Eric A. KaalipääLos nervios parecen poder conmigo, pero aún así, tocó la puerta de esta enorme casa, esperando a que Daniel salga, y lo peor que espero, es verlo destrozado, pero en cambio, la persona que me abre la puerta parece normal, como si nada pasara.
— Hola, te traje galletas y algunos pasteles carelianos.
— Gracias, pasa por favor.Dan se dirige a la cocina y comienza a guardar los alimentos en algunos recipientes de vidrio, silenciosamente me siento en la mesa y espero a que el ojiverde haga lo mismo al terminar su labor.
— Perdóname por lo que pasó en el aeropuerto. No sé que me pasó, estaba...
— Descuida, está bien.Rayos, ¿Porqué no me grita? ¿Por qué no parece molesto? Dan parece estar demasiado tranquilo, comienza a buscar cosas para hacer lo que creo, es té, sólo puedo escuchar el ruido de los platos y tazas con los que comienza a interactuar una vez que ya ha colocado la tetera en el fuego.
El silencio en el que permanecemos es inquietante e incómodo, tanto que decido levantarme de la mesa y dirigirme a la estancia. Dan me hace detener con sus palabras.
— ¿Qué pasa?
— Iré a la estancia.
— No, quédate, ya casi está el té, disculpa que no hable mucho, pero hoy no me siento bien.
— Lo entiendo, es sólo que no quiero incomodarte.
— No me incomodas, tal vez estoy un poco tenso, tengo que regresar a la casa de mis padres mañana… déjame servir galletas.¿Qué puedo decir? Yo debería ser quien sirva el té y las galletas, Dan necesita tranquilidad y apoyo, me preocupa mucho su actitud.
— Déjame hacerlo, te veo muy cansado— él se resigna y me deja terminar con lo que hacía con las galletas mientras se sienta en la mesa y oculta su rostro detrás de sus manos.
— Perdona que te pidiera venir, se que debió ser molesto que te pidiera venir de pronto, pero no quería preocupar a Alex y a Matt.
— Está bien, no me molesta.Qué incómodo, ahora no se si Dan me considera un amigo. Debo cerrar mi bocota por ahora.
— Lo sé, pero ellos se preocupan demasiado, tu piensas con la cabeza fría y por eso te pedí venir.
Silenciosamente bebemos un poco de té y comemos algunas galletas, Dan comienza a jugar con la cuchara del azúcar y sin querer la deja caer haciéndome sobresaltar. No se atreve a mirarme a la cara, permanece con la mirada perdida en su pequeña taza de té, en cambio yo, tomo un poco del líquido con aroma a frutos rojos y sin querer me quemó la lengua, haciendo un ruido de molestia y arrugando la cara, suelto una risita por los nervios, Dan al fin me mira.
— Es delicioso… aunque soy algo torpe al beber té.
— Descuida, tampoco soy tan elegante como Alexsy.
— Jaja...Alexsy se reiría de nosotros, tonto niño elegante… tenía razón con lo que dijo de mi orgullo.
— Entiendo que no quieras estar solo, así que no te preocupes, dime lo que necesites.
— No eso… mi madre está muy alterada, y mi hermana aún no sabe nada, es por seguridad de su bebé, su esposo estuvo en el hospital conmigo. Pero por ahora quisiera no ver a mi madre llorar.
— ¿Quieres que haga algo por ti?
— Si te pidiera venir a ver una película a mi habitación, ¿Aceptarías?Una película… rayos, no, no es buena idea, podríamos pelear de nuevo.
— Creo que sería un poco incómodo para ti.
Debo ser honesto y no alterarme, no puedo actuar como siempre.
— En realidad quisiera mostrarte algo.
— ¿Qué cosa?
— ¿Vendrás?
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TORMENTA
Mystery / ThrillerDaniel, Aleksi y Matthew son tres amigos que comparten un mismo sueño: la música. Pero nada es tan fácil como parece. Todos guardan más de un secreto, y esto mismo los lleva a cuestionar si en verdad son los mejores amigos que piensan. Dan está ena...