1. Alex

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Siempre tiene que haber diversidad entre las cosas: el yin y el yang. La luz y la oscuridad. La noche y el día. El cielo y el infierno. Dios y Lucifer. El bien y el mal.

Lo que vendría siendo Dario y yo por ejemplo. Siempre uno mejor que el otro. Dario simboliza todo lo que consideramos bueno y admirable y yo simbolozo la reencarnación del mal. Todo lo contrario a lo que la gente considera moral y aceptable.

Entro después de llamar. Saludo por educación y tomo asiento en el sillón de siempre. Ya me estoy familiarizando con este sitio. Me costó mucho venir, reconocer seriamente que necesito esto para progresar en mi vida. Para olvidar y superar las diferentes etapas que me han llevado al límite. A veces traspasando esos límites, llegando a donde jamás pensé que llegaría. Cruzando las líneas que nos llevan a la oscuridad.

-¿Cómo te sientes hoy?

Miro el sillón de cuero en el cuál ella se sienta, parece casi inalcanzable. Parece importante y seguramente es como se debe de sentir.

-Bien, estoy bien de ánimo.

-¿Estas durmiendo bien?

-Sí, con la ayuda de las pastillas consigo dormir tranquilo.

-¿Has vuelto a tener pesadillas?

-No, hace más de tres días que no sueño con ella.

Ella sonríe, anota algo y siento que su mirada me está analizando.

-Ayer la seguí hasta la puerta de su casa, me quedé media hora en el portal... esperando que volviera a bajar y fingir un encuentro por casualidad.

Baja la mirada y vuelvo a anotar algo: mi paciente sigue siendo un desequilibrado mental. Un puto psicópata.

-¿Querías hablar con ella?

-Supongo que sí, a veces no hay manera de sacárla de mi cabeza.

Se lleva el bolígrafo hasta los labios, los repasa con la punta, y yo vuelvo mi mirada al frente.

-¿Qué te gustaría decirle?

Le diria muchas cosas y a la vez no le diria nada, bastaria con que ella me mirara a los ojos para entenderlo todo.

-Que aunque hayan pasado cinco años, la sigo teniendo presente.

Me mira por encima de las gafas, niega un breve instante y finalmente se pronuncia.

-Alex, has avanzado muchísimo este último año. Y como tu psicóloga, te aconsejo mantenerte lejos de ella. No es bueno revivir vuestra historia.

Me frustra escuchar sus palabras. Las siento como una puñala directamente al corazón.

-Mis problemas no vinieron a raíz de Sof. Mi infierno empezó mucho antes, incluso antes de conocer a Lucía.

-¿En que momento empezó tu infierno?

Abro la botella de agua y bebo un trago. Clavo mis ojos en ella. De pronto siento frío.

-Cuando el padre de Lucía empezó a hacerme propuestas. Yo solo era un chico ambicioso sin ningún conocimiento, que deseaba estar con alguien. Una alma inocente que creía que si alcanzaba la aprobación de su padre, ella seria mía para siempre.

-¿Tiene nombre esa mujer?

-Lía, su es nombre es Lía.

-¿Como eran las cosas con ella?

-Yo era un hombre enamorado, cegado y ahora que lo pienso mejor no sé si ella me amaba de verdad o solo me usaba.

-¿Crees que ella no te quería de verdad?

Analizando las cosas con el tiempo que ha transcurrido, todo me lleva a pensar que solo fui un peon en su tablero de ajedrez. Solo que las cosas no salieron según ella planeaba.

-Creo que nunca me ha querido nadie. Ni siquiera mis padres.

Es triste decirlo, pero es real. Dario siempre ha sido el favorito de mi padre y Damián el de mi madre. Yo era el del medio, el que sobraba, el que no le importaba demasiado a nadie.

-¿Por qué crees eso?

-Porque nunca he tenido atención por parte de ellos, podrías preguntarle a Dario, él lo sabe muy bien.

Ella vuelve a anotar algo: mi paciencia tiene el autoestima por los suelos.

-¿Por qué odias tanto a tu hermano?

En realidad no le odio.

-Solo lo envidio. Incluso mi hijo lo prefiere a él.

-¿Crees que eres un mal padre?

-Sí, creo que nunca he sido bueno en nada.

-¿Cómo es la relación con tu hijo?

Ahora que Alex ya sabe que no soy su padre biológico, ni siquiera sabemos quién podría serlo. A veces me reprocha que su madre siga en la cárcel. Me acusa de haberle dado una infancia de mierda. Y no lo culpo. No sé si él era consciente de lo que le hacía a Sofia durante ese tiempo. A veces me da la sensación de que sí que lo era. En muchas ocasiones se acuerda de ella y eso me hace daño.

-No todo lo buena que yo quisiera que fuera.

-¿Tienes miedo de perderlo?

-Tengo miedo de que sea como yo, de que siga mi ejemplo. Me aterra pensar que se pueda convertir en un monstruo como yo.

-No debes despreciar tu persona, ya habíamos hablado sobre ello.

Después de Sofia abrí los ojos, fue como verme desde los ojos de otra persona. Supe lo que era, y no quería aceptar en lo que me había convertido. No puedo perdonarme lo que ha pasado, por eso tengo esas pesadillas constantes. Pero sé que no son solo pesadillas, son recuerdos que me atormentan.

-Eres una mejor versión de ti mismo. No hay que aferrarse a lo que uno fue si no a lo que puede ser.

Supongo que la muerte de mi padre también me ha hecho recapacitar, él solo nos ha dejado buenos recuerdos. Y el hecho de ser su heredero mayoritario, me ha hecho creer que era una segunda oportunidad para crecer, avanzar y ser alguien mejor. Echo de menos a ese viejo y no le di importancia a pasar tiempo con él cuando aún estaba con vida.

Perder a mi padre me hizo pensar en cuando murió el padre de Sof, en lo poco considerado que fui al no respetar su dolor, al no llevarla a su entierro. A negar cualquier despedida que ella hubiera querido darle.

-Supongo que sí, pero no puedo dejar de sentirme un miserable.

-¿Ese sentimiento es por lo que le hiciste a Sofia o es por otros motivos?

-En general es por todo, después de casarme con Lucia, ya no quedaba nada del hombre que fui. Me había condenado a mi mismo, y de la misma manera condené a Sofia a un infierno en vida.

-Por eso debes dejar de seguirla, de querer ser partícipe de su vida, no puedes vivir a la sombra de otra persona si lo que pretendes es avanzar hacia un futuro mejor.

Dejar en paz a Sof es algo que me planteo casi a diario. Pero cuando menos me doy cuenta, estoy corriendo detrás de ella. Poder verla, sentirla feliz me hace feliz de algún modo. Siento que sin ella mi vida no tiene sentido, después de su marcha quedé desahuciado.

El infierno Del Demonio (Libro 2)Where stories live. Discover now