Maddison Bennett es una chica adinerada, dulce e inocente que vive de forma modesta en uno de los barrios más alejados de la zona rica de Nueva York. Pero Maddison sufre de una pequeña imperfección: tiene androfobia. El temor a tocar a los hombres e...
Subimos al coche y nos alejamos del bar. Harry estaba muy callado y concentrado mientras conducía porque su entrecejo estaba fruncido. ¿Qué había ocurrido?¿En qué estaba pensando? No lo sé, pero se había puesto muy raro en el bar. Sobre todo nervioso
De pronto, estacionó el coche. Se volvió a mí y sacó un pañuelo marrón y rojo de la guantera
-¿Qué ocurre, Harry?
-Voy a ponerte esto, ¿vale? -dijo refiriéndose al pañuelo
-¿El pañuelo?¿Por qué?
-Maddie, ¿confías en mí?
-Claro que sí, pero...
-Entonces, déjame que te lo ponga. Es parte de tu regalo de cumpleaños
-Pensé que la pulsera era mi regalo de cumpleaños -toqué las cuentas sin darme cuenta. Adoraba esa pulsera
-Y yo, pero no estaba seguro si tú... -Harry tragó saliva y volvió a alzar el pañuelo- ¿Me permites, por favor?
Miré a Harry y a sus ojos nerviosos y preocupados. ¿Qué le pasaba? Jamás lo había visto de esa forma, pero aun así confiaba en él. Agarré la prenda y me la até yo solita alrededor de mis ojos
-¿Y ahora?
Noté el bufido de alivio de Harry. Seguro que era por los nervios
-Ahora voy a salir del coche para abrir tu puerta y ayudarte a que salgas, ¿vale?
Yo asentí
-Está bien
Oí cómo la puerta del conductor se cerraba y, tras unos segundos, la mía se abrió. El frescor de la noche golpeó mis piernas y un escalofrío me recorrió todo el cuerpo
"No tuve que ponerme un vestido tan corto"
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-Dame la mano -la alcé y Harry la agarró firmemente. Después me levanté y él me ayudó a salir. Di un pequeño traspiés, pero ahí estaba él- Te tengo, princesa
Caminamos durante unos minutos mientras esquivábamos a la gente que nos miraba como a tontos. Tras avisarme Harry de que tenía que subir un par de escalones, entramos en un edificio. Lo sabía porque la temperatura del ambiente cambió radicalmente. Ahora estaba muy a gusto
-¿Dónde estamos, Harry?
-Ya lo verás
No sé dónde estábamos, pero en ese momento nos subimos a un ascensor. Se notaba por el cerrar de las puertas, el balanceo de la cabina y, sobre todo, por el pequeño pitido que avisa cuando has llegado a tu planta
-Harry...
-Espera un momento -Harry me soltó de la mano durante unos segundos, en los que meneaba los brazos en el aire intentando agarrar algo o a Harry de nuevo- Bien, ya está todo. Dame de nuevo la mano -e hice lo que me dijo
