✔️(Capitulo 72) Niño tonto.

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Vaya… entonces eso significa que mi tiempo junto a él está terminando.










—    Hola Daniel, Alex me dijo que cuidarías de Lau y de Aki.

Katrina sí que debe llevar prisa, Xavier y la pequeña Emma esperan por ella en su auto.

—    Sí, supongo que él vendrá a por ellos.
—    Sí, sucede que mi esposo tiene una conferencia fuera de la ciudad y tengo que ir con él, te pediría cuidar de Emma, pero debe ser demasiado para ti, además estás cuidando a tu amigo.
—    Sí, pero está bien, no es para tanto y…
—    Gracias Daniel, me tengo que ir. Toma, considéralo una forma de agradecimiento de nuestra parte— Katrina me entrega una pequeña bolsa de café y sonríe — cuídate, adiós.

La familia de Alex es rara, siempre saludan a sus amigos con abrazos o besos, y eso puede llegar a ser incómodo, aunque admito que en realidad me gustaría que en este país fuésemos un poco más cálidos, la familia de Alex hace cosas innecesarias pero lindas como que por cualquier cosa obsequian cosas.

—    Aarón— digo al momento de cerrar la puerta detrás de mí y con dificultad bajar a Lau, Aki, las pertenencias de ambos, y mi bolsa de café— ¿Me das ayuda por favor?

Eric se acerca rápidamente y al ver a la tortuga y al perrito, los toma en brazos.

—    ¡Genial…! Me encantan los animales, mira a este pequeño, es muy lindo.
—    Jaja, él es Lau— digo señalando a Lau— y ella es Aki, ambos son los pequeños hijos no humanos de Alex y Matt.
—    Son tan lindos, pero la tortuga si que pesa…— la tortuga de Alex es enorme… me pregunto, ¿Cómo es que logra alimentar a un reptil tan grande?
—    Ya lo sé, Alex siempre quiere llevar a su tortuga a dónde tenemos que viajar, pero su padre insiste en cuidarla.
—    Pues está enorme.
—    Es una tortuga rusa, Alex me dejó una lista, aquí dice que debe permanecer en el jardín, y también que le gusta entrar a casa, ¿Te gustaría alimentarla? Al parecer come brócoli y col.
—    Oye…— Eric se ríe al escuchar la palabra “col”— no me comerá esa tortuga ¿O sí?
—    No lo creo, eres muy grande para ella.

Eric deja en el suelo a la tortuga y me jala de la mano.

—    ¿Qué sucede?
—    ¿Te gustaría comerme?
—    ¿Qué…?

Automáticamente me sonrojo, Eric se ríe como bobo y continúa con su discurso.

—   Dije, ¿Me quieres comer?
—    ¿De qué hablas?

De nuevo está diciendo locuras.

—    Estoy diciendo que tengo hambre tonto.
—    Oh, sí, es cierto— niño tonto, me dio un gran susto.









—    Recuerdo que te di una lista, hicimos una apuesta y perdiste— Eric alimenta a Lau y a Aki antes de ir a dormir.
—    ¿Qué es lo que recuerdas? Tu memoria está regresando muy rápido—yo me encargo de limpiar la cocina.
—    Sí, algo, pero es confuso, cuando comíamos ramen, recordé que apostamos y perdiste.
—    ¿Qué más recuerdas?
—    Nada. Sólo eso.
—    Dijiste que recordabas la lista y…
—    Dije que no recuerdo más.
—    Ah, de acuerdo. Creo que iré a dormir.

Me dirijo a la planta alta, pero pronto escucho a Eric sollozar.

—    Dany… ¿Podría quedarme junto a ti? No me siento bien.
—    ¿Quieres que te lleve al hospital?
—    No Daniel, me duele por dentro, todo ha cambiado, la persona que creí que yo era es todo lo contrario y eso duele.
—    Todos cambiamos para bien o para mal, y a mí me parece que tú estás en el camino correcto.
—    Niklas me rompió el corazón… pensé que al menos lo entendería… no debí declararme, es un hombre casado.
—    Calma…— digo en un torpe intento por consolar a Eric — quizá él no es para ti… por algo pasan las cosas.

Eric continúa llorando, intento ignorarlo, pero es inevitable, de un momento a otro siento como Eric me abraza por la espalda y hunde su rostro en mi cuello.

—    Escucha, comprendo cómo te sientes, no somos tan diferentes… — digo con melancolía— deberíamos ir a algún lugar para olvidar esas cosas.
—    Quiero que te quedes junto a mí, pero ni siquiera sé si somos amigos.
—    Esa no es la mejor idea, me siento como un monstruo, siento que podría lastimar a las personas que más me importan, eso ha pasado mucho, y no soportaría de nuevo vivir con la culpa.
—    Idiota. Hablas como si fueras un monstruo.
—    Soy un monstruo.
—    No es cierto, no lo eres, no para mí.
—    Rayos Eric, hay tantas cosas que quisiera decirte, pero no puedo.
—    Sólo dime.
—    No puedo.





No voy juzgar al universo y a su extraña manera de hacer coincidir a la gente en el momento incorrecto, decirle adiós a este chico será algo doloroso, y el dolor es algo a lo que le tengo un gran temor, puede que las despedidas duelan unas más que otras, pero estamos acostumbrados al dolor.
He pensado que el destino es imparable, y más para algo y alguien que se cruza en tu camino tantas veces que es absurdo pensar en la coincidencia, es un evento cósmico inigualable.
Hay personas con las que prefieres coincidir aunque sea una última maldita vez, porque hay personas que merecen amor, aunque sea un simple “hola”, una leve sonrisa de nostalgia, porque hay personas que aunque se van, nunca dejan de sentirse.


—    En cuanto te sientas mejor, ve a casa.

Lo siento Eric.

TORMENTAOn viuen les histories. Descobreix ara