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Farey

Cuando piensas que todo está definido, que nada más puede pasar, que todo estará bien llega un momento donde todo se pone patas arriba, donde todo cambia, donde las reglas de nuestro juego se cambian y se escriben de nuevo.

¿Se preguntarán qué pasó? ¿Si estos fueron con nosotras?
Lo hicieron, en realidad estamos yendo hacia la casa, yo iba con Rydel, Persia a nuestro par y esos dos idiotas detrás nuestros.
Uno era de color negro pero con pequeños detalles blancos y otro era blanco con detalles negros, si nos ponemos a hablar de su tamaño eran increíblemente altos, quizás de dos metros y un poco más.
Pude ver la casa a unos pasos, cuando Rydel se detuvo no dudé en bajar de su lomo y caminar hacia la casa, mire hacia atrás, Persia ya había vuelto a su forma humana y esos dos estaban aún su forma lobuna, eran increíbles pero nunca se los diría, gracias pero eso se quedaría en mi mente.

Rodé los ojos y me encamine a la puerta trasera dejando a las chicas con esos dos idiotas, Jesús que estás ahí en el cielo y estas viendo esto chinga tu madre, seguiré tomando café toda mi vida.
Y como si este me hubiera escuchado mi loca amiga Chania había abierto la puerta gusto cuándo yo estaba también por abrirla haciendo que esta me golpeara el rostro, mierda dolió.

—¡Por amor a dios Chania! —Rydel se quejó a unos pasos de mi

—Lo siento, lo siento no te vi mujer —Chania puso sus manos en frente de mí como si estuviera rezando

—Café, y trae tus libros tenemos compañía —señala con mi cabeza hacia mis espaldas

—¿Esos son?... —asenti—. Joder que buenos que están

—¡Chania Le blue mueve tu culo y trae las cosas antes de que te de yo con la puerta en tu jodida cara! —Persia chilló a su respuesta

Esta otra vez levantó las manos y se fue corriendo en busca de mi café mientras yo solo pasaba mis manos por mi rostro, me quiero cagar en todo a la vez.

—¿Estás bien? —Rydel susurro cerca de mí-Si no te sientes bien podemos hablar adentro

—Estoy bien —le sonreí para tranquilizarla—. Sólo quiero mi café y pensar bien

—Traeré una silla, vuelvo —sonrió y se fue por la misma puerta que Chania

Mi mirada se posó en persia, quien estaba mirando fijamente a esos dos, quienes ya estaban en su forma humana pero su mirada estaba en mi y eso me ponía los pelos de punta, me estremecía desde la punta de los pies hasta el último pelo de mi cabello.

Necesitaba la respuesta, no no necesitaba la respuesta ellos me la habían dado, necesitaba la confirmación, necesitaba que me dijeran que era verdad o sino ya me veía colgándome en ese bosque, y no era eso lo que quería, quería vivir mi vida, levantarme las mañanas y sonreírle al mundo, no esperar por lo que pasará, no saber qué será de mi destino, no me gustaba, esa inercia de no saber que es verdad y que no, quién mentía y quién no, todo era un caos y yo no estaba lista para llevar tanto caos en mi vida.

—Ten —la voz de Chania captó mi atención, oh gracias dioses.

Cerré los ojos y dejé que ese aroma a café recién hecho se metiera por mis fosas nasales, pero no contaba con que la vainilla y el café amargo también se colaran, maldición estaba en graves problemas.

—Gracias —les agradecí a las chicas, ya que Rydel dejó la silla a mi lado, no dudé en tomar asiento y beber de mi café.
Me declaro obsesionada por el café, lo declaró.

—Se pueden acercar, no muerdo, no mucho —Chania les hablo a esos dos.

—Por si no te has dado cuenta no te estaba prestando atención —Pearce le digo sin quitar la mirada de mi

Mis Elegidos | #VD1Where stories live. Discover now