Un matrimonio arreglado, esa será la única forma en que Saint podría unirse a Zee. Ambos tienen mucho carácter y siempre chocan, además de que sus vidas son totalmente diferentes, sin embargo tendrán que aprender a entenderse.
¿Será su vida en común...
Durante días, Willy Pruk miró a su único hijo andar de acá para allá deambulando por la casa, arrastrado los pies, cabizbajo y apestando a tristeza.
Su empleada además le dijo que este había dejado de ir a la Universidad y que apenas estaba comiendo y entonces decidió actuar.
—Bueno, ya está bien, hijo ¿Vas a contarme que es lo que te ocurre?...dime que no estás así por que te quité el coche—le habló este tras verlo entrar en la cocina.
—No, papá...el coche me da lo mismo, ya me he acostumbrado a ir andando a cada sitio.
—Entonces dime ¿qué pasa?, ¿Qué es lo que te tiene así deprimido?
El joven alfa suspiró profundamente.
—Es un omega, papá.
—¿Un omega?
—Si, creo que él es mi destinado.
Si padre esbozó una gran sonrisa.
—Pero hijo, eso no es motivo de tristeza... eso es fantástico y deberías sentirte un privilegiado...no todos los alfas tenemos la suerte de hallar a nuestro destinado tan jóvenes e incluso muchos se mueren sin encontrarlo nunca.
Zee negó con la cabeza.
—No puedo sentirme privilegiado porque el no me ama, me repugna.
El alfa mayor miró a su hijo con confusión.
—Eso no puede ser, ¿Estás seguro que es tu destinado y no un enamoramiento pasajero?
El joven asintió.
—Si papá, lo estoy...cuando lo vi por primera vez todo mi ser se estremeció y mi alfa interior despertó...siento que me la sangre me quema las entrañas cuando estoy cerca de él y mi instinto me induce a protegerlo y amarlo hasta desfallecer, aunque él me rechaze una y otra....papá, incluso mi celo se adelantó por él—dijo este casi al borde del llanto.
Su padre se acercó y le tocó el hombro.
—Si, todo indica que es tu destinado pero, ¿Y dices que te rechaza?, ¿Por qué actuará así?, tiene que haber una explicación, eso no es normal.
—No se qué más hacer para tenerlo, papá—dijo este inclinandose en el pecho de su padre buscando consuelo—…he hecho todo pero nada ha funcionado con él... temo que otro alfa se lo lleve y entonces ¿Qué haré?, me moriré de pena, papá... no podré soportarlo por mucho más tiempo, lo necesito...lo necesito.
—Tranquilo hijo, tu padre te ayudará...encontraremos una solución a este problema, no voy a permitir que mi único hijo se muera de dolor.
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Tras acompañar a su hijo hasta la habitación y esperar que este se durmiera, el alfa lo registró todo hasta encontrar el papel con las señas donde Saint trabajaba.
Rápidamente bajó las escaleras de su lujosa casa y cogió su móvil en la encimera para llamar a su empleado beta de confianza.
—¿Qué desea señor?.
—Necesito que me averigües cuanto antes sobre un lugar....necesito toda la información que puedas conseguir sobre un local llamado P'Tog, creo que es una cafetería.
—Señor esa cafetería esta en uno de sus edificios del centro...lo tiene rentado una joven omega que está en las mañanas y por las tardes lo atiende su único hermano.
El alfa frunció el ceño.
—¿Cómo es qué sabes tanto de ese lugar?
—Su hijo me pidió que lo investigara no hace mucho, señor...perdone por no decírselo, él me hizo prometer que no le diría nada.
El empresario asintió.
—Está bien, eso ya no importa ahora...entonces mañana por la tarde me llevarás allí, necesito hablar con ese joven omega.
—Claro señor, hasta mañana que descanse.
—Si, tú también.
Durante horas, el alfa permaneció despierto, intentando hallar la manera de conseguir la felicidad de su hijo.
Pensó en sobornar al joven con una cantidad que no pudiese rechazar, luego en sobornar a su hermana, también pensó en raptarlo pero desistió.
Se estrujó los sesos hasta que finalmente dio con una posible solución.
—Claro, ¿cómo no se me ocurrió antes?—sonrió satisfecho consigo mismo—… esa es la solución.
Rápidamente cogió su móvil nuevamente y marcó con entusiasmo.
—¿Señor Pruk?
—Perdone por la hora Lyn pero necesito que a primera hora de la mañana me consiga una cita en el juzgado para un casamiento urgente.
—Claro señor, veré que puedo hacer—Habló su servicial secretaria.
—Gracias, Lyn...que descanse.
—Igualmente señor, hasta mañana.
Tras colgar la llamada el empresario alfa asintió con firmeza.
—Si, si, si...definitivamente, un matrimonio es la única solución posible.
