CAPÍTULO 9

780 115 21
                                    

Hace 6 años y 3 semanas

— Si, hoy Mat me invitó a una reunión

—¿Una reunión?

—Bueno no tan así como una "reunión", más bien dijo que debía hablar algo importante conmigo.

— Esta bien Kong, solo no vayas a beber demasiado.

—Claro que no Arthit, sabes que no me gusta embriagarme si tú no estás aquí.

—Yo también te extraño cariño. —suspiró enamorado — Ya quiero que sea lunes para poder verte otra vez.

—Y yo espero que sea viernes, para que tu lindo nombre esté junto a mi apellido. No puedo esperar a que seas Arthit Suthiluck.

—Ni yo, te amo Kong.

—Y yo te amo a ti Arthit.

Tras despedirse de su prometido, Kongphob salió de su departamento en dirección al bar, donde su amigo lo citó.
El bar era un lugar muy ruidoso, lleno de gente y extraños bailes pero aún así era un gran ambiente para ser viernes por la noche.

El pelinegro tomó asiento cerca en de la barra y le pidió al bartender una botella de agua mientras espera a su amigo que ya había tardado un poco.

Kongphob estaba por irse ya que su amigo no le contestó ninguna de sus  llamadas y ya había pasado un buen tiempo esperando. A veces debería seguir a su institución, y si está le dice que es mejor alejarse es mejor hacerle  caso, pero fue demasiado tarde para el pelinegro. Una delicada mano con una manicura perfecta lo detuvo.

—Kong ¿ya te vas?

—¡Ah! Hola P' Yul ¿cómo estás? Hace mucho que no te veo.

La rubia sonríe suavemente, ante las palabras de su menor. —siempre tan educado —pensó al pasar sus dedos por un pequeño mechón que caía delicadamente en su rostro perfecto.

—¿Quieres unirte? —Yul señaló hacia una mesa donde había un grupo de chicas, que por la forma en la que estaban vestidas, eran sin duda sus amigas. Kongphob estaba a punto de rechazar la oferta de la chica pero antes de que pueda negarse fue arrastrado hacia aquel lugar.

—  ¡Hey, chicas! Él es Kongphob — presentó Yul a las cuatro personas en la mesa.
Se escucharon saludos de bienvenida y algunas exclamaciones ¡Oh, es muy apuesto! ¡Se ve realmente joven! ¡Está guapo! Todo parecía marchar de mil maravillas, hasta que una de la chicas decidió que era momento de hacer una de las preguntas más obvias.

—¿Tú eres el novio de Arthit?

Todos se quedaron en silencio, con sus copas a mitad de la boca esperando la respuesta del pelinegro.

—En realidad soy su prometido —contestó Kong con una gran sonrisa, esa felicidad y amor se podía sentir, haciendo a todas suspirar enamoradas, excepto a una que prefiero girar la cabeza y acabar con sus bebida de un solo trago.

Para ella era injusto que él siendo niño de campo, criado entre vacas y pollos sea el futuro esposo de Arthit, de Arthit Rojnapat heredero de una de las compañías más grandes de alimentos. Sin duda él merecía algo mucho mejor que Kongphob.
Aún con el paso del tiempo nunca entendió como ese campesino logró que Arthit cayera en sus redes. Bueno tenía una teoría todos los pobres eran iguales, de seguro Kongphob no era la excepción, y no era diferente a esos pobretones interesados, sin duda debió meterse entre las piernas de Arthit como un vulgar. No había otro explicación.

Nadie como Kongphob merecía a Arthit, el castaño merecía a un persona con clase y altura, igual que ella. Es por eso que no le tiembla el pulso cuando coloca una fuerte droga en la bebida de Kongphob.
La delicada mujer sonríe con malicia al ver cómo el líquido es tomado por el pelinegro de un solo trago.

Amor con manzanasOnde histórias criam vida. Descubra agora