[2] Banshee II | Spider-Man: Homecoming

IV | ¿Una vida adolescente?

      LYANN TOMÓ EL ELEVADOR Y PRESIONÓ EL BOTÓN DE LA G, OCULTANDO SUS MANOS EN LOS BOLSILLOS DE SU CHAQUETA DE CUERO Y HACIENDO una mueca de disgusto al sentir sus dedos fríos y húmedos. Pensó que era patético estar nerviosa. Era una fiesta común y corriente, con adolescentes normales y posibles peleas de borrachos; ¿para qué preocuparse? Pepper bromeó acerca de ello, dándose cuenta de Lyann y sus pies inquietos, y dijo exactamente lo mismo que pensaba, que era una fiesta como cualquier otra.

Pero Lyann creyó que se equivocaba, porque esa no era su vida y, definitivamente, no sería posible encajar en algo de lo que nunca ha sido parte.

Una vida adolescente.

Suspiró, saliendo del ascensor en cuanto llegó al garaje. Luego sonrió.

Ahí estaba, su nueva motocicleta.

Las luces blancas de la gran habitación se reflejaban en la pintura negra y sus dedos acariciaron el mango, el asiento de cuero y el casco. Le echó un ojo, rodeándola, maravillándose, y una risa cómplice salió de sus labios cuando vio la inscripción de la matrícula.

"BANSHEE".

Se montó. La calavera de su llavero se balanceó cuando introdujo la llave y todo su cuerpo vibró cuando el motor despertó, ronroneando y zumbando. Volvió a sonreír. ¡Qué poder tenía! Todavía con su sonrisa triunfante tomó el casco y alzó la mirada, encontrando la cámara de seguridad más cercana, y sabiendo que la señora Potts observaba desde su oficina, hizo un saludo militar y se colocó el casco.

Hizo una rápida revisión de los frenos, el tanque de gasolina y el aire de las ruedas, también aceleró un poco para calentar más el motor. Lyann asintió para sí misma, satisfecha.

—Friday, abre compuerta.

—Abriendo compuerta —respondió la computadora y Lyann dio reversa para salir de su hueco y se bajó el cristal del casco.

Aceleró. El motor le cantó, como si respondiera. Lyann volvió a sonreír.