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Noah Coleman
Juego con los dedos de mi mano, robándole esta costumbre a Brooke, mientras estoy sentado en las horribles sillas del hospital. Sarah estaba de pie al frente mío caminando de un lado a otro nerviosa, aunque eso logré ponerme más nervioso a mi. Llevó las manos a mi cabeza y niego asustado.
Lo último vivido en las últimas horas pasa por mi cabeza, una y otra vez. El grito desgarrador que hizo que me levantara asustado de nuestra cama, el miedo en la cara de Brooke cuando la fui a buscar a la cocina, la sangre que manchaba sus muslos y manos me seguía aterrando. Cuando se desmayó en mis brazos el miedo me atravesó y lo único que pudimos hacer con Sarah fue traerla al hospital nosotros mismos.
De eso ya va una hora y tal vez más donde no nos han dicho nada sobre ella o el bebé. Lo único que se atrevieron a decir era que podía ser un aborto. Esa última palabra se estaba repitiendo en mi cabeza como si fuera un maldito disco rayado.
No estaba dispuesto a perder a mi segundo hijo, no quería eso.
Y ni siquiera quería imaginar la reacción de Brooke si tuviera otro aborto, sería horrible y conociéndola no lo soportaría mucho. No quería imaginar lo que podríamos pasar si lo que me dijo el doctor podría ser cierto. Se que ella no saldría de esta fácil, a mi me dolía verla así de rota cuando todo se le vino encima. Y se que con lo insegura que está con el embarazo podría llegar a muchas conclusiones.
No podía ver a Brooke de nuevo rota, no cuando por fin estaba teniendo la misma sonrisa de antes, cuando por fin volvía ser ella misma, no quería que todo volviera a ser como antes.
Estaba aterrado.
Por ella y por el bebé.
Unos pasos apresurados hicieron que quitara la mirada de mis manos y la fijará en las personas que venían corriendo hacia nosotros. Suspire aliviado y me levanté para recibir a nuestros padres. ¿Cómo están aquí tan rápido? Venían en camino desde hace horas, pero al bajar del avión recibieron la llamada de Sarah.
Los brazos de mi madre me envolvieron y se que en este momento no me importaba la edad que tuviera, necesitaba un abrazo de mis padres. Cuando me separe de ella papá me abrazo fuerte como él solía hacerlo. Me di cuenta de que Dylan abrazaba a Sarah que probablemente seguía en trance al tener que ver una escena así otra vez. Mis tíos estaban a mi lado mirándome atento esperando una reacción de mi parte.
- ¿Cómo está? -Kendall fue la primera en preguntar, me dije en ella y vi que tenía sus ojos rojos.
-No me han dicho nada aun, sigue en revisión-les dije volviéndome a sentar-Dijeron que podía ser un aborto-los cinco se sorprendieron y Kendall abrazo a su esposo en busca de consuelo, sin duda era la mamá de Brooke.
-Brooke es fuerte-dijo Alexander sobando la espalda de su esposa-Verán que no es un aborto-asentí lentamente rogando que sus palabras se cumplieran.
