CAPÍTULO 3

746 114 10
                                    

KONG'S POV

Al volver del viaje, nos mudamos a la nueva casa que era un regalo de los padres de Arthit, aunque fue mi esposo quien decoró todo, cada detalle estaba en su lugar por él y yo estaba feliz ya que compartimos casi los mismos gustos.

La casa tenía dos pisos, en el primer piso estaba la sala, la cocina, un comedor y un baño de invitados; al subir las escaleras de madera podíamos observar cinco habitaciones, la habitación del final del pasillo y la más grande era la nuestra, a los lados estaban dos recamaras más que serían los cuartos para los hijos, según Arthit serían un niño y una niña.

A su lado derecho estaba la oficina de Arthit ya que si tenía que trabajar mucho prefería estar en casa y frente otro baño un poco más grande. También había una pequeña puerta que llevaban a la terraza y al balcón, era muy hermoso aunque seguía prefiriendo el campo. Por el trabajo no podíamos estar tan lejos de la ciudad.

No me quejo es una linda casa para construir una familia o eso espero…

—¿Kong? ¿Todo bien? —pregunta Arthit, creo que se le hace extraño verme tan distante.

—Si, solo estoy un poco cansado — respondí, no es del todo una mentira solo que no estoy cansado del viaje sino de todo lo que está en mi cabeza, estoy cansado de tener que ocultar algo que no recuerdo con nitidez.

Yo nunca había bebido hasta perder la conciencia.

—Entiendo cariño, descansa yo voy a preparar algo para comer ¿si?

—Gracias Arthit.

—Para eso estamos los esposos —sonríe, saliendo de la habitación.

Me acuesto en la cama después de que cierra la puerta y trato de no pensar, solo quiero olvidar todo…
Espero que con el tiempo pueda pasar este capítulo de mi vida o que sea lo suficientemente valiente para decirle la verdad…pero tengo miedo de que todo se vaya a la basura por ese error.

Trato de recordar pero nada…es como si….

—Kong, Kong…amor — su voz me llama, lentamente abro los ojos. No me había dado cuenta en que momento me dormí — Vamos, no puedes dormir con el estómago vacío.

—Hum —murmuro, frotándome la cara antes de levantarme.

Al bajar, puedo observar como uno de mis platos favoritos está en la mesa.

—Espero te guste, le pedí a Mae la receta, pero no se si me quedo bien.

Y estos son los pequeños detalles que me hace amarlo más.

Arthit rodea la mesa para sentarse y me sirve la comida en el plato con una gran sonrisa.

—Ven, siéntate a comer.

Hago lo que él me dice y me llevo la primera cucharada a la boca.

—¡Está muy bueno! —elogio su comida.

—¿En serio? —pregunta, con sus hermosos ojos brillantes

—Si, muchas gracias. — acaricio su mano que se encuentra sobre la mesa.

Seguimos comiendo y con una pequeña platica como siempre.
En momentos como estos creo que podré olvidar todo y seguir adelante con mi esposo…

—Kong ¿quieres jugo? —

—Si, por favor.

Arthit saca la jarra del refrigerador y me sirve un poco en un vaso de cristal.
Le agradezco cuando me lo entrega, todo estaba tan bien… ¿por qué ahora?

El jugo de naranja no topó ni bien mis labios, cuando una fuerte arcada me hizo soltar el vaso, que se rompió en  mil pedazos mientras corría al baño.

—Kong… — llama Arthit al otro lado de la puerta — amor…

Después de limpiar mi boca con un poco de agua, le contesto.

—Estoy bien.

Él abre lentamente la puerta con un poco de recelo y me mira por unos segundos antes de bajar la cabeza.

—Perdón…tal vez no cociné bien la carne…per… —su voz tiembla.

— ¡Hey! Ya estoy bien… —levanté su rostro con mi mano —todo estaba delicioso, es solo que estoy muy cansado y comí demasiado rápido. Nada más. Tú comida fue la mejor.

Arthit no dice nada y solo abraza. Nos quedamos un rato así, compartiendo nuestro amor y calidez.

🍎

—Estoy bien, ve tranquilo —repito por cuarta vez.

—¿Seguro?

—Si —digo un poco cansando.

Ya pasó una semana de ese incidente y sigue preguntando si todo está bien.

Me molesta que siga con lo mismo.

—Ok —me abraza — si necesitas algo me llamas. —sus labios buscan los míos —Te amo mucho, nunca lo olvides Kong.

Eso fue extraño…

—También te amo. —lo beso, no sé porque se siente como si fuera el último.

Han sentido esa vocecita que te dice que algo va pasar pues en mi caso dice que no deje ir a mi esposo.

Al ver como sale Arthit de la habitación con sus maletas, esa voz grita más fuerte y solo miro esos ojos brillantes por un instante más.

Nada pasa… ¿Qué podría pasar en dos semanas?

🍎

Arthit se había ido hace una semana a un viaje de negocios y la verdad me he sentido muy bien…bueno hay algo que me tiene inquieto.

—¡Ah! Creo que voy a morir —susurro mientras me siento cerca del baño.

No quiero pensar…no quiero….

Pero desde hace días sigo con náuseas y me asusta la simple idea que pasa por mi mente.

—No puede ser…—murmuro, tratando de no temblar —solo queda una salida.

Me pongo de pie, recogiendo las llaves, un poco de dinero y salgo de mi casa.
Al caminar por las calles, puedo observar muchas cosas que hacen que yo me sienta más raro.

En la calle frente de mi casa, en las gradas, está una pareja muy joven tomándose de la mano, camino un poco más y encuentro una pareja besándose como si no hubiera un mañana.

Sigo con mi camino, no quiero parecer pervertido viendo eso, unas calles más adelante veo una iglesia, una boda.
Veo parejas con hijos, bebés y niños jugando.
Es como un flash de mi vida o de la vida en sí.
Ahora, parado en la puerta de la farmacia pienso en el cambio que tendrá mi vida una vez que ingrese.

—Una prueba de embarazo —le digo a la chica con el poco valor que me queda.

—Aquí tiene — la farmacéutica sonríe, estirando la pequeña caja para que yo la tome.

Le agradezco, una vez que pago. Salgo lo más rápido posible y me dirijo a la casa.

En el baño, espero y espero.

Cierro los ojos y rezo para que todo salga bien….

🌼
Gracias por leer

Amor con manzanasWhere stories live. Discover now