Epílogo

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     ERA OTRA NOCHE CUALQUIERA EN NUEVA YORK, RUIDOSA, MOVIDA E INTERMINABLE

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     ERA OTRA NOCHE CUALQUIERA EN NUEVA YORK, RUIDOSA, MOVIDA E INTERMINABLE. Lyann estaba regresando al Complejo de los Vengadores luego de haber pasado el día con el tío Jonathan y sus primas, Ester y Lana, y un encuentro rápido con cierto chico con poderes arácnidos tras haberse cruzado con él mientras perseguía a una pandilla de crimínales por las afueras de Manhattan.

Había sido un encuentro efímero. Lyann se había detenido en un semáforo rojo cuando Peter de repente aterrizó frente a su motocicleta, sorprendiendo a los peatones que cruzaban la calle. Un grupo de turistas chillaron de emoción al verle.

Riéndose, Peter los saludó antes de centrar su atención en Lyann, inclinándose sobre la motocicleta.

—Hola, tu —dijo él.

Sintiendo una sonrisa estúpida tomar el control de su rostro, Lyann apoyó los antebrazos sobre el tanque de la moto.

—Hola, tu —respondió ella. Peter solo podía verle los ojos con el casco puesto, pero las irises de su máscara se achinaron de esa manera que le hacía saber a Lyann que estaba sonriendo.

—¿Cómo te fue con tus primas hoy?

—Bastante bien, nos montamos en casi todos los juegos del parque. Tío Jonathan quedó empapado luego de subirse a una montaña rusa de agua.

—¿Quién lo obligó, tú o sus hijas?

Los ojos de Lyann brillaron, traviesa.

—Peor aún, las tres apostamos.

Peter se rió.

—¿Qué ganaron, entonces?

—Unos buenos hot-dogs, eso te lo aseguro —Lyann vio que el semáforo de peatones estaba por cambiar, así que enderezó la espalda y tomó el mango de la moto—. Pero si yo fuera tú, no apostaría con las nenas a menos que estés de su lado. Son dos diablillas.

Peter ladeó la cabeza, considerándola.

—Suena a alguien que conozco —Lyann puso los ojos en blanco, pero sonrió. Luego Peter suspira pesadamente—. Bueno, tengo que volver a ser superhéroe, así que si me disculpas, ya les di mucho tiempo de delantera a esos idiotas.

—¡Quiero fotos de cómo los arrestan!

—¡Eso es una orden, comandante! —Peter fingió un saludo militar y la apuntó con un dedo después—. Escríbeme cuando llegues, ¿sí?

Lyann asintió justo al mismo tiempo que Peter lanzaba una telaraña y salía volando, el semáforo cambiando de rojo a verde para ella.

Un mes después de haberle propuesto salir, hizo falta cuatro citas más para convencer a Lyann de iniciar una relación con el chico Parker.

Nunca había tenido un novio, mucho menos sentimientos amorosos hacia alguien. Jamás. Ni siquiera había sido una idea que le haya cruzado por la cabeza durante el tiempo que Lyann había pertenecido a HYDRA.

[2] Banshee II | Spider-Man: HomecomingDär berättelser lever. Upptäck nu