✔️(Capitulo 72) Niño tonto.

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— No digas eso— digo mientras pico su estómago y comienzo a hacerle cosquillas — tú eres una persona increíble, si no estuvieras aquí, yo sería el tipo más solitario del mundo.
— Dany, no hagas eso, jaja, suéltame — Eric se retuerce de un lado a otro e intenta tomar mis manos para detenerme, pero sería una lástima detenerme en este momento— basta, vas a hacer que… jajaja tonto, mojare mis pantalones.
— No importa, eres increíble y mereces algo de diversión.
— Dany, detente— Eric se logra deslizar sobre la cama hasta llegar al otro extremo— es en serio, o te haré lo mismo.
— No si es que te atrapó antes.

Comenzamos a dar vueltas y vueltas por toda la habitación, estoy a punto de atrapar a Eric pero él me lanza una almohada.

— Tonto, nunca me atraparas, eres muy lento.
— Sí, bueno, tal vez, pero tú camiseta hace que se vean tus tatuajes y…
—¡Oh, no!— Eric rápidamente se mira a sí mismo y en este instante es cuando logro atraparlo— ¡Waaaa! Dany, suéltame.
— Di que te rindes— Eric y yo estamos algo sudorosos, correr como bobos en la habitación si que nos dejó con la respiración entrecortada.
— No.
— Ríndete...— de un momento a otro sostengo a Eric por la cintura y comienzo a dar vueltas con él, seguimos riendo, hasta que sin querer tropiezo con la cama y me tambaleó, Eric se deja caer en la cama y me jala de la mano haciéndome quedar a un lado de él.
— Jajaja, tonto— Eric se coloca sobre mí abdomen y comienza a picar mi estómago, intento escapar de su agarre, pero él me da un almohadazo y me hace quedar inmóvil cuando de pronto me sostiene por ambas manos.
No sabía que me querías— bromeo, Eric ríe y deja ver una expresión boba.
Ni yo…—  sonrió y Eric me libera.
Daniel… me gustaría enamorarme de ti.

Es como si todo a mi alrededor se desvaneciera… siento a mi rostro arder, a mi pulso dispararse… no puedo decir nada, porque seré descubierto… pero tampoco quiero que el piense algo extraño, porque lo único que tengo en mente es bobo.

— Eres un gran bobo, no digas cosas tan raras— rozar mis labios con su mejilla hace que Eric se ponga rojo como fresa, pero es la única manera de controlar mis emociones— te dejo, iré a dormir.





...





—    Entonces una ensalada de pollo Teriyaki, y otra de pepino y salmón. Sopa Mizutaki y otra de udon y salmón. Onigiris de Teriyaki y un plato de rollos de salmón Ikura. En seguida.

Debe ser raro que casi toda nuestra comida tenga salmón, pero Eric ama el salmón. Me sorprende que no me dejara pedir aún más cosas del menú además de nuestros postres y bebidas.

—    Me encantaría que mi hermana estuviera aquí, ella ama el sushi tanto como yo, solíamos comer sushi cuando regresaba a casa.
—    Así que recuerdas más de ti mismo.
—    Sí, son muchas cosas, pero me molesta que no pueda recordar el accidente.
—    No hace falta que lo recuerdes, lo importante es que estás bien.

Eric juega con los palillos de la mesa mientras habla.

—    Jaja, en cuanto vea a mi mamá, la llevaré a muchos lugares, quiero llevarla de compras y a cenar a los mejores restaurantes, le prometí ayudarla a rehacer su vida pero ella insiste en que no hay nada que hacer.
—    Ella tiene sus razones. No lo tomes personal.

Eric habla de Rose muy emocionado, es gracioso porque cuando ella le daba baños de esponja Eric se ponía muy molesto, decía que podía hacerse cargo de su propio trasero o algo así, y su madre se desesperaba tanto que llegó al punto de darle un par de palmadas para que dejara de quejarse.

—    ¿Qué me dices de tu familia? ¿Cómo son ellos?
—    Tengo una hermana, Annie, es mayor que yo, y a mis padres, William y Claudia. Son normales, creo.
—    ¿Cómo es tu mamá? ¿Se parece a ti?
—    Je, sí, físicamente sí, ella es dulce pero algo dura, y mi padre, digamos que no le llevo bien con él, pero tampoco mal.
—    ¿Qué hay de tu hermana?
—    Ella es genial, se hizo cargo de mi cuando era pequeño.
—    ¿Por qué? ¿Tus padres…?
—    Prefiero no hablar de eso— interrumpo a Eric, él asiente con la cabeza.
—    ¿Por qué no te llevas bien con tu padre? Esta bien si no quieres decirlo…— dice Eric rápidamente.
—    Es un tipo difícil, muy frío, mi mamá si que lo ama, pero su amor por él es ciego.
—    ¿De qué forma?
—    Mi padre está obsesionado con trabajar, y nunca nos prestó atención a mi hermana o a mí. Cuando cometíamos un error, él nos hacía sentir como basura… muchas veces trate de enfrentarme a él, pero nunca tomaba nada en serio, hacia bromas estúpidas y decía que todo estaba bien. No supe que me sentía sólo hasta que me fui de casa y nada cambio, me sentía al igual que cuando estaba en casa.
—    Bueno, es mejor eso a que tu padre siempre trate de matar a tu madre.

Al fin llega nuestro plato fuerte, Eric babea en cuanto su ensalada de pepino y salmón está frente a sus ojos.

—    Sigue hablando, te escucho— dice sin importancia.
—    Tal vez tienes razón. Pero mi padre llegó al extremo de casi perder nuestra casa.
—    Vaya… eso sí que es malo.
—    Ni que lo digas.
—    Entonces estás mejor por tu cuenta.
—    Algo así…— me siento desanimado como para seguir hablando de mi padre pero Eric parece muy interesado.
—    Es genial, tenía tiempo sin comer esto— Eric lleva más de la mitad de su enorme bol lleno de ensalada… si que tiene raíces vikingas.
—    Je, pide lo que quieras.
—    No, es suficiente con lo que pedimos, engordare como un ciervo para tener que hacer una dieta.
—    Eso no es malo, necesitas recuperar peso.
—    ¿Eso crees? Me gusta como me veo ahora, la ropa me queda grande.
—    Perdiste músculo. Las chicas si que aman tus músculos.
—    No me interesan las mujeres, creo que eso es obvio.

Vaya… esto se torno incómodo.

—    Lo siento, ah… vaya, ¡esta sopa es deliciosa!
—    Prueba de la mía.
—    ¡Waaa…!

De un momento a otro Eric pone un pedazo de salmón frente a mí y lo mete a mi boca, él ríe como bobo mientras toma un trozo de pollo de mi sopa.

—    La tuya también está buena. No tienes mal gusto.

Es extraño ver a Eric comportarse como un niño pequeño… pero al mismo tiempo es adorable, la expresión en su cara es como la de un pequeño cachorrito emocionado por jugar o comer… realmente quiero abrazarle.

—    Jaja, oye, si que tienes hambre.
—    La comida es mi parte favorita del día, en el hospital era una tortura.

Supongo que comer avena y puré de zanahoria no le hizo muy feliz que digamos.

—    Bienvenido de vuelta, Repollo.
—    ¿Repollo?
—    Lo siento, Aarón— me autocorrijo.
—    No, no, es solo que me siento raro cuando me llamas Aarón.

No comprendo a este chico.

—    ¿Cómo te gustaría que te llamará?

Al fin nos traen el resto de nuestra comida, Eric toma un rollo de sushi y lo moja en la salsa de soya mientras habla con indiferencia.

—    De ninguna forma en especial… está bien si me llamas de una u otra manera, es que recordé que me llamabas repollo o chico de la col.
—    Era de manera amistosa.
—    Lo sé, muy original de tu parte. Prueba esto— Eric toma los rollos de Ikura— anda, es delicioso.
—    Estoy bien… — digo al alejar mi plato— me alegra que poco a poco te sientas mejor.
—    Sí, me siento muy feliz de poder recordar cosas.

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