10. Sofía

665 50 12
                                    

Durante años te he observado. Estuve en tu graduación. Te vi abrazada a Matt deseando ser yo el que ocupara su lugar. Te vi llorar por no tener con él la relación que tanto soñabas. Te vi en varias charlas de tu fundación, pero nunca me atreví a decirte nada.
Han pasado tantos años que deseo y ruego me hayas perdonado y olvidado, sin embargo yo no me he perdido ni un solo día de tu vida.
He reunido el valor y la fuerza de acudir a la fiesta donde vas a estar, que conste que me entré ayer de que eres amiga de Alice. Esperaré, esa sonrisa por tu parte, ¿lo recuerdas? Dijiste que me regalarías una sonrisa y que estarías dispuesta a empezar de cero. Necesitaba ayuda y no lo entendía, lo comprendí tarde, pero todo lo que soy ahora te lo debo a ti. Gracias por haber cambiado mi vida.
Aunque te cueste creerlo, te amé más que a nadie en este mundo. Te amo, mi corazón siempre te ha pertenecido a ti.
Sé que es mucho pedir. Pero estaré esperando en la cafetería que sueles frecuentar por las mañanas antes de entrar a trabajar, estaré ahí a las seis. Si no vienes, entenderé que no quieres saber nada de mí.

Alex.

Arrugo el papel entre mis manos y me seco las lágrimas con frustración. Ahora los recuerdos dolorosos han quedado nulos. Guardo el papel antes de abrir la puerta de casa. Entro en silencio, pero me acuerdo de que Alice todavía no ha llegado. Debe estar con él, teniendo lo que Alex me negó a mí. Siento una presión en el pecho que me perfora en lo mas profundo.

¿Por qué Alex no pudo ser así desde un principio? ¿Por qué Alice ha tenido que enamorarse de él y no de otro?

Enciendo la luz del comedor y se me paraliza el corazón del susto.

—¡Joder! ¿Te has vuelto loco? ¿O, quieres matarme de un infarto?

Matt escudriña mi aspecto. Acabo de recordar que debo tener la cara hecha un asco. Me mira con gran preocupación y se levanta para acercarse a mí.

—¿Qué ha pasado? ¿Te ha hecho algo?

Matt me ha decepcionado, no esperaba que me dejase sola y abandonada, como si ahora le importara lo que haya pasado.

—¿Ahora te preocupa? —le reprocho.

—Yo no puedo estar en el mismo sitio que ese tipo, amor.

—Entonces no preguntes lo que no quieras saber.

Matt se atreve a tocarme, pero me aparto dolida. Su actitud en la fiesta ha dejado mucho que desear.

—Ese tipo está en nuestras vidas. Está aquí para atormentar lo que queda de ti. Y espero que le hayas contado a Alice que clase de persona es, porque incluso ella se merece algo mejor que Alex.

Yo no pienso decirle nada a Alice, ni entrometerme en lo que sea que tengan, no es asunto mío. Además estoy segura de que Alex ya no es el mismo. Él jamás se había arrodillado en plena calle para pedirme perdón.

—Está enamorada de él, y ni tú ni yo vamos a decirle nada. No seré yo quien la ropa el corazón.

Matt niega desaprobando. Nunca estamos de acuerdo en nada, y por eso chocamos constantemente. Él es perfecto y yo soy un puto desastre.

—¿Y vas a contarme por qué has estado llorado?

Debería ser sincera con él, ser transparente con alguien por una vez en la vida. Pero me siento incapaz de decirle nada, y menos contarle que Alex me besó y que yo se lo devolví. O que esperé tanto ese beso, como él espera que yo me enamore de él.

—Estuve hablando con él y bueno terminé llorando...

—¿Solo hablando? ¿Intentó algo...?

—No —interrumpo agobiada. —Hablamos, y luego se arrodilló para pedirme perdón.

Matt asiente, dolido. Yo también lo estoy conmigo misma. Porque a pesar de todo, siento que encajo mejor con alguien como Alex que con alguien tan maravilloso como él.

—Está bien, amor.

Me rodea con sus brazos y besa mi frente con dulzura, ¿por qué no soy capaz de amarlo? Nunca encontraré nadie mejor que Matt. Y no puedo seguir aferrada al recuerdo de Alex, y menos ahora que sé lo que Alice siente por él.

—¿Quieres que me quede?

En verdad preferiría estar sola y ordenar mis sentimientos por grado de importancia. Pero no puedo pedirle a Matt que se vaya. No es justo para él.

—Sí... —beso sus labios con la intención de borrar los besos de Alex de mis labios.

Matt profundiza el beso enredando su lengua con la mía. Pero suave, lento, sin prisa. Quisiera que hiciera todo lo contrario, que fuera preciso en lo que hace. Que todo se vuelva salvaje, descontrolado y... Qué me diera a lo que me ha acostumbrado.

—Hazme tuya —le pido.

Como le pedí una vez a Alex, y su respuesta fue: ya eres mía.

—¿Estas segura? ¿No prefieres descansar?

No, joder. Quiero que me folle sin piedad, que sea cruel y compasivo, que me haga sentir deseada y no solo un reto al que curar. Odio que siempre sobre piense las cosas.

—Matt, o me follas como si fuera el último día de tu vida o te vas —me atrevo a amenazarlo.

Consigo que se aparte de mí, al mismo tiempo que vuelve a poner esa mirada de lastima que tanto detesto, aunque también se muestra distante.

—Yo no soy Alex, a mí no me excitan esas cosas.

Sus palabras llegan como un jarro de agua fría, que me dejan helada. Una mala sensación me acorrala y me empieza a hundir.

—Estoy muy preocupado por ti... —añade.

—Pues preocupate menos y haz algo de lo que yo quiero, o esto se acabó —determino con seguridad.

Ya no aguanto más. Estoy cansada de ocultar lo que quiero. Lo que me gusta por miedo a ser juzgada. ¿Por qué Alice vive su sexualidad tan abiertamente y yo no? ¿Acaso no tengo derecho?

—Deberías volver a hacer terapia, no conmigo, con otra persona, y creo que ahora lo necesitas más que nunca.

Me duelen sus palabras, me hacen sentir como una maldita perturbada. Me aparto de Matt y dirijo mis pasos a la puerta de salida.

—Vete, por favor.

Él traga en seco y avanza hacia la salida. Tal vez esté siendo injusta con él, pero no necesito que me cambien otra vez, soy lo que soy y no quiero ser otra. Igual estoy loca o enferma, y ya no quiero cambiar ese hecho, sino aceptarlo.

—Deberías mudarte conmigo, Sofi. Juntos podemos, pero si decides ir por libre, yo no me quedaré toda la vida esperando algo que no va a llegar.

Por alguna razón, Dario, aparece en mi mente, sonando casi con las mismas palabras, antes de largarse de mi vida.

—Te he pedido que me follaras, Matt. Tan solo eso, y tú siempre acabas metiéndome a Alex hasta en la sopa.

—Igual es porque estoy celoso y me cuesta admitirlo, porque los celos son sinónimo de inseguridad y debilidad...

—O tan solo de humanidad, de alguien que siente y padece.

Matt atraviesa el umbral de la puerta. Hay una parte de mí que no quiere perderlo y otra que piensa que dejarlo ir, es lo mejor para mí y para él.

—No me gusta estar celoso, yo no soy así... y no me gusta ser...

—Ser como Alex —interrumpo.

—No, yo jamás sería como Alex, y tal vez eso es lo único que te impide amarme.

Matt se va dolido, igual que me deja a mí. Destrozada por todos lados, como hace años, o peor, ahora ni siquiera tengo una meta a la que llegar.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Apr 13 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

El infierno Del Demonio (Libro 2)Where stories live. Discover now