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Sus manos temblaban nerviosamente a un lado de su cuerpo mientras que a su vez, la castaña mordisqueaba su labio inferior y movía sus pies, que chocaban contra el piso, haciendo un ruido con eco en el pasillo vacío

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Sus manos temblaban nerviosamente a un lado de su cuerpo mientras que a su vez, la castaña mordisqueaba su labio inferior y movía sus pies, que chocaban contra el piso, haciendo un ruido con eco en el pasillo vacío.

Eran las tres de la tarde, media hora antes de que la gente comenzara a pasarse por el lugar para ver las obras, todos sus demás compañeros estaban o sacando sus cuadros de la galería o ya posicionándolos en su lugar correspondiente, el patio.El día estaba soleado, con un bonito cielo azul y una brisa primaveral por lo que esa elección de lugar no presentaba ningún problema.

Pero Shin estaba allí, a unos cuantos metros de la galería esperando porque se despejara un poco para sacar finalmente su cuadro, muriéndose de nervios porque finalmente revelaría su obra a los demás, sintiéndose como cada vez que alguien pedía ver algo de su creación, ansiosa, angustiada y expectante.Realmente ninguno de sus amigos habían visto ni por asomo la obra, Dong se mantenía pegada a su costumbre de no mostrar a nadie lo que hacía hasta que estuviese finalizado.

Le aterraba ahora el hecho de que alguien observara el cuadro allí adentro y lo juzgara negativamente, o le dijera que se dedicara a otra cosa en su vida porque para ello no tenía talento.Era consciente de que los grandes artistas se habían construido a base de comentarios negativos, de críticas constructivas y de cambios a través de los años pero de igual manera el terror a no poder asimilar esas palabras la consumía.

Escuchó su nombre ser llamado a la lejanía de sus pensamientos y cuando subió la mirada Haneul, una compañera de clase, le sonreía.

—Solo quedas tú por sacar el tuyo Shin —le comentó dulcemente entregándole las llaves de la galería para que cerrase y luego de recibir un gracias por parte de la nombrada salió con su cuadro en manos al patio.

La castañita se acercó al lugar, acercándose a su cuadro, le sacó la tela que lo recubría y con ágiles logró sostenerlo y cerrar la puerta con llave.Suspiró mientras caminaba por el mismo lugar que la chica anterior, oyendo desde allí el bullicio de la gente, que era una mezcla entre profesores dando órdenes y alumnos cuchicheando.

Una vez en el patio buscó con la mirada donde estaban sus compañeros, quienes ya tenían sus cuadros en los caballetes y se encontraban parados junto a ellos sonriendo a la gente que pasaba.Movió la mirada un poco más y allí notó a Chenle y a Jisung, quienes ya estaban igual que los demás y le sonreían señalándole el caballete entre medio de ambos, uno que al parecer habían reservado para ella.

Dong asintió con su cabeza hacia su dirección, caminando a ellos y cuando estuvo parada frente a ambos alzó el cuadro para posicionarlo sobre el objeto siendo observada en todo momento por sus amigos, lo dejó allí y luego se alejó un poco para mirarlo desde la lejanía, al suyo y al de sus amigos quienes la imitaron, parándose a su lado.

—¡Sus cuadros son preciosos, chicos! —chilló emocionada observando el retrato de la abuela de Jisung y el del hermano de Chenle, cada color y objeto estaba dibujado correctamente para expresar lo que se quería y eso era simplemente conmovedor.

Musa|Renjun|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora