Capitulo 40

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MADDIE

Cuatro. Cuatro días habían pasado desde la pelea en casa de Harry y aún no me había llamado. Ni siquiera un mensaje de texto. Una llamada perdida. Algo.

-Pues no voy a ser yo quien llame -dije mirando fijamente al móvil y con ganas de estamparlo contra la pared por la incertidumbre que me provocaba la llamada de Harry.

Mis ojos iban todo el rato del móvil a mi libro de literatura griega y del libro al móvil. Estaba tan de los nervios por la puñetera llamada, por su disculpa, y tan absorta mirando el móvil cada dos segundos, que no me di cuenta de que había entrado Ailyn en mi dormitorio.

-Maddie -Ailyn me tocó el hombro y yo pegué un pequeño respingón por la sorpresa.-, ¿estás bien?

-Sí, ¿por qué lo dices? -intenté parecer que estaba bien.

-Estás muy rara estos días. ¿Es por lo de la fiesta? Te pido perdón de nuevo. No fue mi intención dejarte sola allí, de verdad.

-Está todo bien con eso, Ailyn. Sólo estoy muy liada con las clases y todo eso. Nada más -intenté tranquilizarla para que dejase de darme la brasa.

-Entonces, ¿te has peleado con Harry?

Bingo.

-¿Por qué piensas eso? -yo no aparté mi vista del libro.

-Porque no habláis desde hace unos días. Y eso es muy raro en vosotros dos. Siempre vais pegados, como si fueseis un chicle. Además -ella se sentó en el borde de mi cama.-, Niall me ha contado que no os habéis visto ni nada.

No pude contestar a eso. Todo lo que había dicho era cierto así que, ¿para qué responder a algo que ya sabía?

-Si lo sabes, entonces, ¿por qué preguntas?

-Para que me dijeras realmente por qué Harry me ha pedido que salieras a verle con un ramo de flores enorme.

-¿Harry está aquí? ¿Y con un ramo?

Ella asintió.

Me levanté deprisa y corriendo. Ni siquiera me di cuenta de que salí con mis pantuflas hasta que me tropecé en las escaleras con ellas. Me dio igual. Yo seguí bajando y bajando hasta llegar al recibidor.

Tuve que hacerme hueco entre todas las chicas curiosas que habían salido a fisgonear para después cotillear sobre ello. Ailyn me ayudó a hacerme paso dando codazos a diestro y siniestro. Las chicas se quejaban y la llamaban de todo, pero sólo bastó que ella las fulminase con la mirada para que dejasen de hablar y agachasen la cabeza avergonzadas.

Y ahí estaba. Por fin pude verle. Estaba parado delante de mí con un ramo de tulipanes blancos y una mirada tímida, algo bastante impropio de Harry. Él era muy atrevido y para nada tímido, así que verle de esta forma me impactó un poco, a la vez que me causó confusión y ternura.

-Harry, ¿me has traído flores? -dije en bajito al sentirme un poco tímida, e incluso intimidada, ante todas esas chicas de mi alrededor.

-Sí, ya sé que no te gustan las flores naturales porque odias que se marchiten en seguida, pero estas son de plástico -ambos mostramos una pequeña sonrisa.

-Pero a mí no me gustan los tulipanes blancos, ¿sabes? -quería picarle más para que se sincerase de verdad.

-Lo sé, pero cuando fui a la floristería, le dije al dueño que me diera unas flores porque quería pedir perdón a una chica, y él me dio éstas. Al parecer, en el lenguaje de las flores, el tulipán blanco significa perdón, pero uno sincero de verdad. Por eso las he comprado. Quiero pedirte perdón por lo de aquel día. Sé que fui un gilipollas y un cabrón por hacer todo eso, pero no lo hice adrede. Ya sabes cómo soy perfectamente. Eres la única que me conoce y me comprende de verdad. Quién soy, de dónde vengo, a dónde quiero ir. Mi historia, mi vida. No quiero perderte, Maddie. Por eso, si aceptas mis flores, juro que no volveré a pagar mis platos rotos contigo ni a pelear de cosas de las que no tienes nada que ver o no tienes culpa -en ese momento, Harry se acercó a mí y me ofreció el ramo.- ¿Aceptas mis disculpas?

Con Sólo Una Caricia (Harry Styles fanfic)Where stories live. Discover now