ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ xɪɪɪ

289 41 85
                                    


"ADIEU"


—Burr recuérdame ¿Por qué estoy haciendo esto?

—¿Perdona? – Murmura el pelinegro sin mirar al caribeño, estaba demasiado ocupado revisando las armas que usarían para ese duelo.

—Solo… No estoy seguro de que esto se resuelva así, es decir no creo que haga falta recuperar mi honor porqué John no…

—John esta enfermo Alexander, y por ese beso pudo haberte contagiado, no debes dejarte guiar por eso que crees sentir porque no es nada más que una enfermedad.

—No puedes asegurar que esta enfermo, además, ¿no deberíamos escuchar primero su razón para… Eso?

—Alexander eso que hizo John es la más clara prueba de que él ya está enfermo, veras que esta tarde apuntara al cielo y entonces confirmara todo lo que estoy diciéndote.

—ah si… Apuntar al cielo confirma todo.

—Alexander deja de quejarte, es la única manera para que ninguno de los soldados te vea como enfermo ¿o ya no quieres eso de tu legado? ¿Ya no quieres dejar huella en la historia?

—Claro que quiero, pero aun así no me parece bien resolver las cosas de esta forma, no se si tendré el valor de…

—Mira Alexander basta, se que es tu mejor amigo pero no puedes dudar ¿de acuerdo?

—Sí, claro, sin dudar —Susurra el joven de ojos violetas de forma triste, necesitaba encontrar el valor para poder hacer lo que se esperaba de él.

—Qué bien que entiendas, sabes que lo hago por que soy tu amigo Alexander —El contrario simplemente Asiente con la cabeza.

· •.      

* .  •     ·  

    •.   ✶
 ˚  · .    ·

—Recuerda Alexander, estas haciendo esto por tu honor.

—Sí, claro mi… Mi honor— Balbucea el pecoso de forma distraída, no hacía más que mirar al rubio quien a su vez también miraba atentamente a Hamilton.

Alexander ahora se encontraba ahí, apunto de comenzar un duelo con el joven de cabellera dorada, pero no debería tener problema con eso del duelo, ¿no? Después de todo ahora odiaba a Laurens por manchar su honor, bueno se supone que debería hacerlo.

—¿Estas bien Alexander? —Pregunta el hombre a su lado cuando nota que el pelirrojo parecía dudar —Recuerda que el estuvo apunto de contagiarte su enfermedad.

—Estoy bien —Dice Alex como respuesta.

Su cuerpo podía estar ahí pero la mente de Alexander estaba ausente, demasiado concentrada en buscar algo, en algún recuerdo, alguna conversación, algo que lo ayudase a odiar a Laurens pues de otra forma sabia bien que le dolería demasiado todo eso.

“Odio por favor quédate a mi lado, porque necesito valor para hacer esto”

Suplica el pecoso de forma silenciosa antes de dirigir su mirada hacia Laurens. Lo único que podía ver Alexander en ese momento eran dos hermosos diamantes azules fijos en él. Dos bellas joyas que seguramente estarían tan asustadas como el por lo que ahí pudiese acontecer.

La realidad es que Alexander jamás sabría lo que el rubio estaba pensando en ese momento, jamás sabría que en ese momento el rubio estaba reviviendo aquella pesadilla de su infancia, pero lo que si sabía Alexander es que en alguna parte de su corazón había miles de cuchillos clavándose, tal vez comenzaba a tener dudas sobre todo lo que alguna vez aprendió de la vida, quizá comenzaba a dudar hasta del juicio del hombre junto a él.

Love In War Where stories live. Discover now