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Una carcajada salió de sus labios al leer aquel último mensaje, provocando que casi de inmediato se cubriera los mismos con ambas manos, dirigiendo la mirada hacia la persona a su costado, procediendo a hablar en un apenado susurro. —Lo siento.

¿Pero de verdad lo sentía? ¿Sentía estar hablando con una de las personas que más admiraba? O al menos indirectamente. El pequeño cosquilleo en su estómago había estado presente desde el momento en que tomó el celular del mayor para contestar los insistentes mensajes que recibía, llevándose la sorpresa de encontrarse a la persona que más deseaba conocer en el mundo, aquel sujeto que tenía sus expectativas en el cielo, con quien soñaba y respetaba por el simple hecho de existir, por darle los mejores momentos de su vida gracias a su trabajo y el de sus compañeros. Así que no es necesario mencionar cómo su sus labios se adornaron con una sonrisa, mostrando su dentadura en todo momento, con las mejillas ligeramente tintadas de un adorable tono rojizo mientras escribía lo que su jefe le dictaba para contestarle a sus amigos, perdido en sus pensamientos y trabajando casi por instinto. Era increíble, tan increíble que estaba por tercera vez en el día preguntándose si todo lo que estaba pasando era real.

Y vaya que era real. Un espontáneo ardor en la frente lo hizo salir de sus pensamientos, abriendo ligeramente los ojos de manera incrédula y volviendo a fijar su mirada en su acompañante, quien solo mostraba su perfil y tenía una sonrisa burlona en los labios, ni siquiera había visto el momento en que el auto se había detenido en un semáforo en rojo, donde el pelinegro había aprovechado para golpearle con fuerza con el dedo índice la parte donde su ceño se fruncía, provocando que toda su atención se fijara en el. —¡Hyung! ¿Por qué?

—Porque te estoy hablando y no me haces caso, solo estás sonriendo y empecé a preocuparme, ¿qué leíste que te hizo reír tanto? —Respondió, arqueando una ceja y volteando a verlo, provocando que apartara la mirada a su regazo, jugando con el artefacto electrónico entre sus manos, terminando por encogerse de hombros.

—Tus amigos son graciosos, supongo...

—Ah... —Alargó en exclamación, mientras asentía con la cabeza, estando de acuerdo con lo que decía. —Namjoonie y Yoongi son mis amigos, de los que siempre te hablo. Namjoonie suele ser más serio, pero cuando toma confianza puede llegar a ser muy cariñoso y juguetón, Yoongi... —Hizo una pausa, como si estuviera cuidando sus palabras, cosa que solo provocó que el menor se removiera ansioso en su asiento. —Yoongi es como tú.

—¿Cómo yo? —Se apresuró a preguntar, curioso de la respuesta, volviendo a mirar expectante al mayor.

—Castrosos. —Contestó burlón. —Es quien te digo que se llevaría muy bien contigo, parece una persona fría y distante, pero en realidad es alguien con quien tendrías mucha diversión una vez que llegas a conocerle, te hace sentir a gusto con su sola presencia, es... Yoongi. Es la persona más accesible pero privada que conozco... Bueno, tú eres mi nuevo descubrimiento. Son iguales. Quiero ver cómo se van a llevar hoy.

—¿Hoy? —Preguntó un tanto confundido, frunciendo el ceño.

—Hoy, Taehyungie. Es mi cumpleaños y vamos a festejar en un restaurante, ¿lo olvidaste? Te acabo de invitar y aceptaste. —Se burló, soltando una risita. —¿Qué tanto piensas? De repente... No sé, te desconectaste del mundo.

—Ah, nada. Si lo recuerdo, claro que lo recuerdo... —Asintió con la cabeza, soltando un suspiro, volviendo a sonreír en cuanto recordó lo que había pasado. No lo culpen, esta tan feliz que no puede creer que realmente acaba de mensajearse con alguien a quien admira y que ese alguien conoce su nombre. Oficialmente los integrantes de DWORLD saben que existe.

Tienes que estar soñando.

Tampoco creo que sea real.

—¿Los conoces? —La voz del mayor volvió a sacarlo de sus pensamientos, prestándole toda su atención.

—¿Mhm?

—A Yoongi y Namjoon. —Arqueó una ceja de nueva cuenta, sintiendo como sus labios se entre abrían y su respiración se entre cortaba al escucharlo hablar. —Son el único grupo artístico en la empresa actualmente, y no es por presumir pero son bastante reconocidos mundialmente. ¿Los conoces? ¿Por eso estás así?

—¿Así? —Fue lo único que pudo articular en un susurro. ¿Estaba siendo demasiado obvio? ¿Qué iba a pasar si se enteraba que era su fan? ¿No estaba siendo lo suficientemente profesional?

—Como en modo fan. —Respondió casi con seriedad, provocando que borrara por completo cualquier rastro de diversión en su cuerpo, sintiendo como sus músculos se tensaban. —Trabajé con ellos en muchas ocasiones cuando hacían reuniones con sus fans, todos tenían tu reacción, perdidos, anonadados casi, sin palabras y risueños, sin mencionar las lagrimas. ¿Tengo que preocuparme porque eres su fan y vas a empezar a llorar?

¿Y cómo iba a negar aquello? No podía de dejar de consumirse en sus pensamientos: perdido. Le es imposible asimilar lo que está pasando: anonadado. El claro ejemplo es ahora: sin palabras. Y no ha podido dejar de sonreír en ningún momento, solo ahora, donde la ola de sentimientos le dificulta el respirar, porque la euforia del momento está pasando y porque la conversación lo está volviendo a sus cinco sentidos, bajándolo de su nube de comodidad y dejándolo caer de boca a la realidad, su hyung no sabe tantas cosas de él como cree, le ha ocultado tanto y de alguna manera eso hace que sienta una presión en el pecho, tal vez es la culpa que lo consume, que el mayor sea tan honesto y transparente pero él no puede ofrecerle lo mismo, ¿por qué? Por miedo. Por miedo a lo que pasará después, a lo desconocido, a su reacción. Miedo a perder la felicidad que lo ha estado consumiendo las últimas semanas, el terror a volver a la monotonía de su vida, dejar de experimentar nuevas cosas.

Tal vez no está equivocado y vas a llorar.

Tal vez.

—Yo... —Comenzó a hablar, tragando saliva con fuerza, no sabía en qué momento su boca se había secado a causa de los nervios. —Yo no—

Ding.

El sonido de una nueva notificación entrando en el teléfono del mayor lo interrumpió, haciéndolo cerrar los ojos en alivio y tomar un hondo respiro.

—¿Y ahora qué quieren? —La voz del contrario de nueva cuenta lo volvió a sus sentidos, enderezándose en el asiento y alzando el celular a una altura que le permitiese ver la pantalla.

—Mhm, Namjoon dice "Ok, señor celoso". —Leyó el mensaje en voz alta, sorprendiéndose al escuchar la escandalosa y característica risa de su jefe en respuesta.

—Ay, la juventud de ahora... —Murmuró en un hilo de voz, negando con la cabeza y dándole una rápida mirada al menor. —No les creas nada de lo que dicen, son muy sarcásticos. Te juro que Yoongi no te odia o algo, pero me causa mucha risa que se pongas celoso porque paso más tiempo contigo que con él, me recuerda a cuando conocí a Hoseok, hizo el mismo berrinche porque según él le estaban quitando a su mejor amigo, es como si la historia se repitiera, pero cuando se conocieron mejor entendió por qué me gustaba tanto Hoseok, después con el paso del tiempo nos hicimos inseparables... —Hablo apagando la voz con el pasar de cada palabra, terminando casi en un susurro, procediendo a aclararse la garganta y haciendo un ademán con la mano, indicándole al contrario que escribiera. —Ponles "Que chingas a tu madre, dice" pero escribe dice son "s" y al final pon el emoji de la persona que tiene una corona de manos.

—¿El emoji de una persona con corona de manos? Quisiste decir el emoji de la persona recibiendo un masaje. —Le corrigió burlón.

—Creí que ya habíamos establecido que tiene una corona de manos.

Una sonrisa adornó sus labios, casi olvidando la conversación que habían tenido escasos momentos antes, como si hubieran olvidado la seriedad que aquella pregunta sostenía, como si la respuesta de la misma no fuera a cambiar el pacifico orden de la cosas, siéndole imposible el evitar sobre pensar eso, llenándose de preguntas sin respuesta.

¿Era de verdad un sueño o un golpe de suerte?

¿Qué hice? (Taegi/Yoontae AU) SEGUNDA PARTEUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum