1. ¿Cómo te llamas?

1.3K 109 8
                                    

Bueno, no tengo problema con lo que paso al final de todo. Seré honesta, soy feliz con la vida que tengo y no la cambiaría por nada.

Todo empezó desde mi infancia.

10 años atrás...

—Y fin, dulces sueños, Ally —mi madre acababa de contarme un cuento antes de "quedarme dormida", lo último que haría ese día sería dormir.

—Gracias por el cuento mami, sueña lindo. —Tras darme un beso en la frente mi madre salió de mi habitación; apague la luz de mi lampara dispuesta a cerrar los ojos para intentar dormir.

Pasaban las horas y seguía sin poder dormir.

Mire mi reloj y vi que eran las 3:00 am.

Sentí una brisa extraña y de la nada lo que parecía ser una sombra normal empezó a tomar forma extraña, parecía lo que la gente describiría como monstruo, era altísimo, todo blanco y sin rostro con partes negras que parecían ropa, tenía una boca con dientes grandes afilados y manos y pies puntiagudos, puso una sonrisa que la mayoría llamaría "aterradora" pero que para mi era muy chistosa, no me podía contener y me reía. Empezó a acercarse de forma "aterradora", pero yo solo me reía.

—NO TE CAUSO MIEDO NIÑA —dijo con un tono demoniaco y sacando sangre de diferentes partes de su cuerpo.

—No. ¿Debería? —lo miraba sonriente y llena de curiosidad.

—SÍ... TE VOY A COMER. ¡VAS A MORIR! ¡¿Y NO SIENTES MIEDO?!

—Perdón si lo hice enojar. —Me limite a sonreírle a la aterradora criatura. Era un demonio, en ese momento no lo podía distinguir, pero sabía que no era como yo o mis padres, había algo único en él. 

La criatura paso de ser un aterrador monstro a ser un chico, uno diferente a todo lo que había visto, ojos negros que entre momentos parecían ser rojos, me fascinaron y di aplausos y sonreía y reía, se recargo en mi puerta, donde la sombras lo hacían ver siniestro, pero a mí, a mí solo me causaba fascinación, yo solo me senté en mi cama a observarlo sin poder dejar de sonreír.

—Olvídalo, eres la primera que no se aterra ante mi. No tienes idea de lo feo que es como demonio no causar temor en un humano. Sientes que haz fracasado, en especial si quien te hizo sentir así es una niña que no lleva ni su primera década existiendo.

—¿Qué es un demonio? —Me chupaba mi dedo gordo mientras esperaba su respuesta.

—Somos seres geniales e increíbles. —Me causo diversión su tono de narcisista y sonreí.

—Eres muy gracioso, demonio.

—Tu muy rara niña. Bueno ya que no te logre espantar o aterrar, ni me vendiste tu alma o algo así me voy. 

—¡Espera! —Vi como él me miro con duda y no se fue.

Debí dejar que se fuera, pero no era posible para mi yo de 5 años, desde que lo conocí supe que no quería dejar de verlo.

—No quiero que te vayas, no puedo dormir y demonio es muy divertido.

—No puedo quedarme, tengo cosas más importantes que hacer, como aterrar y matar, si es posible que los humanos me vendan su alma a cambio de alguna estupidez o...

—Te venderé mi alma si te quedas.

—No, no puedo. Sé que soy un demonio, pero hasta los demonios tenemos principios con niños menores de cinco -o al menos yo-, a parte ¿tu vida por que te entretenga? no, no puedo. En otros temas me sigues viendo a pesar de que ya no deberías, eso es raro. Y no deberías entregar tu alma a los demonios ¿ok, niña? —Yo solo asentí triste con la cabeza—. Tal vez luego nos veamos. —Sabía que ya se iba a ir y sentí tristeza—. Recuerda, niña, no hables con demonios extraños.

Y así fue como conocí al demonio de mi cuarto.

—Antes de que te vayas.

—¿Qué quieres ahora, niña?

—¿Cómo te llamas? —Lo pensó durante un momento antes de responder.

—Yo no tengo nombre.

—Entonces te diré... Damon. —Pude ver una pequeña sonrisa asomarse y yo sonreí como nunca lo había hecho. Tras decir eso el demonio de mi cuarto se fue y en ese instante no creí que lo vería tan pronto, pero estaba feliz por haberlo conocido.

El Demonio de mi CuartoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora