Con Sólo Una Caricia (Harry Styles fanfic)

Capítulo 38

MADDIE

"Sólo fue un beso. Nada más."

Nada más. Sólo un beso. ¿En serio? Siempre decía que no era nada, que era sólo un beso. Que sólo fue por el momento, por el ambiente de la situación. ¿Pero qué...? Estaba empezando a cabrearme por todos estos "nada más" de Harry. Ya estaba harta, muy harta.

Pero también estaba muy decepcionada. Para él sólo era eso, pero para mí, fue mi primera vez (bueno, la segunda). Me hubiera gustado que me dijese que me había besado aunque fuese sólo por curiosidad, por saber cómo sería besar a una mujer o algo por el estilo. Pero no. Para mí era algo especial y para él sólo era un beso y nada más.

Decidí dejar de comerme la cabeza y me centré en la ropa que compraba Ailyn. En los vestidos y zapatos que se probaba una y otra vez para ver si hacían juego con los complementos que llevaría y la cantidad de productos de maquillaje que también compraba.

Ailyn no paraba de preguntarme, más bien exigiéndome, que me comprara algún vestido o algo para la fiesta, pero no tenía ganas para comprar algo. Además, tenía un armario lleno de ropa casi nueva, así que no tenía razón para que comprara ropa innecesariamente. Y mucho menos para llevarla tan sólo una noche. Que fuésemos de familias adineradas no significaba que tuviésemos que gastar dinero a lo loco, sólo por diversión. Pero Ailyn tenía una manera diferente de verlo, así que la dejaría con su propia opinión.

***

Fiesta de Valerie Walker. Nueve y media de la noche.

-Nos lo vamos a pasar de miedo –no paraba de decir emocionada Ailyn mientras aparcaba en un pequeño callejón cerca del lugar de la fiesta.

-Pensé que sería en la casa de Valerie.

-¿En su casa? Qué va. Al final, sus padres anularon el viaje que tenían y volvieron a su casa. Pero, afortunadamente, encontró otro lugar. Éste de aquí -y señaló una casa con un jardín llena de personas. No quería ni imaginarme cómo era adentro.

-No sé yo. Es un barrio en el que nunca hemos estado, Ailyn. Y no es que me importe, pero tengo un mal presentimiento.

-Tú siempre tienes un mal presentimiento en todas las fiestas a las que vamos -sacó de su bolso uno de los nuevos pintalabios que compró y se retocó en el espejo retrovisor-. Eres una aguafiestas.

-No soy una aguafiestas, ¿vale? Es sólo que...

-Es sólo que nada -dejó el pintalabios y me cogió de las manos-. Nos lo vamos a pasar muy bien. Vamos a bailar, a beber y a vivir nuestra juventud, ahora que podemos. Cuando vayamos a la uni, no vamos a tener tiempo, así que vamos a aprovechar esta noche. ¿De acuerdo?

La verdad es que Ailyn tenía razón. Si no iba a vivir ahora, ¿cuándo lo iba a hacer? Era joven y tenía que vivir mi vida. Tenía que vivir una vida normal y corriente, sin miedo, como hasta ahora lo había hecho.

-Vale. Lo intentaré -Ailyn me levantó una ceja-. Lo haré.

-Ésta es mi chica. Allá vamos.

Nada más abrir la puerta del coche, la música llegó a mis oídos, y eso que estábamos en un parking bastante alejado de la casa. A medida que nos íbamos acercando, la música iba elevándose cada vez más hasta llegar a atronarme los oídos nada más llegar al descansillo de la puerta. El DJ que Valerie había contratado se había pasado con la música.

Al entrar en la casa, tuve que abrirme paso casi a codazos porque, aunque la casa era grande, allí no cabía ni un alfiler. Toda la gente estaba arremolinada, bailando y bebiendo de los típicos vasos rojos de las fiestas alocadas que se daban en este tipo de barrios de Nueva York. Yo nunca había estado en una de éstas (siempre iba a las típicas fiestas en las que tenías que ir de marca), así que no sabía muy bien cómo comportarme en ésta. Me encontraba como pez fuera del agua.