Vampiros e Imperiales

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Thor:

La tarde no tardaría en caer si no nos dábamos prisa, la suave brisa acariciaba mi piel, y a mi lado siempre estaba Mer, con su capucha, en serio parecía una cazadora. Caminamos por bastante tiempo en el camino, la presa me habían dicho que era grande, y que tal vez eran más de una. Al salir del camino, no paso mucho tiempo para que todos tomamos nuestros arcos, éramos una guarnición de por lo menos unos diez hombres y algunas mujeres en total éramos más de quince personas bien armadas. Nos agachamos y rodeamos a la presa desde los arbustos, los más diestros se subieron incluso a los árboles, al ver el panorama, pudimos visualizar a un oso que dormía en el césped cálidamente, era una pena que cazamos una bestia tan majestuosa, pero su carne era muy bien pagada y tal vez había más.

Todos preparamos nuestros arcos, tensamos la cuerda entre la vida y la muerte, para esa pobre criatura. Le había ordenado a Mer que se quedara sin apuntar a la bestia, solo por seguridad. En un respirar, como un rayo que vuela por el cielo, las flechas se lanzaron sobre la cabeza de nuestro enemigo, por un segundo, la criatura abrió los ojos, solo para ver por última vez la luz del sol, los arqueros que teníamos eran estupendos en el trabajo. E igual que el retumbar de un trueno que impacta sobre la tierra, las flechas impactan en el cuerpo del oso, el cual no le había dado tiempo de responder a nada pues había quedado hecho un porta alfileres, era una escena violenta y brutal, pero los nórdicos sabemos la brutalidad de un oso de dos metros. De repente, cuando todos estábamos celebrando por nuestra cacería exitosa, el cadáver del oso se convirtió en ceniza, como si se hubiera consumido en el fuego de la muerte, y eso era. 

Mer Agarró mi brazo de repente -Lo revivieron, están aquí- Y con esas cortas palabras recordé la magia de los nigromantes y sus habilidosos hechizos de alzar zombies... El viento del ocaso ahora era gélido y de la cueva del "oso" unas sombrías bestias de cuatro patas salieron a toda prisa dejándose ver por sólo instantes.

-¡Cuidado!-Alguien gritó a lo lejos, y una de estas figuras saltó desde el suelo y alcanzó a uno de los cazadores en los árboles y al caer, un enorme perro negro como la mismísima noche y mas grande que un lobo blanco, con mandíbulas enormes, y un collar de plata pesado, en sus mandíbulas sostenía de manera violenta la cabeza del cazador que ahora estaba muerto, la soltó y gruño hacia mi, y saque mi hechizo de fuego para alejarlo, las llamas salieron de mi mano y ahuyentaron a la bestia pero no tardaría en encontrar otra presa, era irónico, ahora los cazadores estábamos siendo cazados.

-¡¡LAS HISTORIAS ERAN REALES!!- Gritó otro más, los gritos entre los hombres eran comunes, algunos podían derrotar a algún que otro engendro del mal, o como sea que se llamaban esas cosas. Por todas partes había sangre e incluso llamas por todos lados, desenvaine el puñal que me habían dado los cazadores, pero poco podía hacer eso con respecto a tales cosas, mer desenfundar las flechas de su carcaj de manera rápida y con una precisión mayor a la que nunca había visto impacta todas las flechas en sus objetivos, espalda con espalda en el medio de bestias, árboles, y poco a poco el número de hombres empezaba a disminuir, eramos ahora doce y luego nueve, después solo quedamos cinco y aguantabamos como podíamos, las flechas y sangre volaban por doquier, los aullidos se detuvieron por un segundo, a Mer y a mi nos rodeaban unos diez perros, casi no habíamos hablado desde aquel entonces, por ello no sabia bien como actuar, pero ella parecía seguir cada movimiento que yo hacía, si yo atacaba ella apoyaba, si yo escudaba ella cubría, si corríamos, ella tambien lo hacia, solté un grito y me abalance contra los canes, apuñalando a uno y con magia de fuego incinere a otro, con una ágil vuelta cambie de posiciones con Mer, ahora me encontraba con otros cuatro canes, los cuales me mordieron en la pierna, su mordida era gélida como la tumba de la mismísima muerte, me lo quite de encima con una patada y luego lo incinere, al otro le lance el puñal el cual no tardo en impactar a su objetivo, otro perro mas me mordió en el antebrazo, agitado lo golpee en un ojo, y me agache para que Mer saltara por encima mio y golpeara con una patada increible al can, tal vez quebrandole la columna. Al cabo de unos segundos, la lucha había acabado, yo me voltee a mer y la abrace. Ella correspondio al abrazo.

-Salgamos de aquí- Le dije en el oído, ella se separo de mi y me miro confundida.

-Señor, creo que deberiamos preocuparnos mas de eso...- Señaló hacia la cueva, de donde un hedor a muertos se alzaba. Y creo que Mer presentía que algo malo iba a pasar. De improviso, una mujer salio de la cueva, aparentaba estar herida, y su piel era pálida, tenía un vestido gris como de combate, y sin dudarlo mas me acerque a ella a prestarle ayuda.

-¿Estas bien?-Pregunte, ella mantenía los ojos cerrados y la cabeza baja, cuando la tuve en mis manos, ella levanto su cabeza, era extremadamente bella, como aquellas mujeres de antaño, y al abrir los ojos un carmesí ambarino me saludaba, implantando miedo en todo mi ser.

-De maravilla- Dice con algo de sarcasmo mostrando sus dientes filosos de marfil puro lleno con sangre.  

Le intento separarme de ella, pero no lo logro, siendo salvado solo por Mer quien rápidamente lanzo la flecha a la cara de la vampira, aunque la logro esquivar, de manera perfecta alejándose con odio de mi.

De manera súbita algunas figuras sombrías salieron de las sombras, algunas con gruñidos fuertes y repugnantes atacaron a dos más de los hombres que teníamos, solo quedamos tres personas de las quince que habían llegado. De repente, cuando todas aquellas bestias chupasangre con ojos inyectados en sangre nos habían rodeado, una pequeña flecha, mas bien como un virote de ballesta, callo en el suelo a nuestros pies, y de manera súbita e inexplicable ante mi, explotó en llamas cegando a los vampiros.

En la colina, más arriba de la cueva de donde salieron las bestias, lluvias de flechas salieron disparadas, dispersando a los vampiros, se podían ver una compañía de bastantes hombres, algunos de ellos iban incluso a caballo.

-¡Adelante!- Gritó uno de los hombres a caballo que llevaba un yelmo completo, una armadura fuerte y recia, además de una hacha de mano y un escudo con el cual portaba el símbolo de un sol, cuando toda la compañía cargó contra ellos, se me hizo muy fácil reconocer los escudos y espadas de la legión imperial, abatieron a los bandidos con furia por la noche, y de entre ellos se destacaban algunos caballeros de recias armaduras que llevaban uniformes distintos; un sol, mientras que los soldados imperiales llevan un dragón como si fuera un rombo, se ven en sus espadas y armaduras, pero estos guerreros llevan ballestas y montaban a caballo...Sin duda en ese momento me di cuenta de la fiereza de los imperiales, y que ellos eran capaces de traer la paz a Tamriel para los humanos.

Próximo capítulo: El Primer Grito 

Nota de autor: Gente, se que no he actualizado mucho últimamente, pero estoy trabajando en ello, les quería anunciar que ya estamos a mitad de la historia, pero que si no quieren aburrirse mientras publico nuevos capitulos, les invito a leer otras de las Historias que tengo en mi perfil, sobretodo recomiendo que lean: "Secret Project: Skyfall" o "Dados Para un bárbaro" y próximamente publicare una novela de romance llamada "CArtas para un desconocido" se las recomiendo, denles amor.

Por otro lado queria decir que en este capitulo hay pocos diálogos por el simple hecho de que mi editor de textos (Word) se daño y tengo que repararlo, ademas que me gusta como se edita mas ahi que aqui en Wattpad. Como sea, tambien compartan la historia a amigos que les guste Skyrim, de verdad ayudaría, ¡Quiero hacer un especial para las 2k de lecturas!

Siempre seré su sombra: Skyrim fanficTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang