Capítulo 1: Obstáculo

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Me desperté sobresaltado, aunque no lograba recordar que había soñado. Fui a prepararme un café bien cargado. Era sábado y tenía el día libre, así que pretendía salir a comprar algunas cosas que me hacían falta y tal vez ir a ver a Ryeowook.

El bote del café estaba totalmente vacío, no había leche y la nevera estaba desierta.

Suspiré, me vestí y salí a ver si desayunaba en alguna parte. La cafetería de la esquina no estaba demasiado llena. No solía ir mucho, pero una de las camareras era mi vecina, así que cuando la vi acercarse hacia mi mesa supuse que ven saludarme.

- Tienes mesa reservada -

- ¿Perdona? -

- Si, han llamado hace un rato para reservar a tu nombre-

- ...a... .-

- Ven, es esa de allí - me levanté y la seguí hasta una de las mesas que había bajo las ventanas.

- También ha dicho que llegará unos diez minutos tarde -

- ¿Quién? -

- Quien reservó-

Me senté en un gesto veloz y cruce las manos sobre la mesa intentando no parecer aturdido. .

- ¿Pido para ti mientras esperas? -

- No, esperaré - a quien sea. Ella se fue sin más y yo me quede allí, sentado y asustado.

Mis peores pesadillas se cumplieron diez minutos después. Era el. Camino directamente hacia mí ignorando a la camarera que le seguía. Se sentó e imitó mi gesto, colocando las manos cruzadas sobre la mesa. Mi vecina volvió a escena, con una sonrisa pícara y un tono de voz más alegre y cómplice del que había usado antes conmigo.

- ¿Qué vais a tomar? - El se volvió hacia mí esperando a que pidiese. Supuse.

- Un café. Solo. -

- ¿Y usted? -

- Nada -

- Bien...en seguida traigo "el café" - dijo, con gesto extrañado.

- ¿Cómo supiste que iba a venir aquí? - pregunte cuando ella estuvo lo suficientemente lejos.

- Anoche no tuve tiempo de explicarte todo -

- No tienes que explicarme nada, con que desaparezcas tengo de sobra -

- No... -

- ¿Por qué? -

- Porque eres un obstáculo contra el destino-

Solté una risita nerviosa y baje las manos desde la mesa hasta mi regazo.

- ¿No voy a librarme de ti cierto? -

- Nadie puede librarse de mí -

- Genial... -

- ¿Qué sabes de mi? - preguntó mientras se quitaba las gafas de sol. La camarera volvió con "el café" y se fue con un simple "qué aproveche". No pude ni decir gracias. Sus ojos negros, demasiado negros, demasiado poco humanos, me habían dejado paralizado.

- ¿Qué pretendes que sepa? - logre decir y comencé a remover mi café.

- Bueno, pareces un chico listo. Sabes que nadie me ve, que la gente muere a mi paso y que sabía que ibas a venir a este café, ¿aún no se te ha ocurrido nada? -

Oishi Jigoku (Adaptación KyuMin)Where stories live. Discover now