Con Sólo Una Caricia (Harry Styles fanfic)

Capítulo 46

MADDIE

Mi corazón latía a mil por hora. Lo tenía de nuevo ante mí, piel con piel, sintiendo su aliento en mi boca. Quería besarle, quería abrazarlo y no dejarle nunca más, volver a donde él había dicho que volviéramos, al principio de todo, pero mi lado orgulloso no quiso hacerlo. Me había hecho pasar por un calvario sólo porque le había salvado la vida y no quería reconocerlo. Es verdad que nunca debí de meterme en sus asuntos, pero si no lo hubiera hecho, ahora mismo Harry y yo estaríamos bajo tierra en cualquier lugar de Nueva York. Y no podía permitir que ocurriera eso. No quería morir, joder.

-Harry... -contesté con voz entrecortada.

-Por favor, Maddie -sus labios se acercaban poco a poco a mí sin que yo pudiera evitarlo-. Por favor, te necesito.

-Yo también, Harry -susurré, pensando en voz alta sin darme cuenta.

Harry se separó de mí un instante antes de besarme. Su beso fue dulce y delicado, muy largo, pero que se me hizo muy corto. Se puede decir que fue "en un abrir y cerrar de ojos". Después él se separó un poco de mí para ofrecerme esa sonrisa que tanto añoraba y con la que soñaba desde hace semanas, o incluso antes de nuestra pelea. Creo que desde siempre había soñado con esa sonrisa que quitaba el hipo. Yo le devolví la sonrisa en gesto de que yo también le echaba de menos y que no quería pelear con él. Nos entendimos con tan sólo esas sonrisas.

Pero habían pasado varias semanas y ambos estábamos... al límite, por así decirlo. De pronto, sus ojos del color de las esmeraldas se volvieron aún más oscuros de lo que la oscuridad del callejón era y, de manera feroz, volvió a besarme como jamás me había besado nunca. Era un beso apasionado, tal vez demasiado, incluso para Harry. Era como si me estuviese diciendo lo desesperado que estaba por besarme, sólo que con una acción. Pero no me importaba en absoluto. Yo también estaba desesperada por besarle, por sentir sus labios y su lengua. Por sentirle a él.

Me arrinconó contra la pared usando su cuerpo y yo le agarré del pelo para atraerlo a mí y así poder profundizar más nuestro beso, si es que acaso eso era posible. Él me sujetó de la cintura, alzándome y haciendo que yo, instintivamente, le rodease con mis piernas. Estando en esa postura pude notar cómo el paquete de Harry se había puesto duro, cosa que me excitó a más no poder. Le necesitaba. Y mucho.

-Vayamos a tu casa, Harry -susurré en sus labios. Él me bajó inmediatamente y me cogió de la mano, directos hacia su casa. Pero la cosa se torció sin los dos querer.

Mi móvil empezó a sonar. Pensé que era Ailyn, pero no. Ojalá lo hubiera sido. La hubiera mandado a freír espárragos, pero era alguien más importante. Era uno de mis profesores, el profesor Donovan.

Miré mi reloj y vi que ya era muy tarde.

"¿Qué querrá?"

-Hola, profesor Donovan -no me quedó más remedio que cogerlo.

-Hola, señorita Bennett. He estado revisando los trabajos que debían de entregarme hoy mismo y no he visto el suyo por ninguna parte.

"Mierda"

Estaba tan distraída que ni siquiera oí que tenía que entregarlo. Y tampoco tenía ningún tipo de interés.

-Lo siento, profesor. Lo tenía, lo tengo, de hecho, pero se me olvidó entregárselo. Me distraje y yo...-miré a Harry, mi motivo de distracción- Lo siento muchísimo.

-Usted lleva unos días en el limbo. Pero se lo dejaré pasar. Sólo una vez -suspiré de alivio al oír eso.

-Muchas gracias, profesor.

-No hay de qué. Pero, ¿aún lo tiene? Me refiero al trabajo.

Miré un segundo en mi mochila y lo vi en una carpeta morada.