(𝟏) 𝐒𝐄𝐌𝐏𝐈𝐓𝐄𝐑𝐍𝐎 | it chapter one.

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ESTAS MINTIENDO
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Los perdedores jamás pensaron que el recorrido para llegar a la casa Neibolt sería tan tedioso y eterno, teniendo en cuenta el hecho de que Derry era un pueblo tan pequeño sentían como si vinieran conduciendo en sus bicicletas desde hace horas.

Y es que, si hace dos meses alguien les hubieran dicho que estarían yendo a salvar a Beverly Marsh de las garras de un payaso come niños, probablemente hubieran mandado al diablo a esa persona riendo a carcajadas.

Es decir, era completamente loco e irreal.

Pero lamentablemente la percepción de la realidad era algo que había cambiado para los ojos de todo el club de perdedores.

Luego de un largo y tormentoso trayecto, los chicos lograron aparcar frente a la casa y como si todos estuvieran conectados, soltaron sus bicicletas al tiempo una vez se bajaron y caminaron para cruzar el portón.

Los recuerdos de la última vez que estuvieron en el lugar invadieron sus mentes inmediatamente, provocando que sintieran un escalofrío bajar por toda su espalda e instalarse en todo su cuerpo. Aquel día había sido uno de los peores de toda su vida y contrario a lo que creían sobre jamás volver a pisar esa casa, ahora mismo estaban frente a ella y por más que estuvieran aterrados, todos estaban dispuestos a entrar.

— Chicos, alístense — Ordenó Bill quitándose su mochila y sacando las armas improvisadas que había logrado conseguir.

— ¿Qué trajiste? — Preguntó Malia agachandose junto a él para poder ayudarlo pero al ver las barras de metal, hizo una mueca dándose cuenta de que desde el principio habían tenido una gran desventaja

¿Cómo fue que pensó que estando ellos dos solos lograrían matar a Eso? Incluso estando con él resto de chicos tenían muy pocas posibilidades, no quería ni imaginarse lo que hubiera pasado si, si hubieran ido ellos dos juntos.

Un poco más atrás, Eddie apretaba su mandíbula manteniendo el recuerdo vivo de su reciente descubrimiento sobre sus medicinas y el momento que había tenido con Richie, estaba tan molesto y frustrado que dejándose llevar por todos sus impulsos, arrancó con fuerza la cangurera para posteriormente tirarla con toda la fuerza posible.

— ¿Por qué hiciste eso? — Inquirió Stan estupefacto al ver lo que Eddie había hecho y éste dándose cuenta de que el rizado lo había estado observando, sólo se encogió de hombros pretendiendo que no le importaba.

Porque la verdad era que se había arrepentido al instante y ahora quería ir a recoger el objeto que contenía todas las horribles medicinas de las que al parecer dependía aún sin necesitarlas.

Mientras que Richie, observando el acto de valentía del menor, sonrió disimuladamente. Él le había roto el corazón de la peor de las maneras posibles al ilusionarlo correspondiendo aquel beso pero eso no significaba que lo odiara o mucho menos, sintiera algún tipo de rencor hacia él, jamás podría hacerlo y se sentía orgulloso de Eddie y de lo valiente que estaba siendo.