pediremos nuestras vacaciones, todos felices.

Y así empezaría todo...


El Demonio de mi CuartoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora