11. Daño por ti

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Damon

Por primera vez puedo ver a Allison diferente. No sonríe ni tiene ese brillo natural en sus ojos, solo esta caminando con la vista al frente y su mirada vacía.

Ella es diferente al resto de los humanos, no sintió temor por un demonio y puede ver lo que otros no, eso debería aterrarle, pero le parece normal. Entonces, no entiendo porque parece tan triste y vacía.

Durante unos minutos puedo ver que sus ojos se ponen rojos pero luego vuelven a ser oscuros, la visión de los demonios es perfecta, algo esta mal en ella.

—Quiero matar —susurra.

—¿Qué?

—Quiero ir a matar. —Su voz es clara, sé que es ella, pero algo no esta bien, algo no esta en orden.

—¿Qué? Por supuesto que no, no puedes hacer eso.

—Leí el contrato, me lo dio Tania. Harás lo que yo diga si digo tu nombre real.

—Mi nombre...

No puedo creer que Tania se lo haya dicho, ¿Qué más habrá dicho?

—Nunca me lo dijiste, nunca me dices nada de ti. Lo único que sé de ti es que eres un demonio importante y tu edad. ¿Por qué fuiste a mi habitación cuando te conocí? ¿A qué te dedicas? ¿Qué hacías cuando no estabas conmigo? ¿Por qué no me cuentas de tu vida? Nunca te pregunte nada porque me bastaba que estuvieras conmigo, verte sonreír era mi mayor felicidad y... Mierda, ¡Te amo, Damon! ¿Acaso no lo entiendes?

—Me amas...

Sé que yo quería escucharla decir eso, pero no así.

—Te amo como no amo a nadie. Estoy enamorada de ti, no puedo imaginarme una vida sin ti.

—¿Por eso diste tu alma? No. Eres una humana y yo soy un demonio, eres una niña, no sabes lo que quieres ni lo que es mejor para ti.

—Sé lo que quiero y lo que es mejor para mi, te quiero a ti, lo mejor para mi eres tú. Tu nunca me haz abandonado, siempre me haz cuidado.

—¿Quieres que te diga porque fui ese día a tu habitación? Iba a matarte y luego devorarte, eres solo un alma con increíble valor.

—Ese fue el inicio, pero todos los siguientes años fueron reales y nunca me haz dañado.

—Pero tú sí. ¿Por qué me pones a mi antes que a ti? Eres una humana, solo tienes una vida deberías disfrutarla.

—Eso hago, disfruto de mi vida a tu lado.

Con cada palabra Allison se enojaba más y mientras más se enojaba el cielo más se nublaba, empezó a llover y luego la tormenta eléctrica llego. Ojalá la hubiera metido a su casa, porque entonces se revelo algo que cambiaría todo.

—Allison, entra a tu casa.

-No. Sé que no eres humano pero, sé que sientes, quiero que me digas ¿por qué no quieres estar conmigo? ¿por qué te haz ocultado de mi a pesar de estar siempre cerca? 

No pude controlar mi irá y mostré mi forma demoniaca frente a ella. Me convertí en lo que prometí nunca mostrarle, lo que más me sorprendió fue su reacción, no se intimido ni se sorprendió, al contrario fui yo el que se sorprendió por lo que ella hizo. Sus ojos se tornaron de rojo y los alrededores se empezaron a incendiar, los rayos caían alrededor y las casas se empezaron a incendiar.

—Hades. —El despreció con el que menciono mi nombre me dolió. —Te ordeno que me lleves a matar.

Antes de que me diera cuenta ya había vuelto a mi forma normal y estábamos en donde los demonios matábamos a quienes se lo merecían, no iba a llevar a Allison a donde matábamos por diversión.

El Demonio de mi CuartoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora