Capítulo 16: Vida

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Ya estaba casi amaneciendo. Uriel y yo estábamos tras una montaña de libros. No íbamos a encontrar nada y esa convicción no me permitía más que una lectura superficial. Aeriel había subido a su habitación a revisar su biblioteca más personal.

- ¿Yesung-shii? -

- ... -

- ¿Tanto te cuesta? -

- ... -

- Ksiel no me gusta -

- ¿Qué quieres? -

- ¿Te enamoraste alguna vez estando vivo? -

- No – otra vez con esto. Íbamos a acabar muy mal si seguía intentando que le cogiera confianza – No tuve tiempo -

- Yo tampoco – me miró con sus brillantes ojos y me sonrió.

- No creo que sea como para sentirse felíz -

- No te preocupes, los ángeles no sentimos, sólo es una expresión física -

Maldita sea. ¿A qué venía ahora eso?.

- Cierto -

- Si crees que no es motivo de alegría, ¿Es porque te hubiese gustado enamorarte? -

- No. No me refería a eso. Simplemente es una de tantas sensaciones humanas que no tuve oportunidad de sentir -

- Así que estás resentido por haber muerto tan joven -

- ¡Yo no he dicho eso! -

- Estás gritando -

Porque me estás mosqueando, me hubiese gustado decirle, pero el enfado era un sentimiento demasiado humano como para admitirlo.

- Lo siento, no sé que me ha pasado -

- Que te ha disgustado mi comentario -

¡Maldita sea! No quería esa conversación pero tampoco tenía como escabullirme sin admitir que sentía, y si decía eso él intentaría convencerme de otros sentimientos que yo no tengo. ¿Cómo voy a sentir amor? ¡Por Dios, estoy muerto!.

- Estoy pensando que eso de pasar la eternidad solos es muy triste -

- ¿Solos? El cielo esta hasta los topes -

- No me refería a eso. ¿No te gustaría tener alguien a quien contárselo todo, que te proteja, que sepas que puedes confiar siempre en él o ella? -

- Con confiar en mi mismo tengo de sobra -

- Eso es muy frío -

Ambos sentimos la llamada. Él pegó un pequeño respingón al no estar acostumbrado y me miró.

- ¿Qué ha sido eso? -

- Nos llaman -

Me levanté y él me siguió. Aeriel aún no había vuelto.

- ¿Vamos a irnos sin avisar a nadie? -

- Con suerte no tardaremos mucho y, si no, se imaginarán el motivo -
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En la actualidad había tres grandes serafines gobernando el cielo, aunque no había un número fijo de gobernantes. Habían existido períodos en los que hasta veinte serafines habían llevado las riendas del cielo. Neiel, el más joven de los tres, estaba sentando ante una enorme audiencia. Debía de haber casi medio millón de ángeles mayores en el gran auditorio. Cómo muerte a mí me correspondía uno de los lugares privilegiados y permití a Uriel sentarse conmigo. Mejor sería no separarnos.

Era normal que los serafines no hablasen de sus planes e intrigas y que todas las noticias o cambios, grandes o pequeños, llegasen por sorpresa, por lo que debían estar preparados para cualquier cosa. El más anciano de los tres, quién realmente gobernaba, Saruiel, entró con paso lento pero decidido y tomó asiento junto a Neiel. Este se levantó y miró a los miles de ángeles que no paraban de cuchichear.

Oishi Jigoku (Adaptación KyuMin)Where stories live. Discover now