✰ Capitulo treinta y dos: Some memories and confessions from the past

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Eran las diez y treinta y nueve de la mañana, el clima era como de costumbre frío, mientras que el cielo mantenía aquel aburrido tono de gris con nubes oscuras y voluminosas en el, dando a entender que lloverá más tarde.

Definitivamente, un día cualquiera en la no muy tranquila cuidad de Detroit.

Casi al mismo que en que le diste la espalda a el lado derecho de la cama, para así acomodarte mejor y disponerte a abrazar alguna almohada cercana a ti, el sofisticado androide RK800 entró a la habitación con su característico uniforme de trabajo, mientras mantenía su atención fija en ti.

A pasos lentos y tratando de no hacer algún ruido que pudiese molestarte, sabía cuales eran los efectos secundarios que el alcohol desencadenaba en el organismo humano gracias a una detallada - y sorprendentemente bien explicada - plática con Hank.

El androide de ojos cafés sentó en un costado de la cama, al mismo tiempo que su sucesor entraba a la habitación con un par de pastillas en la mano y en la otra un vaso con agua mientras mantenía el ceño fruncido al ver tu anatomía sobre la cama, mientras tu pecho se elevaba ligeramente.

- Creo que ya es hora de que la despiertes. - informó el androide de ojos fríos, dejando las pastillas y el vaso en una de las mesas de noche - Y tomar su pulso para cerciorarte de que en verdad estaba viva.

El de RK800 lo observó y enmarcó una ceja, esperando que el año anterior sus comentarios y actitud no hayan tenido tanta falta de facto como los de su sucesor.

- No será necesario, se que esta viva, la analicé en la mañana y al entrar nuevamente en la habitación. - respondió en voz baja - Tn, despierta son las diez y cuarenta y cinco de la mañana, debes levantarte.

- Mmhhn... - respondiste vagamente, para así darle la espalda y acomodarte nuevamente en la cama.

- Lo se cariño, pero ya es de día y debes levantarte. - respondió con suavidad mientras depositaba un beso en tu cabeza, el RK900 elevó una ceja - Nines te ha traído pastillas para la resaca y un vaso de agua para que te hidrataras.

- Tengo integrados en mi programa más de doce idiomas y dialectos diferentes respecto al lenguaje humano, sin embargo no logre comprender lo que dijo. - murmuro mientras apoyaba su espalda en una de las paredes.

El de ojos cafés volteo a verle, al mismo tiempo que sin mucha coordinación de tus movimientos, lograbas sentarte torpemente en la cama, sonando tus ojos con pesadez mientras mascullabas inultos a medio mundo, por cualquier motivo.

- ¿Cómo es que has logrado entenderle? - inquirió dando una rápida mirada en tu dirección, aun seguías insultando en una mezcla de tu idioma común e italiano apenas entendible - Yo no logró comprender los balbuceos de Gavin.

- Te acostumbras con el tiempo a descifrarlos, supongo. - respondió encogiéndose de hombros - Comprenderás que cada gruñido, gesto, acción y palabras apenas entendibles tienen un significado. - esbozo una sonrisa sincera que su sucesor no tardo en corresponder.

- Mhnm mmhn mmmm mhnm mnmh... - lograste murmurar, antes de tomar sin muchas ganas el vaso con agua y las pastillas sobre la mesa a tu lado.

- ¿Ahora que ha dicho? - inquirió el más alto, observando con curiosidad, su predecesor aplanó los labios mientras inclinaba ligeramente su cabeza de lado a lado.

- Improperios. - respondió, escueto.

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- Buen día detective, ¿Amaneció bien? - saludo cortésmente el RK900.

- ¿Cuál sandía? - preguntaste sobando uno de tus ojos, soñolienta.

✰ ᴡɪᴛʜ ʏᴏᴜ ◖ ᴄᴏɴɴᴏʀ×ʀᴇᴀᴅᴇʀ Where stories live. Discover now